tag:blogger.com,1999:blog-9688981562186180452024-03-28T00:54:14.792+01:00EL BLOG DE ANITA NOIREC'EST LA VIEAnita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.comBlogger1713125tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-53710174881485324592024-03-22T17:03:00.002+01:002024-03-22T17:03:20.383+01:00SLOWLY<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkKV_B769C-wLz3B0O176sUQUcAypghGnCxKVOrDKon_N2QvQ_D-xnASE8V8YsRTlUxw3cs6VSry1doRm8svyt7UB5nsJAbdK_4UPUyNutKwwdpgrcGTXzCp5utc1nwzsVSElDgK45Kf19tggtIbh5WzPjwwXJ9Q-A98FQp7oxaYLj5Nynf8OCmlKUkWE/s1840/26111.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1035" data-original-width="1840" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkKV_B769C-wLz3B0O176sUQUcAypghGnCxKVOrDKon_N2QvQ_D-xnASE8V8YsRTlUxw3cs6VSry1doRm8svyt7UB5nsJAbdK_4UPUyNutKwwdpgrcGTXzCp5utc1nwzsVSElDgK45Kf19tggtIbh5WzPjwwXJ9Q-A98FQp7oxaYLj5Nynf8OCmlKUkWE/w466-h262/26111.webp" width="466" /></a></div><br /><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">En uno de los fragmentos de los Diarios de Iñaki Uriarte se recoge
como Solana, el que fuera presidente de la OTAN, dice echar de menos una
tertulia regular con amigos. Uriarte, que con toda seguridad es mejor
conversador que Solana, se suma a esa añoranza por las conversaciones sin
prisa. Podría añadir un más uno, porque me ocurre exactamente lo mismo. Vivimos
un momento en el que de todo se ha multiplicado por cincuenta y tres. No solo
las preocupaciones, sino también la necesidad de que todo sea fácil y rápido.
Se ha relegado la quietud y la reflexión, las ganas de hablar y sobre todo de
escuchar, al rincón de las causas perdidas. Echo de menos muchas cosas y sobrellevo como puedo la nostalgia por una
época en el que creí disponer un tiempo infinito, un tiempo que
administraríamos, yo y quien me diera la gana, a nuestro antojo, como buenos
diletantes. Pero no. Por eso no sé si me siento como Solana, o como Uriarte, o
simplemente me siento como yo misma, con la complejidad de saber que el tiempo
me escupe los minutos y me arranca los años, mientras espero que todo se
ralentice y que me dé tiempo, no solo a echar de menos las tertulias, sino a
emborracharme de todas ellas, antes de que alguien toque el silbato y anuncie
el final del partido. Y, para entonces, ojalá un tiempo de descuento, una
suerte de prórroga alegre, durante la cual poder arrojar al regazo de otro una langosta enorme en homenaje a <a href="<iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/5SzZ4GWfCJg?si=ARiXjgHubLXsg-3k&amp;start=10" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" referrerpolicy="strict-origin-when-cross-origin" allowfullscreen></iframe>">Annie Hall </a>y a nosotros
mismos y poder tomarse un café, a o una copa de vino tinto, al socaire de un
futuro al que se le pueda sacar la lengua.</span></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><div style="text-align: justify;"></div>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/4TJShilpa5uESzdHfJZIc3?utm_source=generator" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-41238866956348085322024-03-11T17:42:00.000+01:002024-03-11T17:42:03.584+01:00OTRO 11 DE MARZO <div style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"> <span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1zQ3zXHsMeRH8xKyV_cCk6uN_YOLZGnjKztxx-TStTnj5umL4rFjCr0gLo4zvVYg1FjqwKHr67avTGUYBhDBaTNjI-Liq4ecPRILX8RkaMTSmd3t_csiz1PuKJzNSIHfevwsAq-jyh78IeSuEG2fcdolPeiIniwyydA6n9xHozPA2vCGWHcDuDwohYuc/s1706/Madrid.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1706" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1zQ3zXHsMeRH8xKyV_cCk6uN_YOLZGnjKztxx-TStTnj5umL4rFjCr0gLo4zvVYg1FjqwKHr67avTGUYBhDBaTNjI-Liq4ecPRILX8RkaMTSmd3t_csiz1PuKJzNSIHfevwsAq-jyh78IeSuEG2fcdolPeiIniwyydA6n9xHozPA2vCGWHcDuDwohYuc/w455-h256/Madrid.webp" width="455" /></a></div><br /><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Fue aquel 11M del que todos nos acordamos. Han pasado veinte años como si hubieran pasado veinte segundos. Un 11 de marzo que aún late y del que se sabe mucho menos de lo que se debería. Los atentados de aquel día acabaron con la vida de nuestros vecinos, los mutilaron y les dejaron secuelas difíciles de superar. Los delitos que es cometieron aquel día están a punto de prescribir. Es difícil para una sociedad asumir un carpetazo como este cuando el sistema no ha sido capaz d</span><span style="white-space-collapse: preserve;">e dar con los verdaderos responsables de aquella masacre, no ha conseguido que la verdad de ese día salga a la luz y no permite que la sociedad pueda cerrar una herida tan grande como lo fue aquella. </span></span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">R</span></span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">ecuerdo aquel día, recuerdo el silencio, el miedo y la tremenda desolación de una sociedad que por un momento se unió en un esfuerzo titánico para sobrevivir a una tragedia horrible.</span></span></div><div style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Soy de la opinión que lo que no se resuelve se cierra en falso. Resolver implica conocer la verdad, llegar hasta el fondo, enfangarse hasta los codos y arrastrar a la superficie todos los demonios que se esconde tras hechos tan graves como lo fue el 11M. Lo demás es insuficiente. </span></span><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Vivimos en la polarización más absoluta y no es algo nuevo. Imponemos nuestras versiones como si ella fuera las únicas, las ciertas y reales, y olvidamos que, como casi siempre, nuestras versiones no son más que opiniones forjadas a partir de unos pocos datos y unos muchos sesgos. </span></span></div><div style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></span><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Aquellos hechos pronto prescribirán para el derecho, pero no lo harán para los cientos, miles, de personas, familias, a las que las bombas les giró la vida. Hoy, un pensamiento para todos ellos, en el convencimiento absoluto de que como sociedad hemos empeorado sustancialmente. Pero, aun así, recordar hechos como los que sucedieron en Madrid aquella mañana de marzo, nos obliga a replantearnos qué es lo que queremos como sociedad. Y yo, en un día, como hoy quiero que los delitos, como los que se cometieron aquel día, no prescriban nunca y que una justicia, dotada y preparada, que hoy no tenemos por la desidia e interés de la clase política, caiga con todo su peso sobre quien corresponda, incluso, incluso sobre aquellos que maliciosamente utilizan el terror, aunque sea producido por otro, en su propio beneficio.</span></span></div><p><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span id="docs-internal-guid-837e71bf-7fff-a1cc-1757-b91614a07f10"></span></span></p>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-58622948712676886152024-03-03T22:06:00.003+01:002024-03-03T22:08:25.131+01:00FOU<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWkXxPI_RrW51uj3EEZVBVqLFCDIRR7gZqiHJGLb2lVL6DMz3TNWDKbzsTfql20e5e2hAZ92RooJAam6tzfSXcVCX4EhIfwBygCMpltv5MnHa8v0YcV7hBwetOaY5p-M9_cBiyuhNhp2Chhs883v4H32G-TjPz-KehCMTH1wA4MeXjrqO4orDY-b41XrA/s3859/pexels-bia-sousa-2212953.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3859" data-original-width="2573" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWkXxPI_RrW51uj3EEZVBVqLFCDIRR7gZqiHJGLb2lVL6DMz3TNWDKbzsTfql20e5e2hAZ92RooJAam6tzfSXcVCX4EhIfwBygCMpltv5MnHa8v0YcV7hBwetOaY5p-M9_cBiyuhNhp2Chhs883v4H32G-TjPz-KehCMTH1wA4MeXjrqO4orDY-b41XrA/w266-h400/pexels-bia-sousa-2212953.jpg" width="266" /></a></div><br /><p></p><p></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span>Leo por ahí que hay que abrir una investigación un menor de 8 años de edad por
comentarios racistas. No sigo leyendo. Me parece una aberración desmedida
que a alguien se le haya pasado por la cabeza tan feliz idea. En lugar de educar, investigar. Supongo que
mientras hablamos de estas estupideces, no lo hacemos de algo tan fundamental
como el estado de quiebra de la Seguridad Social; de los
sinvergüenzas que se envuelven en la bandera del progreso para robar a manos
llenas; de la sinrazón de la política de un Gobierno que agoniza entre una
amnistía repulsiva y una corrupción mayúscula que intenta taparla a gritos del “Y
tú más”. Es todo como para empezar a vomitar y no parar. </span><span>Es todo pesadísimo.</span><span> </span><span>A
nivel doméstico, la cosa está que da pena; a nivel internacional, la cosa no le
va a la zaga. Puede que el día menos pensado nos levantemos con aviones
sobrevolando y dejando caer cuanta chatarra quieran sobre nosotros y que la vida en
la que creímos una vez desaparezca del todo. Ucrania no está tan lejos, Rusia
solo un poco más allá. Y nosotros, felices porque ha empezado a llover, nos
creemos ajenos a todo ello. Menuda gran mentira.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">***</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span><br /></span><i><span style="background: white; color: #202122;">«</span></i><span>Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Y me oyes desde lejos y mi
voz no te toca</span><i><span style="background: white; color: #202122;">»</span></i><span>. </span><span> </span><span>La verdad es que los versos de Neruda tiene tela. Alguien pensará que es una frase de amor perdido,
pero parece la descripción de alguien que se mofa de la perdida de chaveta de
otro. Todo muy loco. Muy pesado Neruda y muy pesados, también, los que
se regodean en la debilidad del que cae de cuatro patas frente al magnetismo
del amor “fou” del que también hay que disfrutar de vez en cuando si uno está mínimamente vivo. Será que “I don't have the </span><span>pussy for little
lanterns”, que dicho en inglés suena más fino, incluso más poético, pero
es que me dan cierta grima los fortachones del mundo y los que desayunan con Fortasec. A mí,
que la gente se calle no me gusta mucho, aunque es verdad que algunos son más interesantes cuando, pero como hay que ver las cosas en modo constructivo y hasta de un imbécil con verborrea hay algo positivo que sacar, por ejemplo,
tener claro que es imbécil de remate, que no hay que dedicarle ni cinco minutos y que mejorar
no tocarle ni con un palo. Válgase la metáfora del tocamiento y el palo por lo
que uno quiera.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">***</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br />Hay que confiar en ciertas dosis de optimismo y en el carácter positivo, en el buen hacer y la necesidad de colaborar y divulgar cosas buenas para
hacer de este mundo un chabolo mejor.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><div style="text-align: center;">***</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div><div style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span face=""Helvetica",sans-serif" style="background: white; color: #202122; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Sus manos siempre están calientes, no es un casual. Sus manos doblan las mías y, entre las suyas, las mías dejan de ser diminutas. Ante su voz siempre segura, la mía se crece y la busca. Me templa. Aunque no sé. </span></span></div><div style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><br /></div><div style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">***</div><div style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><br /></div><div style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;">Me gusta Mia Hansen-Løve. Me gustan sus
