sábado, 28 de mayo de 2016

DIARIO 2.0



Si no te gusta lo que se dice, cambia de conversación.
Don Draper



Se va mañana. Le veo caminar por casa, con el pijama desajustado, un poco desangelado y con el pelo revuelto. Dice no sentirse bien. Le tomo la fiebre con la mano, y nada, es el malestar de siempre antes de tener que pasar una temporada fuera de casa. La vida nómada, hipotecada por la ventura de un trabajo que amarra al volante del coche con una temporalidad incierta. En realidad no es una vida nómada, sino una vida nómina. Le acompaño a la cama, que descanse un poco, la maleta puede esperar. Con los años los kilómetros se convierten en plomo, la perdida de la intimidad que da la proximidad en la metralla de la vida diaria. Quizá la existencia que llevamos sea un poco imbécil y nosotros unos descentrados. Abrimos una carta certificada que nos llegó ayer, aunque la debíamos de haber recibido hace no menos de ocho años. Se nos queda una cara extraña y no disimulo un poco de rabia, pero lo dejamos para otro día, ya hablaremos. La abandono junto a los recibos de la luz, el agua y un aviso de correos, a ver si se desintegra sola. El tiempo siempre se acorta, ensanchando la distancia entre las cosas, entre las personas, y aporta una manera de ver distinta, incluso sobre el hecho de que algunas cosas llegan demasiado tarde volviéndolas imposibles. Un engranaje más de la vida parda. 


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