lunes, 30 de mayo de 2011

LO QUE NO ASUSTA.


Alguien me dijo una vez que copiar fragmentos de otros en mi blog era algo así como hacer trampas perezosas, un recurso explotado cuando uno no sabe que decir. Puede que tuviera razón o no. No lo sé. No importa.

Horas muertas en una habitación y los músculos laxos. Miro al frente y en mi retina se clava una grieta diminuta que no comprendo cómo consigo ver con mi miopía. Escucho mi respiración y se me hace extraño.
¿Vive? En la pared se proyectan las palabras que imagino y construyen un poema cientos de veces repetido. No importa dónde, no importa.

Amortiguo el silencio y vuelvo a ficción. Unos minutos, sólo unos minutos y pienso en aquello que asustaba, en lo que paralizaba. Las manos en los oidos y la tranquilidad vuelve. Está aquí, no asusta, no paraliza.

"Lejos de los amores feroces de origen
y lejos del amor que, a modo de refugio,
la mente siempre inventa, el amor
que ahora me consuela es sin urgencias.
Cálido, respetuoso: amor del sol de invierno.
Amar es descubrir
Una promesa de repetición
que tranquiliza
Estos poemas hablan de esperar
porque el amor es siempre una cuestión
de las últimas páginas
Ningún otro grial podría estar
a la altura de tanta soledad".
Joan Margarit


©Fotografía Esteoeste

sábado, 28 de mayo de 2011

NO SOMOS IMBÉCILES


Hace una semana estábamos pendientes de las elecciones. En las plazas de este país acampaban cientos de personas intentando hacerse oír, poniendo de manifiesto la indignación ante la situación política, social y económica en la que nos encontramos. Cientos, miles de personas, “ocupando” la calle. Frente a ello, los políticos ávidos de obtener votos no sólo no cuestionaban, en la mayor parte de los casos, esta especial “revolución social” sino que la aplaudían. Pero las elecciones han terminado y aquello que hace unos días era contemplado con cierta gracia por quienes nos gobiernan, hoy es una molestia y hay que borrarlo de la manera más inmediata posible. A golpe de porra, a golpe de lo que sea.
Pero se han equivocado de nuevo. Es cierto que a esta situación hay que darle una salida, pero no la de la porra. Por eso, porque la porra ante lo que se clama en las plazas no cabe, ayer Barcelona se tiró de nuevo a la calle y, tras un apestoso y asalvajado desalojo, la calle y la plaza más conocida de la ciudad fue nuevamente tomada por una ciudadanía indignada por el comportamiento de sus políticos y de quienes ejecutan su ordenes.

Creo y sufro algunas de las cuestiones que los “indignados” han puesto sobre la mesa, pero no me gusta la falta de propuestas, por ahí cojea este movimiento. Existen otras muchas cuestiones que no tengo claras y no me convencen. Pero de lo que disto un mundo es de las decisiones adoptadas, que además son brutalmente ejecutadas por nuestro ejecutivo (el de la Generalitat de Catalunya), por razones tan estúpidas como, entre otras, una posible victoria de futbol que puede llevar a miles de personas a encontrarse en la zona y generar un conflicto mayor; o una cuestión de salubridad en una plaza que siempre ha dejado mucho que desear en cuanto a limpieza y salubridad.
Se les da bien lo de mezclar churras con merinas.
Y es que si hasta ayer tenía claro que nuestra clase política no tiene ningún tipo de altura ni catadura moral, hoy tengo el convencimiento de su estupidez e incapacidad mental.
Tienen a sus ciudadanos quemados y a nadie se le ocurre sentarse a hablar. Nadie piensa en convocar a la gente a participar en debates y mesas en las que se trate toda esta situación y sobre el desencanto generalizado. No, eso no se le ocurre a nadie. Convocar a los ciudadanos para que opinen, sólo se hace en referéndums que a nada llevan, mientras nos morimos de asco y se nos ningunea. No contamos para nada. La participación directa es inexistente para ellos cuando les conviene, en otras ocasiones despliegan todos los medios tecnológicos habidos y por haber.