películas y me gusta que me guste tanto. Puede que sea una de esas filias con
las que batallo día sí y día también, y con las que de vez en cuando me
obsesiono. Así que no me queda otra que recomendar de una manera muy entusiasta
su película <i><span style="background: white; color: #202122;">«Un beau matin». </span></i><span style="background: white; color: #202122;">Un tesoro delicioso. Aquí dejo el tráiler.</span></div></div></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="background: white; color: #202122; font-size: medium;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="background: white; color: #202122;"><br /></span></span></div><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/e1ig20Sk2k4?si=ZWg5u5qald5E87Kr" title="YouTube video player" width="460"></iframe></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div style="text-align: center;"><br /></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-69379235348170047142024-02-25T13:18:00.002+01:002024-02-25T13:18:21.790+01:00CÉFIRO<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7C6TZdbJpdYMVNk-vhmdeNTneyIPuysLgfNycPCyGBVEBnO4odiXkJ2Fr7x9S0PmDxnfEvnu2w3No71U-zn6oaTJJqeLHJIR6bg6q3pBsUUTzUSSoRVXkcv9yqOKP1VRHywiUWncmJOJpINtr-r60o7ZMmZUQvRdki2DPKPboWEPScAsgQIeAqXeb9Q8/s6000/pexels-mica-asato-933865.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="6000" height="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7C6TZdbJpdYMVNk-vhmdeNTneyIPuysLgfNycPCyGBVEBnO4odiXkJ2Fr7x9S0PmDxnfEvnu2w3No71U-zn6oaTJJqeLHJIR6bg6q3pBsUUTzUSSoRVXkcv9yqOKP1VRHywiUWncmJOJpINtr-r60o7ZMmZUQvRdki2DPKPboWEPScAsgQIeAqXeb9Q8/w477-h318/pexels-mica-asato-933865.jpg" width="477" /></a></div><br /> <p></p><p style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: Helvetica, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 150%;">Cuando llegué
llovía un poco. Llené la habitación de gotas de agua, desde la puerta hasta el
baño compartido. Un reguero de agua que, al mirarlo desde su cama, le humedeció
los ojos. La vida sigue fuera, dijo. Me acerqué a la ventana, ofreciéndole
la espalda y desde allí, escondiéndome de ella y de mí misma, le dije que sí,
que la vida seguía ahí afuera y allí mismo también. </span></p><p style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: Helvetica, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 150%;">Ha pasado una semana. Entramos
en la tercera semana del tercer ingreso y en la habitación, cuando llego, no
hay nadie. Su compañera marchó el viernes y ella, mucho más delgada que el fin
de semana pasado, está de viaje con el celador. Volverá cuando termine el
turismo sanitario con el que cada cierto tiempo le desmadejan la rutina. No
tengo nada que hacer, solo esperar. Y espero, y espero mucho, porque cada
segundo que pasa se convierte en una carga pesada que hace que el reloj avance
con una lentitud agónica. Fuera llueve, hoy también. Desde aquí, contemplando
la lluvia caer, podría hablar de la sequía discontinua y de lo asombroso que
resulta ver como cuatro gotas de agua devuelven algo de alegría a los parterres
que rodean el edificio. Ayer tan pardos, hoy medianamente verdes. Saco el
teléfono móvil y escribo en el buscador el nombre del viento que trae la suave </span><span style="background: white; color: #202122; font-family: Helvetica, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 150%;">brisa de la primavera. Céfiro. Lo pronuncio
bajito, como si fuera un secreto. Vuelve medio dormida. </span><span style="background-color: white; color: #202122; font-family: Helvetica, sans-serif; font-size: 11pt;">Le toco la cara hinchada
y caliente como una hogaza de pan recién hecho. Un día abriré esta ventana que
alguien cegó para que nadie caiga en la tentación de perseguir la esperanza en
que se convierte el velo de agua que queda entre las baldosas tras una lluvia
que nadie espera. Y la abriré para que entre el aire y la primavera no pase de
largo.</span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="background: white; color: #202122; line-height: 107%;"><br /></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="background: white; color: #202122; line-height: 107%;"><br /></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="background: white; color: #202122; line-height: 107%;"><br /></span></span></span></div>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/06FhHrnpYCmIxIxIGUehxQ?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-83559853439226622512024-02-13T22:27:00.003+01:002024-02-13T22:37:45.180+01:00 GYPSOPHILA MON AMOUR<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsvTcv5x-GD85c5t8RCEDyVVZXn2nayMSutBzwWP8lAEX1QBjIVAXPm4iPsRngltdE11WyfwQcqr9jAix_E3n_fBODpVUP5cJTZeOsr4WVTEKuSqwuOCKkhTtIq0ofsP6u6Am7yqF67OSxBTc6IlsKbj9oBs6RQWMsoHPPseCL1EksHPRPX8vGjgaYWU4/s5364/pexels-rachel-claire-4992820.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3576" data-original-width="5364" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsvTcv5x-GD85c5t8RCEDyVVZXn2nayMSutBzwWP8lAEX1QBjIVAXPm4iPsRngltdE11WyfwQcqr9jAix_E3n_fBODpVUP5cJTZeOsr4WVTEKuSqwuOCKkhTtIq0ofsP6u6Am7yqF67OSxBTc6IlsKbj9oBs6RQWMsoHPPseCL1EksHPRPX8vGjgaYWU4/w400-h266/pexels-rachel-claire-4992820.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: black;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: black;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">La paniculata es una flor menuda, nada ostentosa. De hecho, es una flor sencilla y su función, meramente decorativa,
queda relegada casi siempre a acompañar a otras flores mucho más vistosas. Pero la paniculata,
como suele ocurrir con las cosas pequeñas y puras, es preciosa por sí misma, aunque pueda parecer un poco cursi, y contribuye a
elevar el grado de bienestar desde el mismo momento en el que se fija la atención
sobre ella. Mai es la florista de referencia, la mía y la de medio distrito, y
me hace inmensamente feliz sin ella saberlo, sin reparar en que cada vez que
asomo a su quiosco, tan pequeño como abigarrado, mis niveles de dopamina suben
hasta casi reventar y convierte, un día brumoso, mentalmente pesado y
emocionalmente fluctuante, en algo totalmente distinto y medianamente convincente. La gypsophila, rotundo nombre científico de la flor en cuestión, combina
muy bien con las hojas de eucalipto, con los pensamientos oscilantes, con el deseo que se desliza entre medias verdades, con "Blue bolero" de Abdullah Ibrahim, y con el recuerdo temblón de su aliento ausente. </span></span><o:p></o:p></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: black;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: black;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></p><br /><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/26yAolYWhc2bgI8C3CFYV5?utm_source=generator" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-49757697969230256952024-02-02T13:49:00.002+01:002024-02-13T22:05:47.877+01:00SIMPLES Y TAN BANALES<p></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5F8eXvd4rR124jIV7Hy_3lULCBJTm0od2eRsJi0TXY7-nRyGKs8Df5UaU9r5i14PsorVPw3SZ0hAJSBVy6jJmZ5ErueFcYxMFrcGrzoeLEdwkI6B2S7JPUZmNMaCLBEIsZLOSgDE4WIk-j7FM55ooVRpeCXEUeLyVft7DPm9YhbtaF2ivIHGGnISb2Wo/s7008/pexels-g%C3%BCl-i%C5%9F%C4%B1k-19139388.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="7008" data-original-width="4672" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5F8eXvd4rR124jIV7Hy_3lULCBJTm0od2eRsJi0TXY7-nRyGKs8Df5UaU9r5i14PsorVPw3SZ0hAJSBVy6jJmZ5ErueFcYxMFrcGrzoeLEdwkI6B2S7JPUZmNMaCLBEIsZLOSgDE4WIk-j7FM55ooVRpeCXEUeLyVft7DPm9YhbtaF2ivIHGGnISb2Wo/w266-h400/pexels-g%C3%BCl-i%C5%9F%C4%B1k-19139388.jpg" width="266" /></span></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><br /></span></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Amanece en Berlín. Suena una canción de Mina que nos viene al pelo. Subo el volumen y aprieto el paso. Somos “simples y tan banales, diría previsibles y siempre iguales”. Me duele la rodilla, el tacón del botín no ayuda. Pero el dolor llegó para quedarse y hay que hacerse a lo que hay. Es también así de simple y poco banal. ¿Dónde debe estar? ¿Qué estará haciendo? ¿Vive? Esquivo adoquines y los restos de la última nevada. Y sigo. Doblo la esquina y, como siempre que me encuentro lejos de casa, pienso en esa coincidencia de relato de revista en las que dos,que llevan sin verse una eternidad, se encuentran de manera inesperada, en un entorno impreciso, y el encuentro se badea entre entre la sorpresa y una leve felicidad que no deja de ser extraña. Pero tras la esquina solo hay el viento frío que llega del Havel y el cambio de ritmo de una canción que ya terminó, pero que deja la estela de perdida inasumible que siempre dejan las ausencias inexplicables. “Sin ti es como no ser nada”. Es todo raro, incluso aquí.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><br /></p><br /><div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/3zIcLe1OioftR3yzbgKgeO?utm_source=generator" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>
Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-84251365119797131752024-01-18T11:24:00.010+01:002024-01-18T11:28:44.527+01:00PESTAÑEO Y MUERTE<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTqt-95TJnpKq-LBETe0DqPqYVZ9QcpfAWvh2TsclVLW1XKtNXscyIroJoA7zf61uLuD_WJ1dF8BqlIxeLRO2yPbg6rY1weJuLnQFboUcluroYgAPz9m5a3lhZ8cNhPmZ_480If-_gDcpZrzzitms8mcyUVzzTAVm8mbJfsDHdkGqtKQRmgI5wsIX8K-Y/s5527/pexels-cottonbro-studio-3661193.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3685" data-original-width="5527" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTqt-95TJnpKq-LBETe0DqPqYVZ9QcpfAWvh2TsclVLW1XKtNXscyIroJoA7zf61uLuD_WJ1dF8BqlIxeLRO2yPbg6rY1weJuLnQFboUcluroYgAPz9m5a3lhZ8cNhPmZ_480If-_gDcpZrzzitms8mcyUVzzTAVm8mbJfsDHdkGqtKQRmgI5wsIX8K-Y/w400-h266/pexels-cottonbro-studio-3661193.jpg" width="400" /></a></div><div><br /></div><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Que
la gente miente más que habla es una de esas frases que la realidad, la
experiencia, convierte en una máxima a tener en cuenta. En la era de las redes
sociales, donde todos somos más guapos, más altos, con menos kilos encima y
unas pestañas kilométricas, la mentira es el comodín con el capear la vida
sosa, triste y vacía de mucha gente. No me referiré a la política, campo que se
abona trola tras trola sin consecuencia alguna y con escasa repercusión en la
vida y reputación del trolero. Cuando alguien actúa mezquinamente, justifica
su comportamiento lastimoso, incluso despreciable, utilizando la mentira sin
pudor alguno y con ella se maquilla y se viste para intentar que el otro se
trague el sapo, aunque no le pase por el cuello. En lo laboral, la cuestión de
la bola, la trola, el mojón, también ha llegado para quedarse. Si en su momento
los dinosaurios se extinguieron por el impacto del asteroide Chicxulu enfrió la
tierra y palmaron todos de un fortísimo constipado; los seres humanos vamos a
acabar igual, congelados y tiesos, por la falta de honradez, honestidad, y la consolidación
mundial del funcionamiento ruin y hampón con el que nos movemos. Así están las
cosas de feas, que se complican mucho más cuando la sociedad se sumerge en un
infantilismo que se perpetúa, pese a que el personal vaya cumpliendo más años que Matusalén.
