sábado, 31 de octubre de 2009

Tu relación con la floricultura ornamental es proporcional a tu estado de ánimo, cuanto mejor es tu día más grande es la maceta




Esta mañana, como viene siendo habitual, me he dirigido a por el periódico previa escala en la cafetería de al lado de casa, para tomarme el primer café que caerá a lo largo del día. Tengo un día optimista y de los denominados “felicianos”, pese a que esta tarde, aún siendo sábado, me toque tener que trabajar. No sé si tengo motivos para tanta edulcoración mental o si esta sospechosa alegría es algo así como lo del famoso “canto del cisne”. Ya se sabe aquello de que el cisne emitía el más melodioso de los cantos como premonición de su propia muerte. En mi caso, no creo que presagie una muerte inminente pero, ¡miedo me da!, pues es posible que anuncie la llegada de una estruendosa tormenta visto los nubarrones de impresión que circulan últimamente por estos lares. Pero eso, en todo caso, será mañana, hoy desde luego no.
Hoy tengo un día estupendo, física y mentalmente. Tengo el guapo subido y en cuando a lo otro, creo que hoy he sido educadísima con todo el mundo, no he puesto una mala cara a nadie, no he alzado la ceja poniendo cara de incredulidad, no he bajado el tono de la voz (eso es raro, cuando me caliento, me baja el tono de voz, es como si hablara con el último botón que me cierra la camisa) y mi florista, a la que no le hacía ninguna adquisición últimamente, me ha encasquetado un ramo enorme crisantemos blancos gigantes y un ficus que es más alto que yo. En casa ya nada les extraña, de hecho, nada más verme llegar por la puerta he sido recibida con un jocoso “tu relación con la floricultura ornamental es proporcional a tu estado de ánimo, cuanto mejor es tu día más grande es la maceta”. Puede ser que así sea, no lo sé.
He dejado el tiesto en el salón, las flores en un inmenso jarrón y a los de casa haciendo sus cosas. Me he escapado a desayunar con mi amiga Berta. Que buen rato, como siempre. Hoy ha sido un día de confidencias, hacía semanas que no charlábamos, que no teníamos noticias mutuas más que a través de correos electrónicos siempre escritos deprisa y corriendo. Como últimamente me tenía abrumada con sus historias, ella ha decidido, unilateralmente, que hoy me correspondía a mí dejarla patidifusa. Vaya si lo he hecho, se ha tomado con el café el último estado de ésta, “mi nación”, y la he dejado muerta. De hecho al despedirse se ha llevado con ella una media sonrisa desencajada, una tos nerviosa y un diagnóstico hacia mi persona que me reservo.
Sin embargo, hoy estoy feliz como una perdiz. Así que esta tarde volviendo de comer en un esplendido sitio al ladito del mar, con un frio atroz metido en el cuerpo (la humedad empieza a matarme), antes de ponerme a trabajar, he vuelto a entrar en la floristería, no he podido resistirlo, una inmensa orquídea blanca me llamaba con sus deditos invisibles, pidiéndome a gritos “llévame a casa”.

Pd.: Ahora misma la orquídea descansa en esta mesa y me acompañara durante esta tarde de aciago trabajo, de manera que cuando me entre la ñoña la miraré para recordarme que hoy es un buen día.

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viernes, 30 de octubre de 2009

UNA INMENSA GOMA DE BORRAR MILAN


Cuando nos envían a la tierra deberían enviarnos con una inmensa goma de borrar “Milán”, de esas que huelen a nata, para poder borrar lo que no nos gusta y lo que nos molesta. Como las cosas nunca vienen solas cuando uno pasa un momento de incertidumbre, suelen darse situaciones confusas y eso, junto con el descoloque, hace que se vuelva desconfiado y receloso de todo y de todos. Así que es mala época para situaciones poco claras pues uno, aunque el otro actúe con una claridad meridiana, siempre tiene la sensación que el que tiene enfrente está haciendo un extraño doble juego y guardándose un as en la manga, que es poco claro y que en realidad nos la quiere dar con queso. Los asuntos y personas escurridizas son dignos de mantenerse lo más lejos posible. Lo poco claro mejor para los que les gustan los juegos de manos, pero no para la vida diaria, pues la falta de claridad cansa mucho y termina provocando úlceras gastrointestinales la mar de molestas y dolores de cabeza totalmente innecesarios.
Lo que nos despista, nos molestas o nos aturulla mejor guardarlo en un sarcófago de amianto, salvo que uno se quiera convertir en el homicida de su propia tranquilidad. Todo es un estorbo. Y como la goma de borrar no existe, y el tipex emocional no se ha inventado, no nos toca otra que quedarnos con el borrón y nada de cuenta nueva, pues eso no forma parte del juego, lo que toca es más de lo mismo, aunque le cambiemos la cara, que para eso estamos en el mundo real y no en el de Yupi.

UNA DECLARACIÓN DE AMOR ETERNO




Porque te amo. Porque sólo siento ganas de susurrártelo al oído con una cadencia interminable que termine por gravar a fuego en tu cabeza y en tu alma ese sentimiento que no de otro modo puedo hacerte llegar. Porque todo se precipita en tres palabras, sólo tres, simplemente “porque te amo”.
Este sentimiento, profundamente individual, se me derrumba a cada paso que das, a cada golpe del destino y a borbotones se me escapa de entre las manos que sujeta el corazón, intentando evitar el desastre a que ello me conduce.

Estas tres palabras “porque te amo”, no pueden seguir sin que formen parte también de ti. Porque me falta el aliento y necesito arrojar que te quiero, que te necesito para que el aire vuelva a mi vida y me permita respirar. Sólo sé que estar sin ti no es vida. Una existencia que sólo es el reflejo cómicamente desenfocado de una subsistencia hueca. Sin ti me convierto en la mitad de mi misma, menguo por tu falta y soy incapaz de controlar este empequeñecer a golpe de sentir tu ausencia. Sólo sé que te amo y que cada día que pasas lejos de mí el mundo es más diminuto.

Porque te quiero, que te quiero, y mil veces más te quiero. Porque hoy sin ti ya no soy más que un personaje sin vida, una marioneta movida por los hilos invisibles de lo absurdo. Te necesito en mí y para mí. Lo quiero todo de ti y dártelo todo, absolutamente todo. Deseo ser sólo tuya, vivir para ti y que tú vivas para mí. Lo demás no me importa, ya nada importa. Un amor excesivo, borracho de ti. Eres tú y sólo tú. El ayer ya no existe, ya nada vale. Ahora sé que la única verdad absoluta es la de la fusión de dos en uno. Tú y yo, sin más. Un amor colosal, totalmente embriagado de ti, de mí, y otra vez de ti y nuevamente de mí. Eres tú y sólo tú. ¿Y yo?, sólo yo pero en ti, por siempre en ti. Te has transformado en mi credo, mi salvación y en mi propia destrucción. Porque te quiero con un amor esclavo y libre, enfermo y rotundamente sano, infeliz y profundamente ufano, bochornoso y terriblemente orgulloso. Así, de esta manera tan contradictoria, pero, hoy por hoy, es la única forma en la que puedo amarte, así de entregada, así de rotunda, así de torpe, así de enferma, pero así de absoluta.