Por eso, tal vez por eso, por el hartazgo, hoy en Plaza Catalunya había mucha gente que no llevaba rastas, ni pearcings, ni perros por compañía. Muchos, tomando nota de lo que ocurría y ha venido ocurriendo, ofreciendo y poniendo sobre la mesa posibles alternativas, pequeñas, minúsculas, pero que nada tienen que ver con la porra, ni con el desagravio y sí mucho con la solidaridad,  el ejercicio de la tolerancia, la negociación y las ideas.

Lo dije hace unos días  y lo repito, hay que arrimar el hombro y trabajar y da igual que uno sea peluquero, estudiante, mecánico, conductor de autobús, abogado, administrativo o desempleado sin cualificación profesional, hay que trabajar. Y trabajar en todos los sentidos porque las acampadas sólo tendrán sentido si somos nosotros, los ciudadanos de a pie, quien aportamos soluciones imaginativas a un sistema agotado. Así que, pongámonos manos a la obra, no nos queda tiempo.
Mañana me acercaré de nuevo a la plaza y muchos otros también lo harán. Eso es lo que están consiguiendo.
© Fotografía naq

jueves, 26 de mayo de 2011

PESE A TODO


Diecisiete horas después, por fin, todo pareces un poco más calmado. Apenas un poco de luz al final del tunel. Debería pasar las últimas notas para que mañana, sin demora, esté todo donde tiene que estar. Pero estoy cansada y él lo sabe. 
Salgo al balcón y respiro. Intento que el aire pase sin notar los trompicones que la incertidumbre de lo nuevo provoca en mi inspirar continuo. He vuelto a fumar, será sólo unos días, una tregua que sé que me castiga. 

Vuelvo a la mesa, me encuentro una taza de café y un post-it amarillo que me recuerda que ya falta poco. Mañana descansaremos y, sin falta, colocaré un trocito de papel, amarillo, engomado, en su taza, dándole las gracias por estar ahí, siempre ahí, pese a todo.


 

miércoles, 25 de mayo de 2011

SOLIDARIDAD NOIRE O NEGRA, SEGÚN GUSTE


Ayer, el director de mi oficina bancaria dejó un empalagoso mensaje en el contestador “invitándome” a una pequeña reunión para el día de hoy. Inmediatamente, en mi cerebro empezó a sonar, como un mantra, “alarm”, “alarm", "alarmmmmmmmm".

Esta mañana, a las ocho treinta y cinco minutos, ni uno más, ni uno menos, me he sentado frente a mi querido Director. Tras una pequeña charla intrascendente sobre el calor, de lo malo que es la desaparición de las estaciones y sobre la proliferación de “perro-flautas” en la plaza donde está el banco, se ha puesto a tocar el ordenador mientras me adelanta, sin apartar la vista de la pantalla, que tenemos que hablar sobre mi póliza de crédito, esa con la que trabajo desde hace años, muchos. 