Y no, no es que hoy me hayan mentido más que otras veces, ni que el aleteo de
alguna que otra pestaña postiza haya sido más mortífera de lo habitual, sino
que de algo había que hablar y la cosa se me ha puesto a tiro. <o:p></o:p></span></p></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><br /><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/6vsI0JlqlIxphUizBtio02?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-10701154537769157742024-01-09T19:46:00.001+01:002024-01-09T19:46:23.819+01:00COUNTRY ROAD<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuBeeMhphsFeiZ3oSgow1GNg_Kkf1yM4Ho2dBxmc_IhCwudXydYpY62y11Sp2MNk-eu9ubJofi0ExGwYy_ksW_oOIAZYXjl20GJkba7D0S3Ia3oHPHKMbSWRZI-leVdLgJM6RMKPVuhdOwztvTjBsPck8CVROxa5WFrvR3U5zFLq3PA0VGdTX-Zn_AQFc/s6000/pexels-pascal-bronsert-19023210.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="6000" data-original-width="4000" height="341" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuBeeMhphsFeiZ3oSgow1GNg_Kkf1yM4Ho2dBxmc_IhCwudXydYpY62y11Sp2MNk-eu9ubJofi0ExGwYy_ksW_oOIAZYXjl20GJkba7D0S3Ia3oHPHKMbSWRZI-leVdLgJM6RMKPVuhdOwztvTjBsPck8CVROxa5WFrvR3U5zFLq3PA0VGdTX-Zn_AQFc/w227-h341/pexels-pascal-bronsert-19023210.jpg" width="227" /></a></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Cada cierto tiempo tengo la
sensación de llegar al final de una etapa. No lo marca ningún hecho concreto,
sino la sencilla sensación de que algo ha cambiado y nada volverá a ser lo
mismo. Los finales avanzan a paso firme y nos van dejando atrás. Miro por la
ventana y me sorprende descubriendo que el día que se mantiene igual de frío e
igual de brumoso que ayer. Las gaviotas graznan. Puede que sea de hambre o quizás
de puro hastío. El sol no consigue levantar el gris que cubre el cielo. Que lo
cubre todo, en todos los sentidos. No sé por qué me sorprende. Enero y esta ciudad
son así. La vida es así, con claroscuros que a veces se empeña en tornarse en grises
intensos que desdibujan los apunte de color. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La edad madura relega a tiempos pasados lo
particular de las alegrías espontáneas. Todo se magnificaba hasta convertirlo
en un imprescindible. El ayer pierde fuelle frente a un hoy emborronado y
pastoso. Algo se ha apoderado del tiempo y lo ha vuelto machaconamente triste. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nos queda el cuaderno y desbarrar ahí, sin que
nadie nos juzgue, sin que a nadie le importe nada, nada de lo que decimos, nada
de lo que sentimos, nada de lo que nos mueve. No nos debemos a nadie, ni siquiera
a nosotros mismos. Todo es relativo, menos el punto final y la sensación de que cuando algo desaparece lo hace para siempre.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><br /><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/4VL310GGX3b2ixL3sV0Je8?utm_source=generator" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-4906441767587466582023-12-31T18:26:00.003+01:002023-12-31T18:28:13.280+01:00COSAS QUE PASAN Y PASARÁN<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAdUX3vtKJQCasL0HDLKee_Duw5tJNz-p-kOqgZLiEOiJIjRhB0me7rKks9m9hAXBGL6Nfp8ephmmPV63Y56-pe7LfaRthloh46l1WXS2YZyDkRBVUE69J9bOdCx6uf0chZsOiEqCbfBjB3QNstFviyQc4kjQpMxZ3VY36DDyn9VfLJ6CVOh1GjzYWlZ0/s4096/IMG_20231231_174639.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4096" data-original-width="3075" height="385" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAdUX3vtKJQCasL0HDLKee_Duw5tJNz-p-kOqgZLiEOiJIjRhB0me7rKks9m9hAXBGL6Nfp8ephmmPV63Y56-pe7LfaRthloh46l1WXS2YZyDkRBVUE69J9bOdCx6uf0chZsOiEqCbfBjB3QNstFviyQc4kjQpMxZ3VY36DDyn9VfLJ6CVOh1GjzYWlZ0/w289-h385/IMG_20231231_174639.jpg" width="289" /></a></div><br /><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Empezamos el año 2023 pensando que, después de vivir lo vivido, las cosas mejorarían. Pero está claro que esa esperanza con la que se inician los proyectos, los años, se va tiñendo de parduzco y se va consumiendo hasta convertirse en una bolita casi invisible a medida que avanza el tiempo. Llegado el 31, la bolita que albergaba la ilusión en el futuro próximo se funde en negro y se acabó. Otro año más al coleto con la sensación de que algo se nos ha escapado. Pero debe ser cosa de la magia o, mejor, de la necesidad de seguir en marcha que, apenas empieza a llegar el aroma al nuevo año, una nueva bola esperanzada y esperanzadora se va gestando dentro. Y la vida, al menos la mía, es así. Año tras año, envite tras envite, bolita tras bolita. Por eso, aunque no me gustan muchas cosas de las que hay a mi alrededor, sé que, en realidad, soy afortunada. La nueva bolita, la que corresponde al año que ya llega, está en marcha y por eso, porque la bolita de la esperanza está en su momento inicial, espero que el nuevo año nos haga mejores personas a todos, nos dé fuerza para resistir y seguir remando sin caer en el desaliento.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica;">Doy carpetazo a 2023 sin darle más vueltas y con m</span><span style="font-family: helvetica;">is mejores deseos para todos en este próximo año. </span><span style="text-align: left;"><span style="font-family: helvetica;">Para ti también.</span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: helvetica;"><br /></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div style="text-align: center;"><br /></div>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/7qF0FfuzBFwMe1lNHkEDxW?utm_source=generator" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-65808086001044927692023-12-29T03:01:00.004+01:002023-12-29T03:18:41.828+01:00HUMO<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPfxi-yogv5ORdW5h4wlOxO-a-ZytcSwqSA4rLdf29pmlEhF1LJhckwt46MRI-WYvqg4bDfJkwXbCcHbUZeWooCxSC5TLuF95eT2EOecrgdDWuyT1nBnsA9AgN0t4ZwwJYDPOlg0aQGuduZYWt-0vVzfDWmKcZ9tszRRLASjZNcka2Gjd-nlTzPn-LZHI/s5585/pexels-cottonbro-studio-6951529.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="5585" data-original-width="3723" height="359" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPfxi-yogv5ORdW5h4wlOxO-a-ZytcSwqSA4rLdf29pmlEhF1LJhckwt46MRI-WYvqg4bDfJkwXbCcHbUZeWooCxSC5TLuF95eT2EOecrgdDWuyT1nBnsA9AgN0t4ZwwJYDPOlg0aQGuduZYWt-0vVzfDWmKcZ9tszRRLASjZNcka2Gjd-nlTzPn-LZHI/w239-h359/pexels-cottonbro-studio-6951529.jpg" width="239" /></a></div><br /> <p></p><p></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Tengo un reservorio de palabras huecas que se acumulan
formando ideas locas y un tanto estúpidas que solo puedo comprender yo misma en
noches como las de hoy, cuando el sueño no alcanza y el silencio de la noche se
llena del sonido del bombeo de mi cuerpo. A veces, mientras intento dormir, lo
agito y se revuelve sin encontrar nada adecuado. Adecuado para nada que arroja sinsentidos que no interesan a nadie. Es la perversión del desvelo que me
vuelve más yo y me acerca más de ti, hasta convertirme en humo.</span></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><br /><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/2mruRPDBZzVUY6VixqqD6m?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-20670668390193678742023-12-10T21:08:00.005+01:002023-12-10T21:16:37.956+01:00SO TENDER<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja-ByscVln5b2Mny5q85Pf2eOu0SJrbCGWYODfOYTMrTGe4YKz_D5kSSqYUsne3JzVtTa6vcNs9j-8X7grMpMdB1WJ-pi4uNXLIJF3sgxmumHDqmz4GPbcV-r5bXNeH7II5p2GOVF12n_toWELewDzYbKx8P1SpsQ1HUHd7VvzISSYP_-qfIEpBoI-x70/s3500/pexels-cottonbro-studio-5638979.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2333" data-original-width="3500" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja-ByscVln5b2Mny5q85Pf2eOu0SJrbCGWYODfOYTMrTGe4YKz_D5kSSqYUsne3JzVtTa6vcNs9j-8X7grMpMdB1WJ-pi4uNXLIJF3sgxmumHDqmz4GPbcV-r5bXNeH7II5p2GOVF12n_toWELewDzYbKx8P1SpsQ1HUHd7VvzISSYP_-qfIEpBoI-x70/w400-h266/pexels-cottonbro-studio-5638979.jpg" width="400" /></a></div><br /><div> </div><p></p><p></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Me dejé la bolsa preparada ayer
noche para evitar que, esta mañana, la pereza me forzara una excusa tan mala
como la de tener que buscar las cosas y meterlas en la mochila. Al llegar
apenas hay un par de personas. Se mueven a un ritmo tranquilo, acariciando el
agua. Dudo si unirme a ellos y entre los tres convertirnos en un ballet de
indolentes acariciadores que buscan en el agua la calidez que las sábanas de un
domingo a primera hora no dan. Pero yo, valiente como la que más, salgo al exterior y
mido la temperatura del agua con la punta del pie. Está bien para morir al
entrar y volver a morir al salir. Se entiende que no haya nadie aquí fuera y se
entiende también que el socorrista, que se aburre mientras vigila la nada, me
mire regular. Su misión, más allá de matar las horas mirando al vacío, está el salvar
a cualquier loco que en diciembre entre en la pileta y le dé un patatús.
