domingo, 20 de diciembre de 2020

DIARIO 3.0 - COSAS DE UNA PANDEMIA

 


 

I.- No ver a nadie para preservar a los tuyos. Incongruencia al ciento por ciento. Me paso el día viendo gente, gente a la que en la mayoría de casos no me acercaría ni con un palo, pero a fuerza ahorcan. El trabajo es mercenario y las ganas de comer también.  Las burbujas laborales, si eso, las dejamos para el agua con gas.


 II.- La monotonía de la semana la rompe un congreso virtual. Nada que ver con el trabajo y sí mucho con las ganas de aire nuevo, de ideas que crecen, de olvidarse del virus, aunque sea por un rato. El feminismo no es lo que se nos vende desde el púlpito de un gobierno enfermo. El mundo no es de las mujeres, como tampoco lo es de los hombres.  Es de las personas que con independencia de su género quieren convivir como iguales y trabajan para ello. Lo demás, comida para demagogos y políticos de medio pelo.

 

III.- Escucho a uno tipos diciéndole a otro que huele a mierda. Ríen en voz alta de manera estridente, incluso el premiado con el insulto. Una voz enlatada repite por megafonía la tonadilla de que no está permitido comer ni hablar en el metro y que te laves las manos cuando salgas a la calle. Aumenta el barullo en el vagón y las miradas de reproche entre los viajeros. Siguen las risas borrachas de tres descerebrados. Algunos tienen la mierda en la nariz y en el cerebro también, aunque no se hayan dado cuenta.


IV.- Aplaudo cuando me llega el paquete. Tengo muchas ganas de Sara Mesa y su “Un amor”.  Escucho un: ¿Pasa algo? Y solo puedo contestar que nada mientras me rasco la nariz por encima de la mascarilla limpia que me empaña las gafas.


V.- Deja de buscar y haz algo. Un consejo de tu pantalla amiga.




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