Carraspea mientras me avanza que estoy a punto de reventarla, la póliza claro, como si yo no lo supiera. Le explico que estoy en un maremagnum de cosas y cambios, pero que no se preocupe que antes de finales de junio, cuando me toca renovarla, la tendré más bonita y saneada que un San Luis. Carraspea de nuevo, y yo, que me temo lo peor, lanzo la mano al cuenco de los caramelos de cortesía. 
Y et voilà! Tras casi veinte años trabajando con la misma entidad, tanto en épocas de bonanza, como ahora en época de restricciones, me he convertido en un riesgo. Y claro, me sorprendo. Le pregunto: ¿Riesgo para quién? ¿Para el PIB?, ¿Para la estabilidad de una de las mayores entidades bancarias del país? ¿Para su salud cardiovascular (a la vista del color morado que empieza a tener su cara? ¿Para los “perro-flautas” de la plaza? ¿Para las ancianitas que toman el café en la terraza que veo desde mi silla? Intenta convencerme que es una decisión adoptada sin que él esté de acuerdo, pero que no me van a renovar la póliza. 
A estas alturas ya me he comido medio cuenco y creo que, antes de que termine su discurso, sólo quedarán envoltorios vacíos para ofrecer a los futuros “convidados” a este tipo de reuniones matutinas.
Empieza a darme un poco de pena, la mía (la de mis números rojos) ya la tengo asumida e incluso la paseo con garbo y gracia por las entidades bancarias con las que estoy negociando últimamente para seguir trabajando, pero la verdad es que mi director, que me conoce desde que ahorraba en mi infancia, está pasando un mal rato.
Me habla de que no tiene margen, que no puede hacer nada, que el interventor le tiene humillado, que en realidad ya no tiene peso específico, que lo tienen relegado a la nada desde que cumplió los 55. Miro mi  mano y me quedan tres caramelos. Le miro y tiene los ojos vidriosos, creo que ante su desolador panorama de Director venido a menos, está a punto de romper a llorar. Sólo se me ha ocurrido darle dos  de los caramelos, mientras pelo y degusto el último que me queda.
La cosa está complicada. Empiezo a pensar que me ha llamado para que le consuele pues de mi negra situación financiera, hemos pasado a su negra situación laboral. Y no es que me moleste, todos tenemos arranques lacrimosos en momentos poco adecuados, pero es que me confirma que no me va  renovar la póliza de crédito y eso, aunque no lo parezca, es un problema en estos momentos.
Pero, como no puedo hacer más y empiezo a tener una espalda que ni la de Chuck Norris a fuerza de echarme las cosas sobre la misma, termino la visita pidiéndole que al menos, ya que no me va a renovar, me regale unos bolis de los buenos  (de esos que regalan en las operaciones fuertes), porque con el cruje a intereses con el que me van a bendecir, no me va a quedar ni tinta para firmarle las prórrogas. 
Me ha regalado dos, debe ser cosa de la solidaridad Noire. Mañana le acercaré una bolsa de conguitos que me quedó de la mudanza.

supertramp - the logical song

lunes, 23 de mayo de 2011

MURIENDO EN VENECIA...

Hay épocas duras, durísimas, que las pasamos con la esperanza de que sean la antesala de mejores momentos. Vivo una de ellas. Concurren demasiadas circunstancias, algunas de ellas me sobrepasan, pero las vivo con el anhelo que el enorme sacrificio de hoy se transforme en un aceptable mañana. 
Pienso que algunos momentos deben vivirse en el recogimiento de la soledad, no hay nada que entregar, no hay nada que recibir. Es quizá, por eso, que lo único que cabe es centrarse en lo que nos aligera y nos permite descansar el alma agotada. Centrarnos en nosotros mismos y olvidar. El mañana está por llegar y llegará para aliviarnos al fin.