Pero no hay nadie y a mí me apetece mucho, aunque haga frío y el socorrista me
mire regular. Podría desistir del empeño, volver al interior y seguir la
coreografía de los que nadan ahí dentro. Pero ya estoy aquí, frente al podio de
los perdedores, ya no hay vuelta atrás. Me apetece la soledad de la brazada y el
silencio que hay aquí fuera. El agua antes clorada, ahora ya no, me devuelve la
tranquilidad que cuando estoy fuera se me escapa por las costuras. Pienso en
cosas absurdas y le voy dando al reproductor para que las canciones avancen un
poco más deprisa que mis vueltas a la piscina. Nado escuchado música de jazz,
una locura que diría cualquiera. Pero hace ya mucho tiempo que dejó de
importarme lo que diga cualquiera. Doy un par de vueltas y me tumbo bocarriba,
pero aguanto poco. El frío te rompe pese al agua climatizada. Me muevo con
calma porque soy una Esther Williams venida a menos; porque soy como una
aceituna dentro de un Martini y porque “So tender” me agita y me calma y me
vuelve a agitar. Y necesito tumbarme panza arriba, otra vez, aunque los dedos de
los pies y los pezones se me congelen, y el corazón se me parta un poco más
antes de llegar a la otra orilla.<o:p></o:p></span></span></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><br /></p><br /><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/0Dt1B5dNfajRczQKZA87aL?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div><br />Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-51604156706416042122023-12-06T02:04:00.001+01:002023-12-06T02:04:41.516+01:00DIEZ HORAS Y MEDIA<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"> </span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjus43gDRdMsnd06yzn4PxUkGSzfKmyeRKce8b4v7DGEDG44tYSvoWBXybTCv6qoBPQrWIBdtW6r7oap-alBCBRXOaWFXWjH3LefsUFngzJXXkqb5RdrrjFyr7MASBwjFV4s80XOJQ-1viCvX6VZmBzWudpf0oS-4aF-ldw8tM7yG4RkCX_-8IDwqxQmis/s2627/pexels-pixabay-236433.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: helvetica;"><img border="0" data-original-height="2627" data-original-width="2523" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjus43gDRdMsnd06yzn4PxUkGSzfKmyeRKce8b4v7DGEDG44tYSvoWBXybTCv6qoBPQrWIBdtW6r7oap-alBCBRXOaWFXWjH3LefsUFngzJXXkqb5RdrrjFyr7MASBwjFV4s80XOJQ-1viCvX6VZmBzWudpf0oS-4aF-ldw8tM7yG4RkCX_-8IDwqxQmis/w307-h320/pexels-pixabay-236433.jpg" width="307" /></span></a></div><span style="font-family: helvetica;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><p dir="ltr" id="docs-internal-guid-4d07076f-7fff-fc0e-63fb-3fbe3a6d3220" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-family: helvetica; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Llevo diez horas y media en la sala de espera de un gran hospital público. El tiempo de espera va subiendo de manera exponencial a medida que pasa el tiempo que se supone debía de reducir la espera que empezó siendo de seis horas. No podía imaginar que mi puente iba a empezar así. Pero me sostengo a base de dosificar el optimismo al pensar que estamos así para ir a mejor. El optimismo del idiota esperanzado, no lo niego. Aquí todos estamos pendientes, todos esperamos toqueteando los teléfonos móviles para anestesiar la espera. Las app también han llegado a las urgencias hospitalarias para entretenerse activándolas, una y otra vez, como si de verdad hicieran un seguimiento en tiempo real del paso del paciente por urgencias. Una mentira más con la que nos miente la tecnología.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-family: helvetica; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Las horas empiezan a pesar y ya queda poco por descubrir en esta sala. Tiene forma de L. En uno de los extremos estamos los familiares y acompañantes; en el otro, gente de la calle que ha encontrado en este 365/24 un lugar en el que pasar la noche alejados del peligro, cerca de un baño con agua y de enchufes en los que recargar el móvil. Al principio no me he dado cuenta, quizá porque andaba muy metida en lo mío, con la preocupación a cuestas del que llega por necesidad y sin saber nada. Pasan los vigilantes de seguridad y nos miran, les miran. Controlan y se van haciendo la vista gorda dejando a los durmientes haciendo su noche particular y a los demás, apesadumbrados en una vigilia nada querida.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Tengo sueño, mucho. Tengo frío, bastante y tengo miedo. Q</span><span style="font-size: 11pt; white-space-collapse: preserve;">uiero escuchar el “familiares de…” para poder gestionar la incerteza; para poder dejar de mirar con asombro al otro lado de esta sala; para saber qué más allá de los puentes rotos, del sueño que aprieta, de la enfermedad y de la tristeza, existe una casa caliente, mi casa, que me espera como refugio en todos los sentidos.</span></span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-18639314613821814042023-11-29T09:22:00.004+01:002023-11-29T09:24:46.913+01:00DIARIO 2.0<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4XSVkAQydsdMkx4RYvrCvRHUbdOKrDditLb9iR9TJ98N7sWV0uvi1m41G4Ey57PO2ioba46I_Kbh35zHEbeOA3rl1U2D4CZC8WObqqjESrmCySJZ3ktnhnJgsrWWsQqjYPgTfzI_oCvBd7jKEdfVkG8XmVOuQrQffi4UiuECOXD76rWwLGoZEDCY-Y3s/s7952/pexels-erik-3358967.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="7952" data-original-width="5304" height="356" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4XSVkAQydsdMkx4RYvrCvRHUbdOKrDditLb9iR9TJ98N7sWV0uvi1m41G4Ey57PO2ioba46I_Kbh35zHEbeOA3rl1U2D4CZC8WObqqjESrmCySJZ3ktnhnJgsrWWsQqjYPgTfzI_oCvBd7jKEdfVkG8XmVOuQrQffi4UiuECOXD76rWwLGoZEDCY-Y3s/w237-h356/pexels-erik-3358967.jpg" width="237" /></a></div><p><br /></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Que el papel me entierra a triple velocidad de la que me lleva sacar la mitad del mismo, no es un juego matemático, ni un ejercicio de lógica, sino el desesperado pensamiento con el que circuló entre la línea 5 y la 3 del metro. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">***</span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Si hoy es lunes, hoy toca listar prioridades. Toca dejar para el final lo prescindible, pero no menos apetecible. Noire, algo has hecho mal y no solo el utilizar una crema hidratante buenísima, que prometía un cutis espectacular tras 15 días de uso, para cuidar tus pies. No, has hecho muchas cosas mal y ya no hay posibilidad de corregir, así que toca apechugar y al lío.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">***</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Una mujer y su hija asesinadas a manos de su pareja y padre de la niña. No hay maldad más grande e inexplicable. No hay nada, absolutamente nada, más cruel y desdeñable. La culpa solo es de aquel que lleva a cabo la atrocidad, buscar más allá es solo una cortina de humo que tapa una única realidad: el que quiere matar, mata, no tiene límite.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">***</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Son esos cinco minutos previos a que suene el despertador. La cama está caliente y te recolocas para cubrirte bien, acomodándote para apurar el poco tiempo que queda para pasar de lo confortable a lo hostil. </span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">***</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Nieva en Kiev. Nadie se acuerda.</span></p><p style="text-align: center;">***</p><p></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Creemos tener conocimiento del funcionamiento social, pero, en realidad, solo sabemos lo que quieren que sepamos. La historia se ha convertido en un agujero negro relativista. La existencia de vendedores humo, con grandes dosis de ignorancia e ideología, la modifican sin que tengamos demasiada opción a saber donde está el engaño. Ir por libre no es garantía de nada.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">***</span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Se acerca para darme un beso y, entre la torpeza de uno y la del otro, queda estampado en los labios. Nadie se disculpa, la torpeza es lista.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/1gRn5oNxPioOudhjXXPmV7?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-79445746362943300462023-11-17T09:28:00.006+01:002023-11-17T09:36:12.013+01:00TRASTORNARSE<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHOKN8Tlz9hFG9V5a46s8eLVitA9KKqgViNhSEyzyslHJFzv8gRAM1EEn0RhLV0kD-GoNLnsVXlszWDrGQYGG1fNxgIC1lSeUSntgNSxqvB4VlzgJ9AHvGhy_Oehl0NHb-nZRjA3VfhmHEXx6gmrISzQNTv8EOEJyFfEPpvfu_NxTcn7k8edetb49WOGQ/s5013/pexels-janko-ferlic-590493.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4634" data-original-width="5013" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHOKN8Tlz9hFG9V5a46s8eLVitA9KKqgViNhSEyzyslHJFzv8gRAM1EEn0RhLV0kD-GoNLnsVXlszWDrGQYGG1fNxgIC1lSeUSntgNSxqvB4VlzgJ9AHvGhy_Oehl0NHb-nZRjA3VfhmHEXx6gmrISzQNTv8EOEJyFfEPpvfu_NxTcn7k8edetb49WOGQ/s320/pexels-janko-ferlic-590493.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica;"><br /><span face="Arial, sans-serif"><span>
El ruido mediático en las redes sociales trastorna. Caemos indefectiblemente
(mis </span></span></span><span style="font-family: helvetica;">"-mente" adverbiales son muy criticados, pero son marca de la casa), y vamos
generando un follón tremendo que nos exalta y convierte en títeres de un
sistema que nos quiere gritones allí, en la nube, pero no en la vida real. El
día a día nos prefiere serviles, arrodillados ante la aplastante realidad que
nos supera y de la que controlamos menos que cero. Contribuyo y contribuye. Y
quiero creer que lo hacemos un poco a ciegas, sin darnos cuenta, lo que al
final nos ha llevado con esa “contribución chillona” a caer en la paradoja,
como diría el padre de </span><span style="font-family: helvetica;">Verónica</span><span style="font-family: helvetica;"> Raimo en “<a href="https://librosdelasteroide.com/libro/nada-es-verdad" target="_blank">Nada es verdad</a>”.</span></span></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span face="Arial, sans-serif"><span><br /></span></span></span></p>
