martes, 29 de septiembre de 2009

LOST IN TRANSLATION -J.G.-



Conozco a quien afirma que pasado mañana no habrá sorpresa ni desasosiego. Hacen bien en decirlo, porque tienen razón; luego estamos otros que, sentados a la vera del camino con cierta perplejidad, conocemos que mañana, lo que de verdad ocurrirá mañana, tendrá su cálido interés. Puede que el encuentro sea fortuito, también episódico, puede que la distancia regrese eterna, never more, seguramente; pero nada vuelve a ser lo mismo, nunca es lo mismo, la memoria persiste sobre el encuentro y con eso es suficiente. Nunca se debe denostar a quien por un instante cometió la gentileza de apreciar tu amplia y grosera humanidad; si además te ha concedido la gloria de la risa, no se admite queja ni reclamación. Otorgar buenos momentos es nuestro deber, nuestra única gloria.
Si aún no han visionado “Lost in Translation” deberían hacerlo, explica muy bien estas cosas, diríase que esenciales.

P.D.: Esta nota es el copiado de un post de Juan Granados, estupendo escritor, que escribió con motivo de una de mis películas favoritas "Lost in Translation". Debe reseñar que cuento con su visto bueno para el atraco que aquí realizo. Gracias Juanito.


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