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"Los sentimientos y observaciones  del hombre solitario son al mismo tiempo más confusos y más intensos que los de la gente sociable; sus pensamientos son más graves, más extraños y siempre tienen un matiz de tristeza. Imágenes y sensaciones que se esfumarían fácilmente con una mirada, con una risa, un cambio de opiniones, se aferran fuertemente en el ánimo del solitario, se ahondan en el silencio y se convierten en acontecimientos, aventuras, sentimientos importantes. La soledad engendra lo original, lo atrevido, y lo extraordinariamente bello, la poesía. Pero engendra también lo desagradable, lo inoportuno, absurdo e inadecuado.
(...)
Sus nervios acogían ansiosos los lánguidos tonos, las melodías sentimentales y vulgares, pues la pasión paraliza el sentido crítico y recibe con delicia todo aquello que en un estado de serenidad se soportaría con disgusto.
(...)
A veces permanecía en la arena, con los miembros extendidos; la sábana envolvía su delicado cuerpo; el brazo, suavemente modelado, descansaba en el arenal, con la barbilla apoyada en la palma de la mano. El muchacho llamado Saschu, sentado junto a él, lo contemplaba sumiso, y nada más seductor cabe imaginar que la sonrisa de labios y ojos con que él miraba enaltecido al otro, al admirador, al servidor. Su cabello, rubio, de miel, se adhería en los rizos húmedos a sus sienes y a su cuello; el sol hacía brillar el vello de la parte superior de la espina dorsal; se destacaban claramente bajo la delgada envoltura el fino dibujo de las costillas, la uniformidad del pecho. Sus omóplatos eran lisos como los de una estatua; sus rótulas brillaban y sus venas azulinas hacían que su cuerpo pareciese forjado de un fino material traslúcido. ¡Qué disciplina, qué exactitud de pensamiento expresaba aquel cuerpo tenso y de juvenil perfección!.
"

Muerte en Venecia-Thomas Mann-
 

domingo, 22 de mayo de 2011

ARREMANGUÉMONOS, PERO TODOS.


En este país ha pasado algo, algo fundamental. Llevo un buen número de horas siguiendo el desarrollo de las elecciones, de los debates y, cuando ya no he podido más, me he lanzado a la calle para palpar lo que en ella se mueve. Vuelvo a casa y conecto de nuevo, ya tenemos los resultados y ahora debaten y analizan unos y otros. Sin embargo, alguien no se ha enterado de nada y creo, sinceramente, que los que no se han enterado son los que hoy se creen vencedores y perdedores de una pugna que está, más que nunca, alejada de las necesidades y de la voluntad de sus ciudadanos. Han perdido absolutamente todos.
Hay que regenerar este sistema, huele demasiado a podrido. Son muchas las cuestiones que necesitan modificarse, desde la base hasta la cima y se necesita más que nunca propuestas, que tengan en cuenta a los ciudadanos y que partan de ellos mismos;  que castiguen de una manera ejemplar la corrupción y el derroche del que los políticos, en general, hacen gala a la que rozan o pisan el poder.

Los resultados de estas elecciones, no sólo en cuanto a los porcentajes de participación, sino tambien en cuanto las victorias y derrotas consumadas, deben llevarnos a una reflexión profunda y ver más allá de lo que en apariencia parece. Estos resultados tienen más de castigo que de premio y eso, si queremos que algo cambie, debemos entenderlo todos, sobre todo ellos, los que quieren gobernarnos.
Es necesario empezar a pensar en un sistema distinto, en una manera de hacer política distante a la practicada en los últimos años y, sin lugar a dudas, necesitamos soluciones y bienestar para todos.

Llega la hora de arremangarse, de no dormirse sobre los resultados electorales y no olvidar que los indignados somos muchos y que la única manera de solventarlo es poniendo todos, pero absolutamente todos, a trabajar, arrimando el hombro para poder salir de ésta y pintar un futuro mejor para todos. Faltan propuestas realistas y viables así que, no nos entretengamos y pongámonos a trabajar en ello porque ya vamos tarde.

DE LOS TRASLADOS Y OTROS MOVIMIENTOS


Si alguna vez intentas hacer un traslado, una mudanza, más vale encararlo con optimismo. No recuerdo ahora el número de mudanzas que he hecho a lo largo de mi vida, pero ninguna ha sido tan pesada como ésta, mortal de necesidad.

A las nueve de la mañana, con una alegría desbordada, vestida como si me fuera a la jungla pero con sandalias,  he comenzado el recuento de cajas, libros, estanterías, etc., que tenía que trasladar y, como si de golpe hubiera contraído las fiebres malayas, me han entrado unos sudores fríos, para nada compatibles con el soleado día que ha amanecido. Los sudores del canguelo.