<p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; margin: 0cm; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: black;"><span style="white-space: pre-wrap;">Perplejos, como un conejo ante un luces largas que le alumbran, vamos tirando mientras hacemos más grande el abismo entre ellos y nosotros. Buceo en la red buscando un mundo más ancho, alejándome de todo lo que huele a escándalo y decepción. Voy saltando de un sitio a otro, como un mono loco que va de rama en rama. Pero ahí fuera no hay nada. El eco me devuelve mi propia llamada y me obliga a tener que ser yo misma quien se detenga y aleje. </span></span></span></p><p style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; margin: 0cm; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-decoration-thickness: initial; widows: 2; word-spacing: 0px;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: black;"><span style="white-space: pre-wrap;">Echo de menos sus cosas, mis cosas. Echo de menos el espacio neutro que supone el juego de empezar a escribir con la consigna del “pásalo bien y que te guste”. Nada de todo eso está al alcance de un click. Ya nada está al alcance de nada.</span></span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> </span></o:p></p><br /></div>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/1yyZDraIxDiYulgtqSAp98?utm_source=generator" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-33949260577050799652023-11-12T19:17:00.008+01:002023-11-12T19:40:44.673+01:00UNA VEZ MÁS Y TODAS LAS QUE HAGAN FALTA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHBkEl2pCcfKo-sOcRHz62tj21I4KHp6SeEktP4no_tCscIxh4d-k3iFH42P6-eszH06nzw6jz1VVNuNBwQUoe_KH4L6o_VDO4BCWluL4qvEiT6fcDcb4QK6dkC96QHctWkSmLi27-379kcz0wMN21ngNogoXzHpGbGetIYtb7Chjrm-4G84M8zTlcZ-8/s4624/IMG_20231112_120955.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="4624" data-original-width="3472" height="338" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHBkEl2pCcfKo-sOcRHz62tj21I4KHp6SeEktP4no_tCscIxh4d-k3iFH42P6-eszH06nzw6jz1VVNuNBwQUoe_KH4L6o_VDO4BCWluL4qvEiT6fcDcb4QK6dkC96QHctWkSmLi27-379kcz0wMN21ngNogoXzHpGbGetIYtb7Chjrm-4G84M8zTlcZ-8/w254-h338/IMG_20231112_120955.jpg" width="254" /></span></a></div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica; text-align: justify; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="text-align: justify; white-space-collapse: preserve;">Me despierto cada día a la misma hora, da igual que sea martes o que sea domingo. La diferencia entre un día y otro no es el tiempo que marca el reloj sino que, cuando no hay necesidad, intento estar un poco más en la cama antes de levantarme. Pero hoy vuelve a ser domingo y me despierto a la misma hora de siempre y no pienso en estirar un poquito más, no hay tiempo. Pongo los pies en el suelo, y aunque hay días que el desanimo es grande, creo que vale la pena volver a salir a la calle, hacernos oír y poner de manifiesto que estamos hartos del abuso y de que se nos venda siempre por el interés de los que comen del presupuesto y que fuera de él no saben que hacer. Ha ganado</span><span style="white-space-collapse: preserve;"> la mediocridad, el cortoplacismo y la ignorancia sobre lo que es el Estado de Derecho y la enorme pérdida que supone su falta de respeto. No todo vale y los acuerdos firmados por el PSOE con JUNTS PER CATLUNYA son una vergüenza y una verdadera infamia. Es </span><span style="white-space-collapse: preserve;">difícil</span><span style="white-space-collapse: preserve;"> encontrarles una justificación más allá de la necesidad de vender a todo un país para seguir en la cabeza del gobierno. Ni la convivencia, ni un gobierno progresista, ni la comprensión a una posición nefasta para el global de la ciudadanía, son una </span><span style="white-space-collapse: preserve;">explicación</span><span style="white-space-collapse: preserve;"> razonable. Los acuerdos gubernamentales deben respetar las Leyes, la separación de poderes y el control de su legitimidad. Los partidos, cuando acuerdan, deben respetar sus programas. Fuera del imperio de la Ley el futuro es oscuro y aciago. </span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Es vergonzoso escuchar que los acuerdos a los que llega el PSOE son democracia; que los acuerdos son legítimos. Todas esas explicaciones son falsas en lo fundamental. Lo pactado por el PSOE no iba en su programa electoral. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-size: medium;">Uno de los elementos fundamentales de las democracias y los Estados de Derecho es la total separación de poderes. Uno es contrapeso del otro. Y todos, absolutamente todos, estemos sometidos a leyes elaboradas bajo estrictos procedimiento y cuyo contenido debe respetar los principios y derechos que del marco constitucional que nos ampara a todos. El derecho a la igualdad, la seguridad jurídica, etc., no son cuestiones baladíes. </span></span><span style="font-size: large; white-space-collapse: preserve;"> </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Los políticos deben ser servidores públicos cuando llegan a los órganos legislativos u ejecutivos y deben, porque así lo establece la propia Constitución, </span><span style="background-color: white; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas. La C</span><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">onstitución es nuestro marco normativo y </span><span style="background-color: white; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos. Parece que algunos, pese a que la juran lo olvidan con facilidad.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="background-color: white; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Lo que está pasando en este país con la firma del acuerdo por la amnistía y el "lawfare" con el que se llenan la boca los que más delinquen, no tiene nada que ver con la derecha, ni con la izquierda. Nadie con verdadero sentido democrático y de estado puede estar de acuerdo con semejante ignominia, sobre todo cuando los delincuentes no ha mostrado arrepentimiento alguno y ya vociferan que lo volverán a hacer. </span><span style="background-color: white; white-space-collapse: preserve;">No hay mayor arbitrariedad que la que en estos momentos se está llevando a cabo. El acuerdo firmado entre un partido que perdió las elecciones y uno que con siete diputados, encabezado por un prófugo de la justicia, pretende el desmembramiento de este país, es la imposición de una arbitrariedad destructiva. Es una aberración jurídica que siembra la desigualdad entre los ciudadanos, que quiebra con el sistema judicial y, de paso, valida que en este país los políticos tienen bula para delinquir sin consecuencias. Saltarse la legalidad tiene consecuencias para el ciudadano de a pie como no puede ser de otra manera. Los políticos y representantes públicos tienen una mayor obligación, si cabe, al respecto de la ley. No pueden saltarse la legalidad sin consecuencias, no pueden vaciar las arcas públicas y manejar el dinero de nuestros impuestos sin ningún control ni consecuencias.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Pero parece que nada de todo eso importa. Nos gobiernan tipos sin escrúpulos, abonados en la mentira, el abuso y la arbitrariedad a los que parte de una sociedad enferma de ideología aplaude y mira a otro lado como si la ruptura del sistema de garantías no fuera con ellos.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="background-color: white;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Dicen que ganaron las elecciones y no es cierto. Por eso, aunque es domingo y tengo muchísimas cosas que hacer voy a salir una vez más a la calle y no me cansaré de </span><span style="white-space-collapse: preserve;">repetir,</span><span style="white-space-collapse: preserve;"> una y otra vez, que no en mi nombre.</span></span></span></div><p></p><span id="docs-internal-guid-5979b3dc-7fff-94b0-a49b-229700a5b494"><div style="text-align: justify;"><span face="Verdana, sans-serif" style="background-color: white; font-size: 12pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-973697914343955602023-10-29T21:09:00.006+01:002023-10-29T21:09:37.607+01:00LA NADA NADEA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghyw0C1dgI0pzwFeDqfiIz6dtNXmStKB33KewQt7HiwFXSpQH6rc92w1NZyo20RA1J6spsXfPFJuOSa3sEerbsVoi93OT_1FHZ7lYLvA35al5hV_-FLYj9e-EpmACqmqzfJBdbwxgLav9ZP-b8cqG2OYn0R-aSqfojjVZWEwH2Wl7LZpyvZedC1CQeaSE/s4896/pexels-erio-noen-10224729.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3264" data-original-width="4896" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghyw0C1dgI0pzwFeDqfiIz6dtNXmStKB33KewQt7HiwFXSpQH6rc92w1NZyo20RA1J6spsXfPFJuOSa3sEerbsVoi93OT_1FHZ7lYLvA35al5hV_-FLYj9e-EpmACqmqzfJBdbwxgLav9ZP-b8cqG2OYn0R-aSqfojjVZWEwH2Wl7LZpyvZedC1CQeaSE/w400-h266/pexels-erio-noen-10224729.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">
Finales de octubre. La combinación de sandalias con jerséis de cuello vuelto no
es lo único desconcertante. No piso La Ciudadela desde hace años. Queda
demasiado lejos de casa, demasiado lejos de todo. Me sorprendo al descubrir que
el parque se ha convertido en una zona de acampada de los que no tiene nada y
que conviven con los que, al otro lado del mismo parque, se deslizan
venenosamente por las alfombras del Parlament. Es la sociedad del "De ésta
saldremos mejores", que ha resultado salir más infantilizada y déspota.Me doy una vuelta haciendo tiempo
para que lleguen los demás. Tengo que encontrar la zona del parque infantil.
Hemos quedado allí pese a que no va a venir ni un solo niño. El futuro era de ellos,
pero ya no sé si pensar que es el futuro que está desaparecido, o si son
aquellos niños, que ya no lo son, los que han salido por piernas escapando de
lo que se veía venir. El panorama es desolador. Pero no quiero estropear el
día, porque hace mucho que lo espero, porque tengo ganas, porque me apetece
mucho, porque a veces el refugio tiene nombre propio. Y empiezo a organizar mi
propio discurso interior con un manido "No sois vos, soy yo" para
intentar convencerme de que está mierda que palpo no es real, que soy yo. Yo y
mis cosas. Aunque yo qué sé. Me ordeno pensar algo positivo, algo como las deliciosas
galletas de La Veleta que alguien traerá, como ya es tradición; que el pelo me
ha quedado fantástico y que la última resolución de Naciones Unidas es un canto
a la nada. Me siento en un banco, el que tiene
menos mugre de todos los que hay en el paseo, estiro las piernas y escucho la
última lista de reproducción. Empieza a ser hora de cambiar los auriculares si
no quiero que se caigan de viejos. Pasan las pistas, una tras otra y me
quedo quieta, escuchando y esperando. La nada nadea mientras octubre se
estira. Mientras el mundo se muere un poco más cada día; mientras me pierdo
entre los setos que huelen a orín y desgracia. Se acerca el día de difuntos y
algunos aún se remojan en el estanque entre condones y urea. El sol cae a
plomo, el asfalto se muestra temblón. Dan ganas de volver a casa, tirar la
llave al río y seguir un rato más en la ignorancia buscada. Al final, gana la
nada.</span></p><p></p></div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span id="docs-internal-guid-91d5f2eb-7fff-acd8-fda6-03829170fa17"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><br /></span></span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/5vdmUDuFJIsWqM1MVTz0c8?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>
</span>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-89595917808189039842023-10-22T21:12:00.001+02:002023-10-22T21:12:19.123+02:00LA NADA MELANCÓLICA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt6uLkbxFlWLQpww17dC3Rf2TC68zT1fia7RfYML8RCGiOs7WL3D6serD_JzxO6_hjdlkhkCzu-wcDBw2YzC6uftuaUtS6BDbbWJrSvaA552HsWgvks3y-du8ZkymkedKtW3FJETTPczdtqyUZ0iwego-rPkMz1RGh2rLVOAbtDgC6OZ4O40B3_ewQ9z4/s1289/indochine2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1289" data-original-width="1200" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt6uLkbxFlWLQpww17dC3Rf2TC68zT1fia7RfYML8RCGiOs7WL3D6serD_JzxO6_hjdlkhkCzu-wcDBw2YzC6uftuaUtS6BDbbWJrSvaA552HsWgvks3y-du8ZkymkedKtW3FJETTPczdtqyUZ0iwego-rPkMz1RGh2rLVOAbtDgC6OZ4O40B3_ewQ9z4/w335-h360/indochine2.jpg" width="335" /></a></div><br /><p></p><div style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: 11pt;">Escojo la peor de las dos butacas. Está
coja y con cada movimiento temo acabar en el suelo. En la televisión
reponen "<a href="https://www.youtube.com/watch?v=lOvNcq2M0ws">Indochina</a>". He perdido la cuenta de las veces que la he
visto, de las veces que Eliane (Catherine Deneuve), se convierte en la viva
imagen del error, la perdida y de la infinita melancolía. Pero en el cúmulo de
los desastres y antes de que llegue la famosa escena del lago, con Elian mirando a un horizonte del que no se sabe si pende el quebrando asumido de un ayer que dejó de asistir hace mucho o si, por el contrario, busca un futuro del que ya no forma parte.