Porque te quiero “así”, sin más y por siempre. Y ahora ya no soy capaz de entender el mundo de otra manera, ni comprender sus estupidas manías.

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jueves, 29 de octubre de 2009

YO SÓLO VEO MURCIÉLAGOS



Me siento en la mesa frente al papel en blanco. Tengo que hacer una lista con dos columnas, una con los “pros” y otra con los “contras” de mi vida, separando los unos de los otros mediante una línea vertical muy recta. Entiendo lo de las dos columnas, que debe ser para que unos no se den de leches con los otros, incluso lo de la línea, pero no comprendo que deba ser “muy recta”. Cosas de mi psiquiatra. Dice que la línea recta es fundamental. Yo no lo comprendo.
Hoy llevo sentada más de tres horas, un paquete de cien folios marca galgo agotado, la escuadra y el cartabón para trazar la recta, y la plumilla de mi estilográfica malograda a fuerza de repicarla sobre el papel. Aún no he escrito una palabra.Sólo he conseguido hacer unos manchurrones de tinta. Son feos pero bien podrían servir para hacer uno de esos test que a veces mi psiquiatra me pasa para que le diga que veo, y yo siempre veo lo mismo, murciélagos.
Mi psiquiatra es un tipo sin igual. Al principio, tras la primera sesión me indicó que debía hacer esa lista pero yo, de natural indisciplinado, no la hice. Llevamos más de veinte visitas y sigo sin hacerla. El pobre avance en la recuperación de mi estado mental le ha llevado a ordenarme, por prescripción facultativa, hacer la lista de marras bajo amenaza de no dejarme entrar de nuevo en su consulta si no voy con la listita. Y aquí estoy, cargándome todo el material de oficina que he comprado en la papelería que hay en la esquina de mi casa para llevara a cabo tan gorda tarea. Sin embargo, aún no he conseguido escribir nada.
Me aterra no volver a ver a mi psiquiatra ¡mira que si no me deja entrar!. Se ha convertido en un pilar fundamental en mi vida, en mi hombre fundamental. Nos vemos todos los lunes. Ir a verle es como ir a tomar el té con un señor muy educado que escucha muy atento las cosas que le cuentas, como si le interesaran mucho. Su voz calmosa me relaja y su cara de palo me da tranquilidad. Al inicio de la visita siempre me sirve un té estupendo con unas galletitas danesas que no tienen parangón. Claro que ya puede, sus visitas me están costando un riñón. Me gusta mi psiquiatra, incluso cuando frunce el ceño al oir mi diatriba mental, por eso hoy he decidido esforzarme e intentar hacer las listas dichosas y ganármelo una vez más.
Hoy es lunes, una fiesta. Apenas me queda media hora para poder terminar la tarea encomendada. No dispongo de más tiempo, tengo que escoger mis mejores galas y acercarme a la peluquería. Sí, sí, todos los lunes voy a la peluquería antes de visitarle, me arreglo estupendamente para estar hecha una reinona en el diván. Divina hasta la muerte. Así que voy a la peluquería donde me dejarán una cabellera estupenda, todo para que, cuando apoye la cabeza en ese tálamo de cuero, la melena se expanda como si fuera la cola de un pavo real.
Me mira con cara de palo pero me consta su deslumbre, lo veo en el cristal de sus gafas. Inclina la cabeza y el reflejo del flexo me indica que no es indiferente.
Dice mi psiquiatra que padezco un desorden compulsivo de la personalidad, pero yo no lo creo, en realidad pienso que se ha enamorado de mí desde el primer momento en que me vió sorber el té y comerme sus galletitas. Sé que las listas y la prolongación de sus visitas son sólo pretextos para seguir gozando de mi singular compañía. Sin embargo, este lunes le voy a sorprender, su poderío sobre mi persona es tal que finalmente he conseguido que llevara a cabo la titánica tarea de confeccionar la lista. Así que hoy, llevo las dos columnas bien preparadas y dos cosas escritas: en los pros: amo a mi psiquiatra y en los contras: odio a morir a mi psiquiatra. Todas una declaración de amor. Espero que me siga poniendo el té.

miércoles, 28 de octubre de 2009

48 horas. Una eternidad a medio camino.


Lleva desde ayer del sofá a la cama, de la cama al sofá. Hace frío, siente frio, no piensa pisar la calle. Seguro que un poco de aire le vendría bien, pero se ha encerrado, no quiere ver a nadie, sólo a él. Sabe que debería llamar a alguien, salir a respirar, al cine, a cenar, cualquier cosa antes que pasarse la vida mirando la pantalla del maldito teléfono. Un malévolo celular que hoy, ya lo sabe, no va a sonar. Es sábado. Cuarenta y ocho horas de espera, pero de espera ¿para qué?La locura como compañera de piso. El desasosiego como comida del día.Se consume poco a poco, hace semanas que dejó de comer, dejó de dormir. Ninguna actividad, la nada. Un mundo reducido a recorrer mentalmente todos y cada uno de los momentos que lo tuvo cerca, a analizar cada uno de los movimientos observados, a destripar cada una de las palabra dichas. Una completa locura. ¿Momentos reales o momentos imaginados? Ya no sabe distinguir lo vivido de lo soñado. El descontrol instalado en su ordenada vida.¿Dónde está?, ¿Qué estará haciendo? ¿Cómo puede no tener ganas de saber? ¿Por qué no llama? ¿Le llamo?Llega la crisis colocándola en un feo brete, el llanto descontrolado estalla. Suena el teléfono, un salto, mira la pantalla, no, no es él. No contesta, no quiere dar explicaciones. Esto es el fin. Se desintegra mientras escucha una y otra vez ese disco cien veces puesto, cien veces escuchado, cien veces llorado. Esa otra vida, la de él, ¿dónde encajarla?, no forma parte de la suya. Una vida paralela que la consume. El desastre instalado en mayúsculas en su vida. Sólo son las 11 de la mañana del sábado. Una eternidad a medio camino.



martes, 27 de octubre de 2009

SOLLOZOS


Después de mil vueltas en la cama se levantó. A su lado un cuerpo dormido que respira profundamente y aparentemente lejano. Una mirada rápida que confirme que seguirá durmiendo al menos por unos instantes más. Esos momentos, los que transcurren cuando empieza a despuntar el día, son suyos, sólo suyos. Abre la puerta del balcón, hace frio, el sol tardará en salir y el aire llega terriblemente trágico. El invierno se acerca. Los codos en la barandilla, en la mano un cigarrillo, el frio de la forja se instala en sus brazos y poco a poco se expande por todo el cuerpo provocando un involuntario estremecimiento, vive. ¿Cuántas veces ha visto salir el sol desde este mismo lugar? Demasiadas. No recuerda en qué momento dejó de desear amanecer con sus brazos alrededor de aquel cuerpo que ahora reposa tras una puerta a escasos metros. Una puerta que materializa la separación de dos mundos. ¿Y la felicidad?, la felicidad se ha convertido en no querer nada en especial; en que ese no querer no duela a nadie; en no despreciar nada; en dejar que todo fluya, en vivir pensando en el minuto presente. No hay pasado. No se puede recrear el futuro, los dos lo conocen de antemano. Exprimir cada segundo como si fuera el último, pero no más allá. Sólo un segundo, ni una décima más. Traspasar ese pequeño lapso de tiempo sería el fin del equilibrio impuesto, no se lo pueden permitir, ya no. Al fondo, el sollozo de un niño.