A punto de sucumbir a una depresión post-recuento y no quepo, no ha quedado más remedio que acudir a las “drogas”. He cerrado la puerta, bajado caminando los tres pisos que me separan de la calle y encaminado mis pasos a la estupenda boulangerie que inauguró hace un par de meses en la acera de enfrente. Un atracón de cafeína, un donut de chocolate y, para rematar, una ensaimada compartida con finalidad terapéutica, han servido para, momentáneamente, levantar el ánimo y no sucumbir a la desazón de los kilos de papel que quedan por mover.

Pero como mañana toca continuar y me temo que los bajones atacarán de nuevo, he decidido proveerme de drogas varias y llenar el bolso de: seis bolsas de conguitos de chocolate, tres paquetes de almendras garrapiñadas, dos paquetes gigantes de M&M, de manera que no suframos por no poder doparnos.

Para colocar todo eso dentro del bolso, he tenido que hacer sitio, de momento he dejado el ejemplar de “No consigo adelgazar” sobre la mesa del despacho, que lo primero es lo primero y es que sin glúcidos no semos nada. 


P.D.: Ah! y el bolso bien cerrado que hay mucho drogadicto suelto que mete la mano al primer bajón de cambio.

Credence Clearwater Revival - Sweet home Alabama

sábado, 21 de mayo de 2011

RESPIRAR


Cuando descubrió que las palabras entregadas se habían corrompido a fuerza de voltear de vacuidad en vacuidad, decidió olvidarlo para siempre. La constatación de la trivialización de sus emociones  hasta convertirlas en algo vulgar e intercambiable fue, quizá, lo que marcó el inicio del abismo. 

Se situó en el borde, miró el fondo, negro como la pez, y le soltó para que allí se perdiera, definitivamente, en el vacío en el que vivía por propia elección. Y ahí lo dejó para que vagara a perpetuidad sin más consuelo que la eterna soledad que escogió.
Respiró, había recobrado la libertad.


miércoles, 18 de mayo de 2011

UNIFORMARSE PARA SOBREVIVIR QUE NO PARA VIVIR

 

Alguien tuvo la ocurrencia de colgar las orlas frente a la máquina del café. Apuro el mío, sentada en el único banco libre de todo el pasillo mientras, desde la distancia, miro el collage que forman los cientos de rostros uniformados con el negro de unos vestidos de atrezo.

Esta tarde terminan las clases. Han pasado ocho meses desde que empezó el curso y, sin darnos cuenta, los tres años que tocan. En unas semanas una nueva orla coronará la pared. 
Cuento en las que aparezco y veo el paso del tiempo. 
Hoy nos evaluarán y señalarán, sin ninguna consecuencia, lo mejor y lo peor de cada uno de los que, semana tras semana, hemos estado frente a ellos, o a su lado, según se estile.
Estos días cierran una etapa fundamental. Espero que la recuerden con agrado y espero, por la parte que me toca, haber conseguido despertar su curiosidad, haber espoleado su sentido crítico y la capacidad de buscar argumentos. 
El saber no sirve de nada cuando lo sabido no puede ser interpretado, cuestionado y reformulado.
Espero haber sabido transmitir que lo que importa es tener sentido crítico, siempre desde una vertiente constructiva, que el saber sí que ocupa lugar y que, precisamente por eso, lo sabido debe servir para algo y cada uno debe aprender, desde sus capacidades, para qué.
Alguien debería pedir que retiraran las fotografías uniformadas y que colocaran otras mucho más reales, otras que muestren la diversidad, que muestren a otros como son cada uno de ellos, esas en las que se ven los vaqueros, las camisetas y las cazadoras. 
Uniformarse permite sobrevivir pero no siempre vivir. 
© Fotografía naq

martes, 17 de mayo de 2011

CONVERTIDOS EN AMORY BLAINE


¿Y si en realidad fuera un rasgo generalizado de inmadurez? 
Clasificamos a las personas, en un momento dado, con etiquetas que les colgamos, para bien o para mal, en ocasiones, inmerecidamente, por exceso o por defecto. Nos convertimos en terribles "Amory Blaine" sometidos a la risa de nuestros antagónicos.
La vida es un chiste, a veces, de mal gusto.