Indochina ya no existe. Y como no podía ser de otra manera, la pata acaba
cediendo, me doy de bruces contra el suelo de una manera ridícula, triste, y la televisión se funde en negro pidiendo que recargue el saldo. Dudo entre acurrucarme a los pies
de la cama en la que mi hermana duerme por primera vez después de tres días en los
que intenta burla a todo mal, o levantarme con gran teatralidad, haciendo ver que me
sacudo el mal fario que se nos ha pegado y que nos susurra un “es lo que hay” que bien se podría ahorrar.</span> <span style="font-size: 11pt; white-space-collapse: preserve;">Pero me levanto y veo a mi hermana, despertada por el follón, que intenta reírse. No puedo evitar hacer una reverencia exageradísima y entregársela a ese público tan exclusivo al que tanto debo y admiro. Y mientras hago el payaso, con la rabadilla </span><span style="font-size: 14.6667px; white-space-collapse: preserve;">haciéndose</span><span style="font-size: 11pt; white-space-collapse: preserve;"> notar, busco en el móvil el lector del código QR para cargar el saldo de la televisión y volver a ver a Eliane entre la gloria y la nada. Mientras, mi querida hermana vuelve a amodorrarse. </span></span></div><p><br /> </p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/3LBmTIrJBqiIdj5tb3y3kC?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-80832199007963914952023-10-18T22:52:00.001+02:002023-10-18T22:52:41.681+02:00VIVIR EN EL HARTAZGO<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibfLtAcloGH8xrZG6648W5ieeip590p85Jkko2z3ps88gqAWMSmp_5PkiiU_EFhJZ2M4IXK64zPbsajPGXDmFtBS2HgTj3qPuhbKtwGAW8_94kfzgrcewoOTI1qdFBQhcvmdcQVJ15Zbn6uBYOrDRtl2gARvQrNyfSw4LrSQj1XaCg8pYKmIy8WtikW9U/s4000/pexels-emiliano-arano-1443384.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="2250" height="437" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibfLtAcloGH8xrZG6648W5ieeip590p85Jkko2z3ps88gqAWMSmp_5PkiiU_EFhJZ2M4IXK64zPbsajPGXDmFtBS2HgTj3qPuhbKtwGAW8_94kfzgrcewoOTI1qdFBQhcvmdcQVJ15Zbn6uBYOrDRtl2gARvQrNyfSw4LrSQj1XaCg8pYKmIy8WtikW9U/w246-h437/pexels-emiliano-arano-1443384.jpg" width="246" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span style="font-family: Poppins;"><br /></span><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;">¡Qué harta estoy! Creo que he resoplado un poco
mientras el quejido se me escapa entre los dientes. Cierro la nevera y sigo
empujando el carrito hasta el siguiente lineal. Miro la etiqueta, sigo harta,
pero es lo que hay. Hablar de los yogures, la quinoa o de las compresas para las
pérdidas de orina, es entrar en el hiperbólico mundo de las mentiras y las medias
verdades. Lo que ocurre en el supermercado no es muy distinto a lo que
ocurre en cualquier otro ámbito de la vida. Ni los yogures son yogures, ni nada
es lo que parece. La desinformación; las noticias enmascaradas para que
parezcan una cosa o la contraria en función de quien las da; los muertos buenos y los muertos malos; la negligencia y la impericia; la falta de moral y de
decencia. Cada uno somos hijos de nuestro tiempo y que eso sea así, como lo es, nos
convierte en una masa viscosa a la que nadie querría acercarse ni con un palo.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><o:p><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;"> ***</span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;"><span style="color: black;">Me froto lo nariz por encima de la mascarilla, aunque
a ratos, casi sin darme cuenta, cuelo el dedo para rascarme un poco más fuerte y casi de inmediato me siento mal. No me he lavado las manos desde hace un par de
horas y, con esa mala suerte que nos persigue, cabe la posibilidad de que me lleve a casa el bichito que a ella la tiene hospitalizada y a los demás dando tumbos entre el miedo y la rabia. </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><span style="color: black; font-family: Poppins;">***</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;">Me pruebo los pantalones. La cinturilla baila un poco y eso es siempre una alegría Pero la fiesta en un probador siempre es fugaz y dura hasta que te da
cuenta que, entre las dos prendas elegidas, has escogido la de
tallaje mayor para probarte primero. Se diluye la alegría y llega el hastío. Se los devuelves a la chica que pliega la ropa entre la resignación y el cabreo porque lo del cuerpo normativo será una esclavitud pero ahí está, dando por saco a diestro y siniestro por mucho que cada día te cisques en la norma.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><o:p><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;"> ***</span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;"><span style="color: black;">Intento tomar un café en Villanueva, nada. Bajo hasta
Serrano, nada. Subo al apartamento, enciendo la cafetera y nada, no funciona.
Me tumbo sobre la cama y, desde el hueco que dejan los edificios que me rodean,
veo el único metro cuadrado de cielo en el que brilla el sol. Anuncian
bajada de temperaturas y una lluvia que tarda en llegar. Tengo todo el día por
delante para buscar quién repare la cafetera; para
acomodarme a una habitación que se ha convertido en mi casa; para echarle de menos, y para olvidar que en algún lugar del ordenador espera una historia preciosa que ya no es mía.</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 12pt; text-align: center;"><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;">***</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;"><span style="color: black;">No hablo de la guerra. Hoy no.</span><o:p></o:p></span></p><span style="font-family: Poppins; font-size: medium;"><br /></span><p></p><p><br /></p><p><br /></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/32QtDJN4oRfo3Jwy6gpoWN?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-89777701322475419882023-10-08T21:15:00.004+02:002023-10-18T22:53:49.770+02:00NO TODO VALE. NO EN MI NOMBRE<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6JofS9N-cPMOCBmdzHP83MY5YHY2XmJXDslt8ClHzOfpv4ZxNRRXM_pj2RHuSJjrzf5ieYAg2pCWwtWzYoqTbFD3jwi_7H8XMZS12B8bygnnrgSFUmpfUdtljeTd37vHQIaN_jbV08XtjmYtIYZJmkK6t9gl9krV9h1arYyh2J7fft-Vot6BVRl0eoK8/s1200/foto.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6JofS9N-cPMOCBmdzHP83MY5YHY2XmJXDslt8ClHzOfpv4ZxNRRXM_pj2RHuSJjrzf5ieYAg2pCWwtWzYoqTbFD3jwi_7H8XMZS12B8bygnnrgSFUmpfUdtljeTd37vHQIaN_jbV08XtjmYtIYZJmkK6t9gl9krV9h1arYyh2J7fft-Vot6BVRl0eoK8/w400-h225/foto.jpg" width="400" /></a></div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Corría el año 2017 y entonces ya empezamos a sospechar que algún día, sobre todo aquello que estaba pasando, vendrían a explicarnos lo que "realmente" ocurrió. Ya en aquel momento, también, empezamos a vislumbrar que el interés de unos pocos iba a blanquear la trascendencia que todo aquello tuvo y que tendrá. El parlamento autonómico se convirtió en la sede de la prevaricación y la corrupción con sus leyes de desconexión y el desconcierto y el temor se fue extendiendo como una mancha de aceite pegajosa. Tomaron las instituciones</span><span style="white-space-collapse: preserve;"> y lo tiñeron todo con sus lazos amarillos</span><span style="white-space-collapse: preserve;">a e impusieron la omertá como principio. Quemaron las calles, quebrantaron la paz social y miles de cosas más que en lo particular convirtió el día a día en algo más que una incomodidad. La calle era suya y nosotros, los que no pensamos como ellos nos convertimos a través de su mala boca en unos colonos, unos ñordos, unos fachas, unos indeseables que no merecíamos vivir donde lo hacíamos porque siempre lo habíamos hecho o simplemente porque nos daba la gana. No fue fácil para casi nadie pero para algunos muy difícil. El señalamiento corría de boca en boca y tus vecinos se convertían en unos chivatos mal nacidos. Hoy, seis años después, todo aquél quebranto se niega incluso por los que lo sufrieron en su propia carne y es utilizado como moneda de cambio por quienes quieren ocupar el gobierno al precio que sea. El insulto, la humillación no tiene límites. Hablar de amnistía, de resolver políticamente las consecuencias jurídicas que conllevó a todo aquello es de una bajeza política sin límites. Porque ni el indulto, ni la amnistía, ni el cambio del Código Penal que tanto benefició a los que delinquieron contra su propio pueblo, nada tiene que ver con la concordia, ni con el mirar adelante. Tiene que ver con una megalomanía rayana a la demencia de quien se cree Dios, Padre y Espíritu Santo. El daño institucional y social de entonces fue muy grave, pero el de hoy, ejecutado por quienes deberían abanderar el Estado de Derecho, es de una magnitud cuyas consecuencias son difíciles de prever. La caída de principios fundamentales como la igualdad, la libertada, el respeto de la Ley y la separación de poderes, no puede dar lugar a nada bueno. Intentan confundirnos dividiendo a la ciudadanía en derechas e izquierdas, pero nada de lo que está pasando tiene que ver con eso. Viene tiempos aciagos. Agarrarse al poder con saña, despreciando a la mayor parte de la sociedad, no es propio de una democracia evolucionada donde políticos se encuentran al servicio de los ciudadanos y no al revés. Cuesta creer que nadie pueda poner coto a tanta locura. Mientras, los que nos quieren gobernar, arrimándose a lo más extremo, a lo más alejado de los derechos fundamentales, siguen jugueteando con todo aquello a un día despreciamos: el miedo, la falta de garantías y la libertad, entre otras cosas. Llega el tiempo de blanquearlo todo para que el futuro sea negro como la noche más cerrada. La deslegitimación ya es absoluta. Conviene no olvidar de dónde venimos y la responsabilidad que en ello tenemos. No vale que nadie nos intenté engañar inventando un relato conveniente para cabezas acomodaticias que han dejado de pensar y se mece entre una ideología que les anestesia sin respetar lo fundamental. Nosotros lo vivimos, estuvimos allí, no lo olvidamos y nos mantendremos en pie.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/2oI6d7XcMz1AMTQhDopV5J?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-14735096481806486612023-10-01T21:59:00.001+02:002023-10-01T21:59:14.106+02:00AUTUM LEAVES O ESO PARECE<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjI7hgOh3-jUJC47va7gswakdHHGKhXJ1FoYKUbjJXEZQIZwKc7ZMvq4A-v-EdeG0XOCsfvXG7Hg4xDkt7XiYvWZMEROi8mpg8X7cJzwffkABOy0cvdBXyJn19F9dWh3E9qu1ATMsD2PEy_XZDNECgou_MeBYuDy-2LITWba4DIMzm-vSezIBFkEum9n-g/s7680/pexels-andrea-piacquadio-3783806.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="5120" data-original-width="7680" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjI7hgOh3-jUJC47va7gswakdHHGKhXJ1FoYKUbjJXEZQIZwKc7ZMvq4A-v-EdeG0XOCsfvXG7Hg4xDkt7XiYvWZMEROi8mpg8X7cJzwffkABOy0cvdBXyJn19F9dWh3E9qu1ATMsD2PEy_XZDNECgou_MeBYuDy-2LITWba4DIMzm-vSezIBFkEum9n-g/w400-h266/pexels-andrea-piacquadio-3783806.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Me levanto con picor en la garganta