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lunes, 26 de octubre de 2009

Libros


Reglas: No te tomes mucho tiempo haciendo esto. Escribe una lista con veinte libros que hayas leído y que te hayan marcado la piel o los huesos. Los primeros 20 que puedas recordar en no más de 15 minutos, lo cual deja minuto y cuarto para cada libro. Es tiempo suficiente.

1.- Cien años de soledad. Gabriel García Márquez
2.- Te deix amor la mar com a penyora. Carme Riera
3.- L'Hora violeta. Montserrat Roig.
4.- Digues que m'estimes encara que sigui mentida. Montserrat Roig
5.- Poemari. Martí i Pol
6.- Las Palmeras Salvajes. W. Faulkner
7.- La Regenta. Leopoldo Alas.
8.- La peste. Albert Camus
9.- El arranca corazones. Boris Vian
10.- La metamorfosis. F. Kafka
11.- Short cuts. Raymon Carver
12.- Trilogía de Nueva York. Paul Auster.
13.- El árbol de la ciencia. Pio Baroja.
14.- La verdad sobre el caso Savolta. Eduardo Mendoza
15.- In nomine filii. Gabriel Ramírez
16.- La voluntad. Azorín
17.- Las nueve caras del corazón. Anita Nair.
18.- Venus Bonaparte. Terenci Moix
19.- La campana de cristal. Sylvia Plath
20.- Pedro Paramo. Juan Rulfo.

domingo, 25 de octubre de 2009

El paso del tiempo -Martí i Pol-



Se hace, pues, inútil
retomar aquellos versos
que guardamos muchos años atrás
e intentar adaptarlos
al nuevo ritmo del tiempo.
Quiero decir que, en conciencia,
ya no puede decirse ahora caridad
ni amor ni libertad como entonces.
Envejecen los versos
y la voz se nos deforma
si no tratamos, tenaces, de entender
que ha cambiado el sentido
vital de las palabras.
Es una pendiente fácil
y resbaladiza, que no nos deja
crecer. Para los que luchan
siempre se hace corto el tiempo;
los otros se extasían
y protestan, airados,
contra cualquier viento que agite
el agua del pilón que los conserva.
Y se mojan entre sí,
displicentes, con las viejas
palabras. Porque el juego
consiste en sentirse
siempre húmedo, convencido, inefable.

sábado, 24 de octubre de 2009

CONVERSACIONES A CUATRO (YO, MI, ME, CONMIGO)



Conversaciones a cuatro bandas. Las comunicaciones de las famosas PLD’S se han sofisticado. Ahora mantenemos conferencias como las quinceañeras, a través del Messenger. Es fabuloso. En pleno ejercicio de “perrerismo”, lo hacemos desde el sofá y con la mantita sobre las piernas (¡Qué mayores nos hemos hecho!), aún sabiendo que en menos de unas horas nos vamos a ver. Hoy hace muy mala tarde, hace frio y la pereza es monumental, no apetece nada, pero nada, moverse, aunque esto va a durar poco, en nada debemos empezar con las sesiones de restauración: “chapa y puntura”. Hoy tenemos una fiesta. El tiempo no acompaña. Semanas organizando esta celebración, no es un cumpleaños cualquiera. Hoy llenaremos la terraza ya de por si suficientemente llena de unas macetas enormes, esculturas en proyecto y la caseta de un perro que hoy ya es más viejo que la tos. Ya veremos si no acabamos en el sótano de la finca, aunque si se ha mantenido más de cien años en pie, no tendría por qué caer hoy, pero ¡ve a saber!.
Esta cita, es un fijo en nuestro calendario. Es una excusa más para disfrutar de estupendas charlas, escuchar música tranquilamente, fumar y tomar unas copas saboreando el aire que densamente llega desde el puerto. Sentimos que el tiempo no pasa y que el mundo se ha parado en esta azotea sólo para reconfortarnos, para que creamos que, al menos por una noche somos inmortales. Sin embargo, hoy habrá que hacer un gran esfuerzo. Unos más que otros, pero esfuerzos desde luego, porque sin saber cómo y sin estar invitada la tristeza se ha instalado entre nosotros.
Creer en los ciclos vitales es una opción en la que yo creo. Esta creencia es bien poco y nada explica sobre su incidencia en mi persona pero, como digo, creo en los ciclos vitales, en la coincidencia circular de momentos. Uno de estos momentos, el que, sin saber porqué, los tuyos, tu círculo y tú mismo entra en crisis. Girar la cabeza, ver el tiempo transcurrido, la vida vivida, pensar en lo dejado por el camino, los sueños no cumplidos, las dolorosas ausencias, y la falta de una buena perspectiva frente al futuro, no son tragos de buen gusto, al menos no lo son cuando te encuentras con la punta de los pies asomados al imaginado precipicio que es la vida.
Todos en crisis a la vez, menudo lío. Sería deseable que estas cosas nunca pasaran a todo el mundo en el mismo momento. Las crisis generalizadas no deberían ser simultáneas ni a mogollón. Sucesivas, afectando primero a unos y después a otros, para que los que se mantienen cuerdos y con una visión menos turbia de la vida, pudieran guiar a los que, sin remedio, se quedan totalmente ciegos ante la realidad.
Pero como todo, nunca pasan las cosas como nos gustaría. Así que este año, las cosas serán diferentes. La tristeza, por desgracia, se ha instalado sin ganas de marcharse y ni siquiera afrentándola con grandes risas tiene intención de irse. Hoy van a faltar unos pocos que el año pasado sí estaban y que nunca creíamos, al menos en aquel momento, que desaparecerían sin más. Esencialmente los mismos y del mismo modo. En realidad, no del mismo modo, lo sé, eso sí lo tengo claro, simplemente porque nada es igual.
Los ciclos son siempre repetitivos y circulares. El estallido vuelve a estar aquí, las víctimas del tsunami emocional esta vez son otros o en realidad lo somos todos. Pero no nos quedan salvavidas, los derrochamos cuando nadábamos en cuestiones nada trascendentales, ya a nada podremos agarrarnos, así que nos tocará nadar a pelo, esperando que cada uno, por si sólo, pueda bracear hasta sentirse a salvo. No lo sé.
El próximo año, si no nos hemos muerto, podremos decir lo mismo. Miraremos alrededor y veremos las ausencias de unos y la novedad de la llegada de otros y esperemos que la tristeza se haya marchado de fiesta y nos deje la nuestra en paz.