miles davis - blue in green



Amory Blaine es el protagonista de la novela "A este lado del paraíso" de Francis Scott Fitzgerald

domingo, 15 de mayo de 2011

LUNARES



Caminas por el filo de un ánimo que parece abocado a derrumbarse, pero tú no caes nunca. Te sostienes pese a todo, pese a todos. Hablamos y te cuento que guardé una botella de cabernet, que nos espera y que no la pondré al frío. Incomprensible, menos para ti, menos para mí.  

Por eso, no importa la demora, el vino seguirá caliente hasta que llegues y entonces, tumbado a mi vera, recontarás, jugando con las yemas de tus dedos, los lunares que recorren mi espalda.

Es por eso, por la aritmética y la métrica de la piel, por la conjunción de los húmedos caminos que abres a tu paso, por lo que, entre otras cosas, no caes jamás.



HIPNOTIC RAIN


La carretera nos devuelve los reflejos acuosos de los faros sobre el asfalto. No hay nadie más. Viajamos acompañados por el silencio y el ininterrumpido rumor del mar. 
Llueve.

"Siempre escoges el camino más largo".
Cruzamos la mirada en el espejo y su leve parpadeo lo afirma. No hace falta decir nada más. Prolongamos el viaje de vuelta porque sabemos que, cuando termine, nada volverá a ser igual.
El silencio lo dice todo. 
Se llena de anticipada añoranza, mientras, mecidos por el sonido de la noche, miro hacia otro lado



sábado, 14 de mayo de 2011

MENGUAR

 

...Dime que me quieres aunque sea mentira. Dime que me quieres aunque sea mentira. Dime que me quieres aunque sea mentira. Dime que me quieres aunque sea mentira. Dime que me quieres aunque sea mentira...
__________________________________


Su discurso se componía, sólo, de siete palabras. Fluían sin rozar y crecían, a su pesar, de un modo inversamente proporcional a su existencia. Cuanto más grande era su estima, más  menguaba su talla. Al final, desapareció. 

Sobre la colcha encontraron unos puntos rojos, diminutos, insignificantes, que un golpe de viento desordenó. Nunca lo supo.


martes, 10 de mayo de 2011

LOS TACONAZOS VAN AL CIELO


Vale, lo sé, cuando una tiene que dar cientos de vueltas por la ciudad, no es una buena idea calzar tacones. Caminar sobre ocho o diez centímetros te deja los pies hechos un cristo y salvo que se tenga vocación de mártir o de sadomasoquista, que no es el caso, una termina odiando esos instrumentos de tortura que, además del dolor de pies, puede provocar una contractura facial por la exagerada contorsión del rostro a base de muecas dignas del mismísimo Jim Carrey, como si con esos gestos faciales se nos aliviara el dolor de pies. Puedo asegurar que las carotas no alivian absolutamente nada.

Así que, para el que no lo sepa, lo de los tacones, ese elemento tan fetichista, en muchas ocasiones, se convierte en una especie de tortura china pero, como decía mi abuela “qui vol lluir ha de patir”, que viene a ser algo así como que: si te duelen los pies pues que te den.

Algunas servidumbres son terribles. Lo de pisa morena, pisa con garbo debería puntuar para entrar en el cielo.

