domingo, 30 de abril de 2017

PLUSCUAMPERFECTO


                   

                     
Donde habite el olvido, 
En los vastos jardines sin aurora; 
Donde yo sólo sea 
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas 
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
                                   
                                  Luis Cernuda





Quiero contarte algo que nunca has oído. No es nada nuevo. Una historia pasada que vuelve hoy, un día trufado de rutinas y de palabras mudas. Solo es una historia de amor, de amor casi pluscuamperfecto que recorrió centímetro a centímetro mi piel, mis venas y mis neuronas hasta convertirlas en parte de lo que soy. Había aplazado durante años la decisión de tu existencia. Me envenené para frenar cualquier posibilidad que significara que a partir de cualquier momento íbamos a ser multitud. Pero un día te descubrí en blanco y negro, confundido entre dolores corrientes. Una imagen tan difusa, y tan significativa a la vez, que daba miedo.  Tus ojos, que podrían ser los míos o tal vez los de otro, o tal vez los de nadie más que los tuyos mismos. Por eso el día que llegaste, mientras saludabas a la vida sobre mi vientre aun hinchado, busqué tus ojos. Asomarme en ti para descubrirme a mí, que hasta entonces no habías sido más que el porcentaje fallido de una química absoluta, excedía de una simple aventura. Pero ahí estabas, sin parecerte a nadie, desprendiendo vida a golpe de inspiraciones diminutas que crecieron hasta convertirse en el sonido imprescindible de la mía. ¿Puede algo, nacido de un traspié, transformarse en perfecto? La ciencia no entiende de filosofías. Nunca supe qué pudo pasar para que la vida decidiera apearte cuando aún no sabía atarte los cordones de las zapatillas. Pero debes saber que lo mío, contigo, fue una verdadera historia de amor. Un amor casi perfecto, un amor de ojos negros y profundos que aun hoy, tanto tiempo después, vagabundea mansamente  entre  mis venas sin perderse nunca.


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