PD.: Hoy me van a reñir. Sé que una PLD's, que está camuflada de palmera, va a leer esto, y me va a reñir muy mucho, pero lo siento bonita, las cosas están así y tú lo sabes.

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viernes, 23 de octubre de 2009

UN POQUITO DE POLVO



Cosas extrañas. Lo que ayer era aire que traía una vida nueva, hoy no ha dejado rastro alguno, ha desaparecido. Aquella corriente ha pasado con la rapidez de un chasquido de los dedos, dejando el mismo efecto, la simple vibración de algo enérgico que pasó y ya no existe. Se convirtó en menos que cero mientras caminaba con las manos en los bolsillos, protegiéndose del frío que aquella brisa le hacía sentir en la punta de los dedos.
Mientras caminaba, ilusamente, se sentía feliz. Creía haber encontrado esa mota en la vida que se adhiere a la piel como un aposito inmortal, que se instala en el interior y te convierte en eterno. Pero todo se va recolocando, volviendo a su sitio, y aquella mota que adornaba su existencia, que la hacía más amable y placentera, termina desapareciendo hasta convertirse en "La Nada". Porque esa brizna, esa poquita cosa que llegó a su vida, ocupándolo todo, que se expandió hasta convertirse en una mayúscula duna, no era más que polvo. Polvo, que lucía vanamente, como pasa con algunos granos de la arena de la playa, que en realidad no son más que simples partículas de tierra, sin ninguna característica especial. Con las primeras lluvias, ese polvo acumulado se transformó en el lodo que terminado por transformar en un barrizal aquella historia que comenzó con aquel poquito de polvo adorado.


Black - It`s a wonderful life











jueves, 22 de octubre de 2009

EL AVE ESE COTO DE ZORRO-MACHO


Si en estos momentos pusiera el disparadero de mi vida al ligoteo de tios encorbatados, engreidos y facilones, tengo muy claro, sin ninguna duda, que me iría a dar una vueltecita por el AVE. Los vagones del bendito tren de "Alta Velocidad" se ha convertido en un auténtico coto masculino, como díría una amiga mía, nada más subierte en este tren, a primera hora de mañana, ya huele a "zorro macho". Por motivos laborales cojo frecuentemente el AVE, antes el Puente Aéreo, y he podido vivir en vivo y en directo el espectáculo que es ver a estos "muchachitos fuertes de nocilla", parlotear por sus moviles, haciendo grandes risotadas, mirando el culo de la primera mujer que cruza el pasillo dando bandazos por los tacones y los vaivenes de la velocidad. En fin, un corralito sin igual. Yo que soy muy mía, hasta en el tema del ligoteo, debo decir que nunca me ha cortado nada, pero nada, encontrarme en medio de un selecto grupo de caballeros deseoso de entablar conversación con el primer café de la mañana, o con el último gintonic de la tarde. No tengo alma de ligona, pero sí me gusta el compadreo con mis compañeros de trabajo y reirme con ellos después de una jornada complicada.
Hoy sin embargo me ha pasado una anécdota que me ha dejado alucinada. Volvía ya después de pasar la jornada fuera y, como siempre, tras una horita sentada en el butacón, me he dirigido a la cafetería (confieso son cafeinoadicta). Tras una cola impresionante he podido llegar a la barra para pedir. Y sorpresa hoy no me ha atacado uno de aquellos Yuppies de entonces, aquellos que en su día peinaban gomina y pelo en plan "mesecaetolpelopatrás", sino que ha sido un amable abuelito, que viendo que pedía un cafe doble y una botella de agua, me toca en el brazo y me dice: "Señorita, ¿Va a tomarse ud. eso?" a lo que le he constestado que Sí, que por eso lo pedía. La siguiente que me ha dicho es que era hora de la merienda y que no podía tomarme eso sólo. Le he explicado, por darle charreta, que no meriendo, que lo mío es el liquido elemento. La contestación no ha tenido desperdicio, me ha contestado que eso no podía ser y ha llamado al camarero y le ha pedido que me pusiera dos magdalenas. Mi cara de alucine no tenía parangón, le he dado las gracias y le he dicho que no me las tomaría, que me daban ardor de estómago. El hombre insistía una y otra vez. He batallado por no comer la maldita madalena más de 10 minutos. Finalmente le he preguntado que porque me insistía tanto, que no la quería, y alucinad con la respuesta: "Señorita mantener esas posaderas que ud. tiene, no debe hacerse sólo a base de cafe y agua, métale ud. algo más consistente, sino ya me dirá que le miraremos cuandos se de la vuelta". Todavía estoy con la boca abierta. Un flipe. El camarero aún se rie. Así que no os fieis de los "abuelitos dime tu, que sonidos son los que oigo yo".Juro que es real. Otro día os explico un cuento, pero lo de hoy no lo es.



Ahora que todo vuelve -Martí i Pol- (De "He heredado la esperanza")




Ahora que todo vuelve: el silencio y la espera,
las palabras que hemos guardado en lugar seguro
todo este julio de viento y nostalgia.
Ahora que todo vuelve: la tibieza del cuerpo
aquietado y díficil bajo las manos amantes
y aquel perderse en las tardes tranquilas,
bosque adentro, por el tapiz crujiente de hojas de pino,
¿no es su valor este esfuerzo cálido y el quererse
con certeza a solas, la dura voluntad de permanecer, presente
ausente a la vez,sin pensar que el tiempo es un vacío sin límites?

Mujer: nada me cuesta decir tu nombre,
aunque estés lejos. Lo escribo en las piedras y el agua,
en la sombra acogedora de los árboles a la vera del río
y en el comedor de casa. Sí que oirás
mis palabras, porque llevas en las manos
el signo de un tiempo nuevo, y has crecido en la esperanza
de que alguien lo aceptara sin hacerte preguntas.

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martes, 20 de octubre de 2009

LLEVO TU CORAZÓN EN MI CORAZÓN


Llevo tu corazón conmigo (lo llevo en mi corazón)
nunca estoy sin él
(tú vas dondequiera que yo voy, amor mío;
y todo lo que hago por mí mismo
lo haces tú también, amada mía).
No temo al destino
(pues tú eres mi destino, mi amor)
no deseo ningún mundo
(pues hermosa tú eres mi mundo, mi verdad)
y tú eres todo lo que una luna siempre ha sido
y todo lo que un sol cantará siempre eres tú.
He aquí el más profundo secreto que nadie conoce
(he aquí la raíz de la raíz y el brote del brote
y el cielo del cielo de un árbol llamado vida;
que crece más alto de lo que un alma puede esperar
o una mente puede ocultar)
y éste es el prodigio que mantiene a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón (lo llevo en mi corazón).