y, como alma que lleva el diablo, me lanzo a por un paracetamol. ¡Lo sabía! Lo
supe ayer mismo nada más subir al autobús. En el exterior Cancún, en el interior
algo parecido a Siberia en un día tonto. Y ahora ya, casi veinticuatro horas después, los estornudos y el goteo de nariz confirman la predicción formulada entre Balmes
y Muntaner. No hizo falta más. Fuera hace un sol espatarrante
que no voy a disfrutar. Paso el día regular, leyendo cosas viejas de otros viejos
que, como yo, combaten el tedio escribiendo cosas que a nadie interesan. La blogosfera
y sus cosas. No tengo hambre, no huelo y me saltan unos lagrimones tristísimos
cada vez que intento reprimir un estornudo para no matar de un infarto al
perro. Si fuera Nora Ephron, y viviera en Manhattan, esperaría que un ex amante
bondadoso o incluso el conserje del Apthorp me trajera una sopa de pollo para
arrasar la colonia de virus que campa a sus anchas. Pero solo soy yo, tirada en
un sofá mirando a una ladera del Tibidabo que queda tan lejos como Pekín,
agotando la única caja de pañuelos de papel que mañana tendré que reponer sin falta
y una infusión hecha con agua del grifo. Ahora sí, el otoño ya llegó. Felicidades.</span><o:p></o:p></p><div><br /></div><br /><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/1as81KphEOxPNBthbuzlcx?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-88350025822636255402023-09-17T22:30:00.002+02:002023-09-18T06:18:37.837+02:00BREA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQiO1Qs9jK9LGL7GdjpS9Bi6HdTyRhNAvawdb2Wvoz9AnZXtry-b95iQZV3dUUYyjZksXOtlVYILwUU-sMMPJDeT-2wZbaieTxDgWDQIf9ftrKOHp6IIZlzOyGmnQTZUuAqIkVOqPyhZlqCy1aS59QVn5XqXnMTK4Rj8-Pv4jC-LWPXGIhcaAXZWU0r8M/s3448/pexels-jose-antonio-gallego-v%C3%A1zquez-2167395.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2284" data-original-width="3448" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQiO1Qs9jK9LGL7GdjpS9Bi6HdTyRhNAvawdb2Wvoz9AnZXtry-b95iQZV3dUUYyjZksXOtlVYILwUU-sMMPJDeT-2wZbaieTxDgWDQIf9ftrKOHp6IIZlzOyGmnQTZUuAqIkVOqPyhZlqCy1aS59QVn5XqXnMTK4Rj8-Pv4jC-LWPXGIhcaAXZWU0r8M/w400-h265/pexels-jose-antonio-gallego-v%C3%A1zquez-2167395.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Habíamos reñido por una tontería,
una discusión absurda que desencadenó en un silencio que cuanto más se estiraba
más escocía. Decidió ignorarme y mi autoestima, en aquel momento hinchada de
aire, se vino abajo. No eran los otros, posiblemente ni siguiera él, era yo,
así de sencillo. Su silencio, mi desespero; su ausencia, mi ruina. Meses
después, en la vorágine absurda que da el vivir en descuento, entré en un
centro comercial para emborracharme de música hortera y escaparates tan iguales
aquí como en Pekín. Y le llamé. Puede que fuera el algo que vi, o que escuche
por la megafonía, ni siquiera lo recuerdo, pero llamé. Sonó un par de veces y se cortó. De manera
inmediata recibí un mensaje sencillo: “Disculpa, ahora no puedo hablar.” Me
quedé muda, con el discurso atravesado y solo pude pensar que las plantillas de
respuesta son o útiles y criminales a la misma vez. Aquel “ahora no puedo
hablar” me persiguió por todo el centro comercial y se fue extendiendo como una
mancha de petróleo que me cubrió el cuerpo entero, desde los pies hasta el
último recodo que encontró y me dejó la pez pegad durante algún tiempo, hasta
que se acabó disolviendo en el olvido, después de hacerme todas las trampas que
pude. Tiempo después, me encontré a un amigo de aquellos tiempos atroces. Nos reconocimos enseguida pero en cinco minutos agotamos la conversación. Nos despedimos con un abrazo cálido,
la promesa fácil y vacía de volver a verlos. En mi boca un ligero sabor amargo. Al llegar a casa, Carlos me espera con la
mesa puesta y un periódico doblado por la mitad. Le reconocí el gesto y supe
que lo que veía después no iba a ser bueno. No lo fue, o tal vez sí. Los puntos suspensivos casi nunca son buenos, necesitan un punto final. El caso
es que aquel día, me acosté y un olor a brea, que nadie más olía, me dejó sin dormir durante semanas.<o:p></o:p></span></p><p><br /></p><p><br /></p><div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/7El1cUJqtMPRmL2wfeJJOk?utm_source=generator" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div></div>
<p></p><p><br /></p><p><br /></p><br /><br /><div><br /></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-22834395942374437462023-09-05T16:12:00.001+02:002023-09-05T16:12:30.781+02:00DEL EXPERIMENTO STRACK Y YOLANDA DIAZ<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAfug4HQtZcWG6nbxQCgQDEYCm6ZdP4FQJvEk0_uZchdEFbburm6jrT1Zt97AEs013MEHFSh91tbzu54kBTzD0vl_T1ziE4PMWq36fsKUZR7nIQNXpA2YE4MFAq29nnS0vkiKwUfxZnM9mF2WoAqou503ZBugeWNkEOTZ74pj6kWvip6keza3Fcdntqd0/s656/diaz-rompe-la-estrategia-del-psoe-y-se-convierte-en-el-primer-miembro-del-gobierno-que-se-reune-con-puigdemont-desde-su-fuga-1.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="558" data-original-width="656" height="298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAfug4HQtZcWG6nbxQCgQDEYCm6ZdP4FQJvEk0_uZchdEFbburm6jrT1Zt97AEs013MEHFSh91tbzu54kBTzD0vl_T1ziE4PMWq36fsKUZR7nIQNXpA2YE4MFAq29nnS0vkiKwUfxZnM9mF2WoAqou503ZBugeWNkEOTZ74pj6kWvip6keza3Fcdntqd0/w350-h298/diaz-rompe-la-estrategia-del-psoe-y-se-convierte-en-el-primer-miembro-del-gobierno-que-se-reune-con-puigdemont-desde-su-fuga-1.webp" width="350" /></a></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">El
estado en el que nos encontramos en cada momento tiene una gran importancia para
enfrentar las cuestiones del día a día. Si estamos contentos, sonreímos, nos mostramos
orgullosos de nosotros mismos, las cosas las encajamos mejor. Es un hecho
científicamente comprobado y, si no lo es, que seguro que sí, mi experiencia personal
así lo avala. Ayer, mientras mataba el tiempo en el aeropuerto, estuve viendo
la intervención artista visual, Mago More, hablando del experimento llevado a
cabo por el psicólogo social Fritz Strack, sobre el poder de los cambios conductuales.
Para ello el Sr. More, siguiendo las instrucciones del experimento, se valió de
un lapicero, unas viñetas y un público curioso. <span style="color: black;">El
artista, con el público ya entregado, utilizando el lapicero, puso de
manifiesto como nuestra actitud corporal (fruncir el ceño para sostener el
lapicero entre la nariz y el labio superior; o sonreír para poder aguantar el
lapicero entre los dientes), influye en nuestra actitud mental. Si tengo el
ceño fruncido no recibo, ni transmito, la información de la misma manera que si
lo tengo distendido y con una sonrisa en los labios que es la conclusión a la
que llegó Strak, no el Sr. More. </span><a href="https://www.youtube.com/watch?v=rn6KyibEnlo">Dejo el enlace para el que tenga curiosidad</a>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><span style="color: black;">Así que cojo un lápiz, me lo pongo entre los dientes y mi cara dibuja
una sonrisa que se sostiene a base de madera, grafito y la necesidad de no
arrojarme en brazos de la mala leche. Quiero leer la prensa. No pienso dejar
caer el lapicero hasta que cierre el último de los digitales con los que
intento ponerme al día sobre lo que pasa en este país, después de la bochornosa
jornada que nos regaló la vicepresidenta del Gobierno. Ayer, Yolanda Díaz se
reunió, entre sonrisas y toqueteos, con un prófugo de la justicia que, tras
intentar quebrar un país, dividir a su sociedad, dejar colgados a los suyos,
termino huyendo en el maletero de un coche. Sus actos delictivos están pendientes
de ser enjuiciados. La búsqueda de los votos del partido que preside, arañándolos a la decencia democrática y al código penal, es una de
las mayores vergüenzas que sufre nuestra maltratada democracia. Pero a la
señora sonriente, con bastante poco mérito para estar donde está, todo eso se lo pasa por
el arco de la Tena Lady. Conviene no olvidar que el tipo en cuestión es el representante de una derecha
carrinclona, xenófoba y malversadora, con unos "principios" que casan mal casa mal el comunismo del que presume la vicepresidenta. Conviene recordar, también, que a día de hoy, Puigdemont se encuentra pendiente de juicio por </span>hechos gravísimos que atentaron contra el Estado de Derecho. Delinquir en este país, si eres político, sale gratis si conviene para mantenerse en el poder. No otra explicación tiene la modificación del Código Penal que eliminó el delito de sedición, como tampoco la tiene la búsqueda de una amnistía que la Constitución Española no permite. Así que aprieto el lápiz para que mi sonrisa Denticlor
no decaiga, pese al profundo que me produce el juego sucio que se está llevando a cabo. Cierro las pantallas, una tras otra,
intentando olvidar el ruido para centrarme en lo que tengo por delante y dejar de pensar qué más tenemos que soportar. Dejo en
paz al lápiz que hoy, se lleva la marca de mis incisivos como premio. Pero en un rato me lo colocaré de nuevo porque esto ya no hay quien lo aguante y la sonrisa,
al soltar el lapicero, ha desaparecido por arte de magia potagia.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></p><div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/06FhHrnpYCmIxIxIGUehxQ?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-82022638057844259622023-08-29T14:03:00.003+02:002023-08-29T14:03:41.592+02:00LEVANTARSE FEROZ<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjViG6OiayKKG_38sQifPMFvn7D4P_BIgHmIcYl_kaGY5s1oTVqdF0aNC8nPqY019ltw_Q5dv2Habkoclz_UBxs9wz6SFGfhY8-pfjsVIw4GeKBAY3hgaY5hZej_IDI3cThvWJuDHKYusmFuAJTzuM1D_jTCLT0Fg2P6ZFEZKBRemUiqIPTJpQfVswjPJg/s3768/pexels-brett-sayles-8461292.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3768" data-original-width="2507" height="355" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjViG6OiayKKG_38sQifPMFvn7D4P_BIgHmIcYl_kaGY5s1oTVqdF0aNC8nPqY019ltw_Q5dv2Habkoclz_UBxs9wz6SFGfhY8-pfjsVIw4GeKBAY3hgaY5hZej_IDI3cThvWJuDHKYusmFuAJTzuM1D_jTCLT0Fg2P6ZFEZKBRemUiqIPTJpQfVswjPJg/w236-h355/pexels-brett-sayles-8461292.jpg" width="236" /></a></div><br /><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Me levanto feroz. No descarto que sea
por la pesadilla de una noche de sueño más que movido. Noche de linchamiento que
se lleva ahora, y da igual de quién o de qué hables, que estés despierto o que estés
dormido. Mal rollo total, lapidación y Código Penal a tutiplén. Aunque estos
dos últimos van por barrios en función de quién y de qué. Y me levanto feroz,
con el pelo más enmarañado que de costumbre y un dolor de dentadura que se
explica por el abandono de la férula de descanso que me mandó el dentista.