Hoy, tras correr (a todo llego tarde últimamente) más de doscientos mil kilómetros, nada lisos (para los que no lo sepan Barcelona tiene unas cuestas dignas de ser una etapa del Tour de France, como la subida al Tourmalet), llego a casa acordándome de “judas priest” por el dolor de pinreles que gasto y pensando que, si existe justicia divina, mi dolor de empeine me llevará directamente al cielo de los justos. Amén.

sábado, 7 de mayo de 2011

TEMBLEQUES (I)

 
Tengo tembleque de piernas. Dice que eso es por el frio de la mañana y por los ochenta kilómetros horas con el que nos hemos movido durante la última media hora. Ahora me castañean los dientes, le pregunto si eso también es producto de las inclemencias del tiempo y del límite de velocidad que marca la vía que circunvala la ciudad. Se ríe, me da una palmadita en el hombro y me despacha con un “no, tranquila, eso es simple acojone”. Y es cierto. Tengo en manos un proyecto en el que ya no cabe la marcha atrás, lo estoy macerando, preparando y en breve quedará listo para conquistar el mundo (el mío y el de los que me rodean).  Sólo necesito la red de Mortadelo y Filemón, la sagacidad de las Hermanas Gilda, la voracidad de Carpanta, alejar el tembleque de piernas y el castañeo de dientes y rogar que las fuerzas nos acompañen.

Y ahora, manos a la obra.

jueves, 5 de mayo de 2011

GRACIAS

 

Siempre me produce una sensación de extraña vergüenza y pudor cuando alguien se acerca a este blog y deja, en mi cuenta de correo, o en la propia página, mensajes en los que me dan las gracias por dejar por escrito, en mis escritos, algunas cosas que ellos sienten, o piensan. Me da un verdadero ataque de pudor porque siempre pensé que esas cosas que anotaba en trocitos de papel, que se apilaban en un cajón de madera gigante, no podían interesar a nadie. Por eso, me produce una enorme sorpresa, grata por supuesto, recibir este tipo de mensajes.
La existencia de una pantalla de por medio me salva de mostrar el rubor que pocas veces pudo controlar cuando los leo.
Son muchas las cosas que tengo que agradecer, una de ellas que alguien pierda un minuto de su tiempo pasando por aquí, leyendo las cuatro letras que tramo siendo quien soy.  
Gracias a todos los que os acercáis hasta aquí. Gracias de verdad.


P.D.Hoy no pensaba escribir nada, ha sido un día muy difícil, largo y cansado, pero he recibido un correo que merece algo más que una simple contestación en su dirección de e-mail. Gracias ;-)

miércoles, 4 de mayo de 2011

FUTUROS


En ocasiones,  uno tiene la sensación de que las cosas no pueden ir peor. Y sabe que es una sensación porque las cosas siempre pueden ir peor,  a mucho peor. Sin embargo, hay una realidad, y es que las cosas siempre pueden ir a mejor, a mucho mejor. Dos realidades que se compensan en el tiempo. 
 
Caminamos  sobre el alambre. La vida es eso, riesgo. Si nos falla el equilibrio el golpe es tremendo, pero nos debemos a nuestro  camino,  ese que queremos, ese que trazamos con la fina cuerda de un futuro, tal vez incierto,  pero que sin duda ahí está y en el que por pura necesidad vital debemos creer.   
Siempre llega la hora de cerrar etapas y recordar de dónde venimos y a dónde queremos llegar.   
Equivocados o no tenemos derecho a trazar nuestra ruta. Nosotros y los demás. Por eso debemos asumir los cambios, aunque no nos gusten y seguir caminando. 
Hoy es uno de esos días en los que uno mete cientos de miles de momentos en un cajón y pone el cartel de cerrado. Un momento difícil, una decisión arriesgada y el vértigo empieza a presidirlo todo pero con la certeza que el futuro está ahí por algo y eso, siempre, es una buena noticia. Estoy segura de ello.


lunes, 2 de mayo de 2011

ALEGRÍAS Y DESEOS

Me recibe con una buena noticia. La llegada de un niño siempre lo es. Una alegría de las de verdad. 
Con cada nacimiento renace la esperanza, la posibilidad de cambiar el mundo. De momento hoy ya ha cambiado. 
Me apresuro en preparar el primer regalo que tendrá de mí, un post en un blog del S.XXI. Cuatro letras para celebrar su llegada y para desearle que se rodee siempre de lo excelente, de la bondad y del pensamiento crítico. Que ame y se deje amar. 
Un mundo a sus pies, una vida para que la viva intensamente.
Hoy, su primer regalo, esta tontería que aquí dejo y un poema de Victor Hugo que reposaba guardado en un expediente con aroma a papel de arroz y que desde hoy también es suyo.