Carry your heart with me(i carry it in
my heart)i am never without it(anywhere
i go you go,my dear; and whatever is done
by only me is your doing,my darling)
i fear
no fate(for you are my fate,my sweet)i want
no world(for beautiful you are my world,my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you
here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud of the bud
and the sky of the sky of a tree called life;which grows
higher than the soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart

i carry your heart(i carry it in my heart)

viernes, 16 de octubre de 2009

NO ERES CARMEN MAURA PERO ..."NENA, TU VALES MUCHO"



Se sientan en la única mesa redonda que hay en el comedor. Forman un cuadro sin igual, cinco mujeres a cada cual más distinta. No son las protagonistas de “Sexo en Nueva York”, ni de “Las Chicas de Oro”, pero desde luego forman una cuadrilla sin par. Cinco mujeres sin parecido alguno, a cual más distinta. Media de edad, por encima de la media, hechuras discutibles, alturas variadas, aspectos variopintos, risas todas las del mundo. Así que una noche más, han aparcado esa vida que tienen durante el día y se transforman en una banda fenomenal, chisposa y divertida. Nunca dejan aviso de a dónde van, nunca fijan hora de vuelta y nunca dejan de celebrar que son unas auténticas chicas L’Oreal, simplemente “porque ellas lo valen”.
Bailan las copas de vino, las risas emergen sin parar, parece que no se agotan. Jornadas interminables noches sin fin, el insomnio instalado en cada una de ellas. Las conversaciones no tienen desperdicio. ¿Dónde han quedado los problemas? Pues dentro de los bolsos, guardados en el guardarropía, al lado del cuarto de baño. Si tienen suerte, las contrariedades saltaran tras adoptar vida propia, se cogerán todos de la manita, y unidos unos a otros, saltaran a la taza del wáter, donde quedarán flotando hasta que la caritativa mano del camarero los mande de viaje a fuerza de tirar de la cadena del inodoro.
Y así, desaparecidos los problemas, empiezan los planes. El viaje a Budapest que lleva gestándose desde hace meses. Las risas recordando la última escapada (en Scotland aún se acuerdan de ellas). Llegan los primeros ataques de tos por la acumulación de taninos y el exceso de humo en el ambiente. Suena un móvil, maldita sea: - es el tuyo, no, no, el mío esta en el bolso; es el suyo, no, no, yo no lo traigo; ¿pero de quiénes?. Es el de ella, se levanta y abandona la mesa. Se hace el silencio, parece ser que uno de los problemas no se suicidó ahogándose en el agua del retrete. Apenas unos diez minutos más tarde, vuelve a la mesa, viene de la calle, las mejillas coloradas y frías. Está llegando el invierno. Una sonrisa de oreja a oreja y una mirada que para nada conjuga con aquella. Mala cosa. Se sienta, coge la copa, la alza al aire, espera que el resto alcen las suyas y sin pensarlo dos veces entona aquello de “Bebe que la vida es breve”.
Cuando se levanten, de madrugada, para volver a las monótonas y maratonianas jornadas que viven, cuatro tendrán ronquera por el humo y el vino, una por la panzada de llorar que se dio al llegar casa. Mañana los móviles y los mails echaran humo sin solución de continuidad, todo para recordarle que ella (la que continuamente les recuerda que las quiere: a una por la mala leche que gasta contra el que las pueda menospreciar; a otra, porque siempre está dispuesta a ejercer de “psico-loca” sin pedirle consulta, sea la hora que sea; a otra, porque siempre está aunque esté en la otra punta del mundo; y a la cuarta, porque no se dejó morir en el último envite que le dio la vida), precisamente ella es la más L’Oreal de todas. Mañana mismo, a todas horas recibirá continuos mensajes que le recordaran que, aunque no es Carmen Maura, a nadie mejor que ella le pueden decir aquello de “nena tu vales mucho”.



miércoles, 14 de octubre de 2009

EL DESTINO UN CIRCULO CONCENTRICO


Los regalos indican muchas cosas. En cuanto los recibes ves si son regalos precipitados, presuntuosos, elaborados, íntimos o si por el contrario, sólo tienen como finalidad cumplir y nada más.
A mí, en particular, los regalos que de verdad me gustan son aquellos que son pequeños, poco espectaculares pero que te llenan el corazón de alegría porque sabes, nada más verlo, que ese regalo en concreto ha sido expresamente buscado pensando sólo en ti. En estos últimos días, he recibido de muy distintos, fue mi cumpleaños. Podría enumerarlos y listarlos por el orden de alegría que me han producido. No es un casual que los más módicos sean los que tengan el número uno y que los más caros y sofisticados hayan quedado relegados a la cola del pelotón.
Los mejores no tienen, a la vista de cualquiera que no sea yo, ningún interés ni valor. No son los más espectaculares, todo lo contrario, son los más simples. Uno de ellos un enorme collar que posiblemente no me lo ponga nunca, pero me encantó, una curiosidad confeccionada con pequeños objetos que la persona que lo obsequió se dedicó a recoger durante más de un año por distintas partes del mundo que viajó. Sin embargo, el mejor de todos, lo recibí hace unas semanas. Me regalaron una caja, una simple caja de cartón de apenas dos palmos por costado. Por el peso y el escaso ruido que hacía al agitarla podría haber jurado que estaba vacía. Alguien que me conoce desde hace mil años, por quien me chalé hasta el tuétano, me entregó aquella caja y me pidió que no la abriera hasta llegar a mi casa.
Pude esperar, sabía que debía esperar. Llegué bien entrada la noche, todo estaba en silencio, se dormía tranquilamente. Así que me fui a mi sofá, encendí apenas la luz de una pequeña lámpara, puse un disco cualquiera y arranqué, con sumo cuidado, el celo que sellaba la parte superior de aquella misteriosa caja. Dentro, encontré una carta fechada en 1996, lleva el sello puesto, y una nota en el sobre que pone “no".
Extrañamente, ha sido uno de los mejores regalos recibidos. No sé realmente cual es el motivo que llevó a esta persona a entregarme ahora aquellas hojas que fueron escritas a lo largo de varios meses durante1996. A estas alturas, tampoco me interesa saberlo pero, también sé que, si había que recibirla en algún momento, sólo podía ser ahora. Recibirla entonces no habría ayudado demasiado. Su contenido, un secreto para los demás, pero algo que yo supe desde siempre pese a los eternos silencios que entonces me enfermaban. La vida es así. Esa caja y la carta que iba dentro, no han cerrado nada, absolutamente nada. Las heridas curaron hace mucho tiempo. Debo reconocer que no de manera pacífica, sino a golpe de ausencias impuestas y una fuerza de voluntad de hierro. Sin embargo, pese a todo, esas notas, aún cuando nada cambia en el presente, sí que han servido para que todo quedara recolocado en su sitio, con las cosas claras y los arrepentimientos pronunciados. Leerla se tradujo en una sonrisa que él no vió. Desde aquel día no nos hemos vuelto a ver, posiblemente no lo hagamos, no hay ningún motivo para ello, ni creo que apetezca para nada. El tiempo pasa y no hay vuelta atrás. Un regalo llegado en el momento perfecto, pese a que en su día jamás lo hubiera dicho. El destino es caprichoso y lo conforma un conjunto de círculos concéntricos cuyos extremos siempre terminan por tocarse y se cierran uno a uno.
Así que hoy, recordando aquel regalo recibido, intentaba pensar en uno que yo tenía que hacer. Ojala hubiera podido escribir una carta, pero no. Así que finalmente he optado por una pluma estupenda, que me ha costado un riñón, que su destinatario a buen seguro disfrutará y que quizas algún dia le sirva para escribir una nota.