Feroz, como un caperucita que, por osmosis, se contagia del lobo fiero pero que
me dura lo que tardo para el despertador, levantar la persiana y aliviar la vejiga.
Y ahora, con menos agua en el cuerpo, pago las consecuencias de un dolor de
cabeza que vibra sin parar por desgañitarme en sueños repitiendo que ser un gañan,
un machista, un sinvergüenza y un grosero, no te coloca en la casilla del disparadero
del Código Penal. Pero, ¿Qué más da? La consigna está en la calle para que abreve
la muchedumbre pastoreada por los eslóganes de rigor y se haga política de todo que es lo que ahora se lleva. Vivir en la confrontación
del que opina contracorriente es agotador, incluso en sueños. Así que después
del primer café de la mañana, mientras intento recolocar la mandíbula como
puedo, pienso en la mascarilla natural para el encrespamiento capilar, las pocas
ganas que tengo de hacer nada y lo mucho que me está gustando <a href="https://librosdelasteroide.com/libro/la-primera-mano-que-sostuvo-la-mia">“La primera mano que sostuvo la mía”</a>, de Maggie O’Farrell. Ahí lo dejo, para que puestos a perder el tiempo, al
menos se pierda en algo bueno y menos fiero.</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><br /></span></p><br /><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/7yq4Qj7cqayVTp3FF9CWbm?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-34307295677725290292023-08-18T00:45:00.003+02:002023-08-18T00:45:53.490+02:00VOMITAR<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyxumCJKQa4DEhWuRj1zbRPibehcUdHWC8RbXKQnL76qrc8v9ti4dzClMNYFvVyEwCvOv7S-OrISUuo4bt2IF7zpVbuimUOdWCnvob8gy2fuEeBPFFAuCYgdmAa021J7yLyj2YpltL8H104MwDGb8IQqyj9FGr2UPGv4OcaKef2H1VDxAGaZAUemF6DL4/s6000/pexels-joy-marino-3054157.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="6000" data-original-width="4000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyxumCJKQa4DEhWuRj1zbRPibehcUdHWC8RbXKQnL76qrc8v9ti4dzClMNYFvVyEwCvOv7S-OrISUuo4bt2IF7zpVbuimUOdWCnvob8gy2fuEeBPFFAuCYgdmAa021J7yLyj2YpltL8H104MwDGb8IQqyj9FGr2UPGv4OcaKef2H1VDxAGaZAUemF6DL4/w266-h400/pexels-joy-marino-3054157.jpg" width="266" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Una de las mejores maneras de provocarse el vómito es poner en el televisor, o en la radio, da igual, y seguir durante un tiempo prudencial, tirando a corto, cualquier actuación política de este país. Esta mañana, contra lo que muchos puedan creer, mientras se elegía la presidenta del Congreso de los Diputados y su Mesa, no se estaba celebrando la fiesta de la democracia, sino la perpetuación en el poder de un sujeto siniestro, mentiroso, con un ego desmedido y una falta de principios que no tiene parangón y el ascenso al olimpo de los políticos que quieren acabar con este país y la Constitución que lo sujeta, en este momento, ya de manera maltrecha . El panorama político de este país, decidido por los que quieren acabar con él, es como para echarse a llorar hoy y no acabar hasta el 2030 (por aquello de hacer el chascarrillo con la Agenda a la que todos nos remiten). El espectáculo no solo es lamentable, sino que contraviene las más elementales normas de la lealtad institucional y el respeto a la voluntad popular, por decir un par de cosas. La alta política ya no existe. La vocación de servicio mucho menos. Ahora lo que manda es medrar, tener una buena nómina a cargo del presupuesto del Estado e ir añadiendo contactos con los que ir engrasando las puertas giratorias para que no paren nunca.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica;">A los políticos de este país sus ciudadanos les importan menos que cero. Lo fundamental es mantenerse, incluso mediante el equilibrio sostenido entre mentiras, corrupción, deslealtad, falta de solidaridad y la terca tendencia de la ciudadanía a aceptar lo inaceptable cuando los abyectos que promueven esa mierda que huele a kilómetros son "los nuestros". Es</span><span style="font-family: helvetica;"> lo que este país, cainita hasta la medula, celebra y bendice. Son unos malvados pero son los nuestros, es la bendición de los alienados ideológicos que, por desgracia, se expanden sin vergüenza a reconocer que toda esa basura huele pero es su basura.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica;">Así que ahora solo queda apretarse el cinturón (salvo que se sea diputado, enchufado o delincuente), ver como aumenta la deuda pública; como se asfixia a la ciudadanía con impuestos imposibles y precios desorbitados; como se gasta en lo coyuntural y se olvida lo necesario; como se destruye con saña; como se maquillan los números y se retuercen los conceptos para aventurar una subida en el empleo irreal que contrasta con las colas del hambre que, desde hace muchos meses, discurren como anguilas escurridizas entre las babas de los que salivan por seguir ostentando el poder sin gestionar de manera eficaz y eficiente para los ciudadanos. El tiempo de los lamentos ya ha pasado, ya no hay marcha atrás. El retroceso real del Estado de Derecho y de la separación de poderes entre otras muchas cosas, ya está aquí, por mucho que se niegue y se siga escupiendo al cielo mientras los politicastros de marras dividen en todo una sociedad entre izquierdas y derechas descafeinadas e inexistentes. Es por eso que, en el ecuador de un verano asfixiante, el pensamiento recurrente, cada vez que escucho a la clase política de este país, es "váyanse a la mierda". Y debe ser cosa del calor, o del empacho de leer sobre </span><span style="font-family: helvetica;">negociaciones</span><span style="font-family: helvetica;"> vergonzantes que, al final del día, las ganas de vomitar son muchas. La inteligencia ha muerto, la ideología gana por goleada y el espíritu crítico levita en la nada, pero por aquí seguimos, resistiendo a esta mansedumbre social que atufa.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: large;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: helvetica; font-size: large;"><br /></span></div><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/track/7dFHskChjlotylRVInt6Se?utm_source=generator" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-968898156218618045.post-49186492860482841422023-08-08T22:54:00.000+02:002023-08-08T22:54:10.310+02:00TE LLAMARÉ MARTES<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZEWksYMXLAX2QhKyBq8fQR5UDw53ij3S8InZWvejfxEvV4LeRLYuhNjNulgs6vxg0ZAuaLXuW02Tx7per3ile1XPZvJc5KsI_f1k1McxOmjkETIaGUx3f46CkPxVD0nXhiDmRQJ06lQaSaZ3lIkQ8_uPJlMZLd923JQQg4t2VhrIlBDYkJYXxM2geb2g/s5129/pexels-anastasia-shuraeva-4100803.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="5129" data-original-width="3458" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZEWksYMXLAX2QhKyBq8fQR5UDw53ij3S8InZWvejfxEvV4LeRLYuhNjNulgs6vxg0ZAuaLXuW02Tx7per3ile1XPZvJc5KsI_f1k1McxOmjkETIaGUx3f46CkPxVD0nXhiDmRQJ06lQaSaZ3lIkQ8_uPJlMZLd923JQQg4t2VhrIlBDYkJYXxM2geb2g/w270-h400/pexels-anastasia-shuraeva-4100803.jpg" width="270" /></a></div><br /> <p></p><p></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="color: black;"><span style="font-family: helvetica;">Sin pestañear, sin haber emitido ni
un solo suspiro veraniego, llegamos al 8 de agosto. La primera cuarta parte del
mes de vacaciones se ha ido a tomar viento sin que haya notado la más ligera
brisa a su paso. Acabo "<a href="https://librosdelasteroide.com/libro/no-me-gusta-mi-cuello">No me gusta mi cuello"</a> de Nora Ephron. Lo
empecé a finales del mes de julio, pero perdí la bolsa en la que lo llevaba y
hasta ayer, en mitad de la hecatombe que supone guardar tu vida en un trastero prepago, no lo recuperé. Son cosas que pasan cuando vas de un sitio
a otro, como si fueran casillas de la oca y tiras porque te toca. Las cosas están, mañana desparecen y, con suerte, vuelven a estar ya no se sabe cuándo. Así que </span></span><span style="font-family: helvetica;">sentada en el suelo de una casa vacía,</span><span style="font-family: helvetica;"> aprovechando las dos horas de espera a las que me ha sometido el técnico de la
caldera, lo he terminado. Mato el tiempo escogiendo el relato con el que me quedaría, si tuviera que hacerlo con alguno. Me
decido por "Cosas que me gustaría haber sabido", supongo que porque a todos hay cosas que nos habría gustado saber ante de ser conscientes de que no las sabíamos. M</span><span style="font-family: helvetica;">e quedo con "<i>Los secretos no existen</i>" y con
"<i>Nunca se sabe</i>". Pero la verdad es que esas dos cosas me las sé, aunque no sé si las he sabido lo
suficientemente pronto o lo suficientemente tarde. El tiempo siempre es relativo pero la falta de conocimiento, de cierta consciencia no lo es. Hacer el panoli es muy fácil. Hacer el panoli, el canelo, el bobo, poco
tiene que ver con la edad y mucho con algunas dosis mal repartidas de ingenuidad. Pero estamos a 8 de agosto. Sé que los secretos no existen; que nunca se sabe y que las cosas, con el tiempo, no siempre mejoran, pero tampoco empeoran. </span><span style="font-family: helvetica;">Los secretos solo son realidades que se intentan ocultar a otros, no siempre con éxito, aunque otros disimulen. Pero puede, aunque nunca se sabe, que algunos secretos queden bajo el cobijo exclusivo de dos cuerpos y cuatro piernas que hoy se evitan. El tiempo pasa demasiado rápido y no hay marcha atrás (ésta también debió de anotarla la Sra. Ephron, aunque tal vez también lo hizo).</span></span></p><p style="margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black;"><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">El calor aprieta y, desde este
suelo que he convertido en mi tablero de juego, pienso en la secreta historia que nació
al socaire de un encuentro extraño que le dejó en el cuello la marca de unos
dientes que apretaron un poco más de lo prudente y un poco menos de lo ansiado.
Un verano que se partía entre dos juegos de piernas que se entrelazaban
pese al calor, pese a la humedad y las pocas posibilidades de que de entre
ellas saliera algo más que el rastro acuoso de una locura. Un secreto raro.<br /></span></span></p><div><br /></div><div><br /></div><br /><p></p>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="352" loading="lazy" src="https://open.spotify.com/embed/artist/4EM1gc21UrYHQ3eal963Xl?utm_source=generator&theme=0" style="border-radius: 12px;" width="50%"></iframe></div>Anita Noirehttp://www.blogger.com/profile/09994546077007060519noreply@blogger.com0