http://www.goear.com/listen/c9c27c9/No-Me-Importa-Nada-luz-casal


lunes, 12 de octubre de 2009

LA VIDA HURTADA



Lios, muchos lios. Nos hacemos lios cuando tomamos consciencia que estamos viviendo una vida que no es la nuestra. Una vida que no nos corresponde. Un modo de vivir al que hemos llegado porque en un momento dado nos paramos en el camino por cansancio, por comodidad, por esperanza, por engaño, por vanidad, por un exceso de confianza en nosotros mismos, por mil razones, da igual; y nos dejamos llevar. Nos abandonamos a la inercia de todas aquellas circunstancias y permitimos que fueran otros los que movieran las fichas que se suponía debíamos mover. De ahí que nuestra vida, la de verdad, la única, la nuestra, la que que nos corresponde vivir, haya quedado relegada a ser un recuerdo, un ayer, a cambio de colocar en una posición ventajosa a la que ahora está suplatando nuestra realidad más íntima, nuestra voluntad, en definitiva, nuestra vida.
La vida no se construye caminando sin tener un rumbo claro y determinado, estoy segura que no funciona de esa manera. Transitar así sólo nos lleva a perdernos.
Y así, mientras andamos perdidos en ese sin vivir, nuestra existencia, la de verdad, la que sentimos como propia, aún cuando no está, sigue en algún sitio esperando vernos aparecer para que la recojamos y nos hagamos cargo de ella como es debido, porqué es la nuestra y sólo nosotros podemos vivirla.
Sólo recuperando las riendas de nuestra propia existencia tendremos la plena satisfación de vivir la vida que nos corresponde y ser relativamente felices.
Nada de lo que digo tiene que ver con lo material, ni con la persona que por puro azar tenemos como compañero, ni con la que podamos llegar a tener en distintos momentos de nuestra vida. Lo que ahora digo sólo tiene que ver con las sensaciones más intimas y personales de cada uno, con la creencia absoluta de que somos únicos y que lo que nos conforma es exclusivo, cierto y verdadero. Estas creencias y sensaciones forman parte de nuestro yo más profundo y, en esencia, no variarán jamás. Podemos perderlas de vista en algunos momentos, pero volverán a nosotros de una manera recurrente, avisándonos, incluso, que nos estamos equivocando. Sin embargo, a lo largo del camino nos perderemos, una y otra vez, porque nos convertimos en terriblemente cómodos, inconsistentes, cobardes, y sólo gracias a esas cuatro cosas en las que realmente creemos, las que de verdad nos definen, esas que nos conforman, son las que nos van permitir volver a reencontrarnos con nosotros mismos, aunque por el camino nos dejemos la piel a tiras. Son nuestras realidades las que al final no van a permitir que se nos hurte la vida. Y es que esas cosas son las que de verdad importan lo demás es pura anécdota.



domingo, 11 de octubre de 2009

VIVIR EN UNA ESFERA DE CRISTAL


En una esfera de cristal, apenas cubierta por unos centímetros de agua, habitan dos pequeños peces naranjas. Son tan diminutos que sólo por eso tienen la suerte de ser absolutamente insignificantes. Su microcosmos, ese en el que habitan, convertido en un limbo por decisión humana. Un poco de agua, sólo la que necesitan para sobrevivir, nada más. No hay piedras, ni plantas acuáticas, ni ánforas herrumbrosas, nada. La vida reducida a esa tonta esfera de cristal. Su existencia, dar vueltas sin parar, sin rumbo fijo, no tienen dónde ir. Dos peces insignificantes encerrados en un mundo artificial y vacio, como nosotros mismos. Su destino, el nuestro, posiblemente escrito desde el principio. No tienen escapatoria, nosotros tampoco. Sólo cuando se mueran saldrán de ahí y entonces, sólo entonces, quizás ellos sean libres, nosotros tampoco.




sábado, 10 de octubre de 2009

Muertos



Si los presentimiento son avances del futuro cercano, mañana estaremos muertos. Sin remedio, sin escapatoria, definitivamente, muertos. No tengo miedo. Morirse es el único hecho cierto de nuestra existencia. Existimos porque nos morimos, por eso sé que no hay motivo para temer a la muerte. La vida es sólo una estación de paso. No cabe el miedo a desaparecer ni a lo desconocido.No debemos apenarnos porque nuestra impronta no quede en absolutamente nada. El sufrimiento es mi gran terror. La muerte, una simple compañera de viaje para llegar a la nada.




viernes, 9 de octubre de 2009

De las "bombas" y otros artefactos risueños.

De las bombas y otros artefactos risueños.
Escribo como el culo, que le vamos a hacer. De todos es bien sabido que lo mío son las permanentes y los tintes de pestañas. Sin embargo, tras una noche como esta no puedo estarme de escribir dos chorradas y media que sé que sólo me hacen gracia a mí, pero que nada me importa que los demás se rían, si yo mientras lo escribo me muero de la risa.
Hace pocos días cumplí años. El que quiera saber cuántos que se fastidie porque a mí la coquetería me puede. Frívola, pues sí, ¿qué pasa?, creo que tengo edad suficiente como para pasarme por el Arco de Triunfo lo que piense mucha gente.
A lo mío. El día de mi cumpleaños, volvía de viaje. Fue una situación verdaderamente extraña y un día que pasó sin pena ni gloria. Más pena que otra cosa pero, como todo últimamente, me tocó" la marcha real", que traducido al idioma de los que no forman parte de mi circulo significa que me importó un huevo.
Hoy sin embargo, improvisadamente, sobre las 19 horas, he recibido llamada que me decía, ¡Aloha, hoy tenemos fiesta!. Soy facilona, ese es otro defecto. La llamada no llegaba de lejos, sino de la puerta de al lado, de hecho la oía más a través del pladur que nos separaba que por el propio telefonillo. Así que esta noche, sin dudarlo, poniéndome el mundo por montera, Anita se ha presentado en el "Seté Cel" (Séptimo Cielo), un restaurante la mar de coqueto en BCN donde, como siempre, estaban mis más amorosa PLD's.
Nos hemos reído, nos hemos emborrachado (poco, todas somos unas grandes profesionales de lo nuestro y mañana, pese a quien pese, a nosotras sobre todo, estaremos al píe del cañón). Me siento mejor y peor que nunca, pero las risas, eso ya no se lo lleva nadie.
Son cenas y copas que no tienen parangón. Hemos comentado el viaje de RA, la última relación medio lésbica que ahora mantiene M, la tocata y fuga de la pareja de E, y porque no decirlo, la críptica situación que yo vivo y mi recién estrenada, por no decir retornada, manía de fumar" Malboro" con una copa de vino tinto en la mano.
Las risas aún se escuchan en el Tibidabo. Y vuelvo a mi casa más contenta que en los últimos días, con unos libros que hacía tiempo quería leer, con un disco fenomenal, con unas copas de más y con el buen sabor de boca de saber que los amigos, los buenos amigos, le pesen a quien le pesen, están a nuestro lado. Y estos amigos son aquellos que incondicionalmente están con nosotros, aunque vean que nos equivocamos, que la estamos cagando, que seguramente mañana nos tengan que tirar el paquete de kleenex que nunca quisimos usar.
Así que sólo me queda dar las gracias por la noche regalada, por las copas tomadas, por los regalos recibidos y por estar donde están mis adoradas Pld's, que no dan el pedo nunca, que jamás juzgan y que, pese a quien pese, están todas la mar de buenas y son la mar de simpáticas.
Ellos, y en algún caso ella, no saben lo que se pierden.

P.D.: Pido perdón por la ortografía en su caso e incluso por la construcción gramatical, los efectos del rioja no perdonan. Ahhhh! y otra cosita, en mis notas siempre hay un enlace musical que es para mientras se lee la nota, que una no se lo curra para que después pase desapercibido. Así que buenas noches y buena suerte, o lo que es lo mismo "Good luck and good nigth"

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jueves, 8 de octubre de 2009

Cuando todo se vuelve absurdo y sólo queda la inercia

Dos, un frente al otro. No fue una buena idea colocar dos sofás en aquel salón, eso lo pensó hace apenas unos pocos años, en realidad muy pocos y lo repetía en voz alta cada vez que veía aquellos atolones de cuero. Ahora esta posición enfrentada, en la que cada uno se situa sin necesidad de compartir el espacio, ni sentir la tibieza de la piel del otro, manteniendola distancia no sólo en lo emocional sino incluso en lo físico, se ha convertido casi en un alivio. Dos mundos, uno lejos del otro en apenas tres metros de distancia. De hecho, si ambos estiraran sus brazos a la vez, sus manos llegarían a rozarse. Esas manos que ahora se huyen para no tener que sentir que aquella calidez de antaño ya se ha perdido, que han dejado de encajar pese al automatismo con que en ocasiones se entrelazan. Se ven, pero no se miran, hace tiempo que no lo hacen. Cuando se cruzan las miradas, no se dicen absolutamente nada. No hay sorpresas o tal vez sí, precisamente la sorpresa que produce el desvanecimiento de los sentimientos. Ahora ¿Qué queda? . La fuerza de la inercia, la resaca del amor, la comodidad de lo que no se dice, la pena por lo perdido, las sombras de lo oculto y dos personas , una frente a otra, en apenas tres metros de distancia y con una vida que les separa.

http://www.goear.com/listen/74cf88a/King-George-dover

martes, 6 de octubre de 2009

NECESIDADES VITALES




Por la noche parece que lo ritmos cambian, las realidades se vuelven sueños y nuestros sueños imaginamos realidades. Deseos de despertar y que el miedo haya desaparecido. Esperanza de seguir viviendo. No es un embate lírico mal entendido lo que ahora escribo, sino es el temor real a perder el control y el propio destino sobre mi vida y la de los míos. Miedo a despertar, a que vuelva el dolor, la pena y al no encontrar consuelo. No me gusta vivir con el gris anegando mi vida, y me encantaría poder ser optimista pero ahora no es posible.
Búsqueda de esperanza. Por necesidad vital.

Marzo 2002

lunes, 5 de octubre de 2009

RESIGNACIÓN

Cuando la vida te golpea, el vértigo te hace caer y crees que no podrás volver a levantarte, llega un aire de resignación y con él la vuelta a la vida consciente, dura, difícil e insondable. Unos llegan y otros se van y, en el ínterin, un ejercito de personas que quiere lo ya materialmente inexistente, que sufren la ausencia y que ni la inconsciencia del paso del tiempo adormecen el recuerdo.



VOUYERISMO CONTEMPLATIVO




Las cosas que vivimos desde niños nos dejan una huella indeleble y así me pasa con mi afición a los tejados y a las ventanas con vistas. Recuerdo que en casa, siendo pequeña, nos instalaron una mesa para estudiar frente a la ventana que teníamos en un dormitorio compartido por algunas de mis hermanas. La intención era distribuirnos por aquella casa para conseguir que el montón de niños que allí se concentraba estudiáramos algo sin acabar atizándonos sin remedio unos a otros.

Tuve suerte y siempre me enviaron a la mesa de la ventana. Mi natural contemplativo y una tendencia innata a encantarme con cualquier cosa, conllevaron que pasara muchas horas sentada frente aquel ventanal desde el que podía ver la azotea del edificio de enfrente y, al fondo, la línea del mar. El mar mediterráneo. Siempre me parecía increíble poder ver el mar con lo lejos que estábamos de la playa. En ocasiones, me subía a una silla para poder ver si, como decía mi padre, desde allí se veía Mallorca. Estas escaladas terminaron el día que mi madre me vio sobre una silla apoyando la rodilla en el marco de una ventana abierta. El sopapo recibido fue mayúsculo, y no se me ocurrió volver a subirme, al menos mientras ella estaba por casa. Hoy debo confesar que muchas otras veces lo hice mientras mi hermana pequeña vigilaba desde la puerta que no viniera nadie. A cambio de estas vigilancias tenía que explicarle si los mallorquines, que se suponía debía ver, eran negros o amarillos. Me inventé animaladas mil que aún hoy, desde la distancia, me recuerda y cuenta a sus hijos.
Con el tiempo, mis mayores decidieron sacarme de aquella ventana y sentarme a hacer los deberes frente a la puerta de la terraza, al menos no corría el riesgo de caerme por la ventana que daba al patio de vecinos. Pero la afición contemplativa no descendió, bien al contrario, desde ahí, las tardes de invierno, cuando a las siete de la tarde ya eran de noche podía ver como se iluminaba el parque de atracciones del Tibidabo y me alucinaba poder ver la noria desde lo lejos que estábamos.
Debo decir que gracias a estos traslados dentro de aquella casa, mis mayores consiguieron aficionarme al vouyerismo contemplativo, y hoy en día no es extraño encontrarme sentada en el tejado de mi casa, en el balcón de mi despacho o frente a la ventana mirando hacia el fondo, esperando ver si los mallorquines son negros o amarillos.



domingo, 4 de octubre de 2009

QUIEN ME ESTÁ ENCOGIENDO LOS VAQUEROS, ¿EIN?

Domingo por la mañana, un “gong” en la cabeza. Son las 6h., demasiado pronto para levantarse, así que un ibuprofeno rescatado del baño y a la cama de nuevo, el "gong" se acuesta conmigo. Suenan las 7h. en el despertador de mi vecino (como no cambie el timbre mañana subo y le regalo un despertador), y yo dando vueltas en la cama a ver si consigo que el maldito “gong” salga corriendo a fuerza de agitarlo dando tumbos en el lecho. Las 7:30h, mi vecino ha puesto la primera zarzuela que caerá durante la mañana de domingo, y parece que al “gong” le gusta porque, no sólo no intenta desaparecer, sino que se queda con más insistencia.
Salto de la cama, no puedo más. Una ducha rapidita y a vestirse. No puede ser, algo ha pasado, los vaqueros han menguado, no puedo abrocharlos. No es posible. Me tiendo en la cama, contengo la respiración, meto tripa e intento abrochar el abotonado de los malditos vaqueros. Maldita sea, acabo de dejarme medio dedo entre el ojal y el metal de este maldito cinturón de castidad en que se ha convertido el “blue jeans” de marras. Me he convertido en un arma de destrucción masiva, los botones, puro acero EEU, pueden salir disparados en cualquier momento y abrirle una brecha al que pase por delante.
Estoy tan embutida que casi necesito que me hagan palanca para levantarme y poder moverme. Rayos y centellas mi cuerpo esta mutando o mi vestuario está menguando como la panza de un niño biafreño.
Esta semana prometo tirarme al biomanan … si de deja.


http://www.goear.com/listen/0bd2205/Blue-Jean-david-bowie



EL PLACER DE PERDER EL TIEMPO O LA VIDA TRAS EL CRISTAL

Cuando tienes demasiadas obligaciones, demasiadas tensiones, demasiados “demasiados”, necesitas parar, aunque sea por unos minutos, aparcar todo eso y respirar. Ponerte a mirar por la ventana, sin hacer nada, absolutamente nada más que poner la mente en blanco, no pensar, es uno de los pocos placeres que nos podemos permitir sin sentirnos eternamente culpables. Levantarse de la silla, estirar los brazos como queriendo tocar el cielo, y buscar esa taza de té o de café que dejaste olvidada sobre la mesa desde hace ya bastantes minutos, son gestos menudos. Frotarse los ojos para eliminar lo que hasta hace unos segundos teníamos clavado en la retina y descansar la cabeza apoyándola contra el marco de la ventana, siguen siendo gestos menudos. Y es que hoy es sábado, un día cualquiera, y sólo busco gestos pequeños, los de siempre, los que me permiten volver a ser yo misma, nada más.

sábado, 3 de octubre de 2009

VIVIR ARRASTRADO POR AGUAS FREÁTICAS



Siempre me pregunto si no hablar de las cosas hace que éstas no existan o que las que exististieron desaparezcan hasta convertirse en nada. Dejar de hablar de esto o de aquello, ¿Es un síntoma o una enfermedad? es la siguiente pregunta que siempre cae en ese monólogo interior permanentemente inacabado.
Evitar las charlas sobre algo que importa o que aturde; o hacer ver que nunca se ha dicho lo dicho, aún cuando las palabras hayan salido de lo más profundo y de la manera más acalorada del mundo, nos torna inseguros y hace que lo dicho, incluso lo no dicho, termine borrándose de la vida, desdibujándose hasta el punto de llegar a creer que nunca se dijo nada o que nunca se pensó en decir lo pensado. Así no volvemos un poco más locos, un poco más duros.
La imaginación es libre y va a su aire. La necesidad es poderosa y la necesidad de supervivencia lo es muchísimo más. Poner antifaces a la realidad no sirve de demasiado cuando lo que pretendemos es ocultar lo que no queremos que se vea pero que ahí está. Las corrientes freáticas no se ven, pero se sienten y esos ríos interiores son imparables, arrastran todo lo que se pone por delante.
Escuchar el “run-run” que recorre los rincones del alma sirve para sentirse vivo, no necesariamente feliz, pero sí vivo. El tiempo no cura nada, sólo anestesia. Este adormecimiento inducido es lo que nos permite continuar el camino aunque sea con las heridas abiertas y el virus de la perdida inoculado hasta la médula.
Porque estamos perdidos, porque hagamos lo que hagamos, las heridas se convertirán en cicatrices, marcas tan visibles para un mismo que cada vez que las veas te recordarán donde estuviste, lo que fuiste, lo que ganaste y lo muchísimo que perdiste por el camino. Y es que las perdidas, por su propia naturaleza, siempre restan nunca suman.


PD.: He pasado una noche maravillosa con 3 de mis mejores amigos, tres tios estupendos y con "S", que nos dejó demasiado pronto pero hoy ha estado de copas con nosotros. Eso no lo cambio por nada.


Celtas Cortos - 20 De Abril





jueves, 1 de octubre de 2009

¿COMO OLER SU PIEL SI DESAPARECE?






Se sentó en la cama, frente a la ventana, totalmente a oscuras. Sólo el reflejo de una farola que se colaba desde la calle daba un poco de vida a ese rincón absoluto, desolado. Desde que Javier se había ido no había vuelto a encender la luz de aquella habitación. No quería ver nada, nada. Le dolía la ausencia que allí se perpetuaba. Continuamente, como una letanía, le repetían "él se ha ido, ya no está, no volverá". Pero en casa, en su habitación, aún estaban sus cosas. En el armario, su ropa; en la mesilla de noche, su cartera, las llaves del coche, aquella cajetilla de caramelos mentolados que siempre rondaba por todas partes; la última novela que estaba leyendo. 

En la silla, frente al improvisado escritorio, su jersey, una prenda que de roñosa se deshacía y que entonces le disgustaba como pocas cosas. Hoy, frente a la nada, le parecía el mejor de los trofeos. A fuerza de aspirarlo había engullido el olor de su piel, pronto no quedaría nada y sabía que no podría soportarlo. 

Empezaba a desdibujarse, las fotografía le parecían muertas Ni adelante, ni hacia atrás, permanecía varada en el minúsculo momento de un adiós inesperado. Le quería tanto.

 ¿Cómo podía haberse ido así, sin más? Los días se habían convertido en una tortura llena de rutinas con las que intentar no caer fulminada. Las noches, un horror. Se metía en la cama y apretaba los ojos para intentar fijar en su memoria el sabor del último beso de Javier. A fuerza de apretar sólo conseguía lllorar. Llorar porque él ya no estaba, porque se fue y nunca llegó a decirle lo mucho que le amaba. Lloraba porque ya no había vuelta atrás y, en definitiva, porque hoy, como todos los días desde hacía meses, sólo quería morirse.





My love my love is soft when he whispers my love is tough when he cries my love is small as a baby my love shines like rain my love walks like a soldier my love holds like a girl my love's voice is broken my love's hands are soft and strong i am as small as a snail i am as soft as a drop i am lost and crawl but i'll climb only up to you i am angry as thunder i am strong as blood i am as cloudy and clear as all the skies that pass through your eyes we'll be as happy as children we'll be as jumpy as queens we'll fight and fuss for hours only to rest in each other's arms i wait for you