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Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.
.
Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes,
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.
.
Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.
.
Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.
.
Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.
.
Te deseo que siendo joven
no madures demasiado deprisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar
que fluyan entre nosostros.
.
Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año sino apenas un dia.
Pero que en ese dia descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y
la risa constante es malsana.
.
Te deseo que descubras,
con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo,
que existen, y que te rodean,
seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.
.
Te deseo que acaricies un perro
alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
porque de esa manera,
te sentirás bien por nada.
.
Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas
está hecho un árbol.
.
Te deseo además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
y que por lo menos una vez por año
pongas algo de ese dinero frente a ti y digas
"Esto es mío"
sólo para que quede claro
quien es el dueño de quien.
.
Te deseo también
que ninguno de tus afectos muera,
pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte y sufrir
sin sentirte culpable
.
Te deseo por fín que
siendo hombre, tengas una buena mujer
y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al dia siguiente,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.
.
Si todas estas cosas llegaran a pasar
no tengo más nada que desearte.
 -Te deseo-
Víctor Hugo

domingo, 1 de mayo de 2011

ELLAS, LAS MÁS BELLAS...PARA MATARLAS


Las pasadas navidades mis amigas, las ya archifamosas Pld’s, decidieron jugar al “amigo invisible”, ya saben una persona-un regalo. Una manera como otra de disfrazar la “crisis”. Así que, el día X a la hora H, se consumó la entrega de obsequios.

Debo reconocer que el mío me sorprendió, un bono para una sesión de “pedicuro-sanador-curador-vidente” (en adelante PSCV).  Ahí es nada. No entendí el “mensaje cifrado” que sin lugar a dudas llevaba a tan extraño regalo ¿mis pies hechos un Cristo? ¿Mi salud haciendo demasiadas aguas? ¿Un uñero evidente? ¿Un futuro que pinta más negro que el culo de un grillo? No comprendí nada.  Sutilmente alguien dijo: ¡Oh, qué suerte!, el mejor regalo, una sesión de PSCV, mientras el resto se moría de la risa y yo me imaginaba con los pinreles  sobre una mesa camilla y un tipo con turbante sobándome los pies como si intentara sacarles lustre para predecir la futura caída de la bolsa.

El bono era para dos y no podría escoger acompañante, venía previamente determinado, para que quedara constancia fiel y fidedigna de mi comparecencia ante el Gurú de los quesos. Mi acompañante sería Ra.

Llevo meses con el bono en mi cartera. No pensaba utilizarlo, sinceramente, pero el viernes, al mediodía mientras me debatía entre el arroz negro o la paella, recibí un sms que decía: “sábado a las 11:00 PSCV. Debes llevar preparado listado de consultas. No admite demora, bono caduca. Pasar quitaesmaltes uñas pinreles en casa”. Me entraron ganas de matar, de jurar en arameo pero, como no podía ser de otro modo, el teléfono de Ra estaba ya apagado o fuera de cobertura (ella es lista). Y es que a mí, que me toquen los pies, salvo que sea para cuestiones libidinosas, me da cierta grima y, la verdad, no tengo demasiado interés en conocer el futuro. Ya llegará.
Sin embargo, no negaré que el bichito de la curiosidad me picó porque ¿tanto pueden saber los pies? Así que, le viernes por la noche, me senté bolígrafo en mano y comencé a anotar mis consultas vitales, esas sin cuyas respuestas no puedo vivir. Ahí van:
  • ¿Me quedaré calva por la súbita masculinización de mis pensamientos? Dicen que los tipos se quedan calvos por culpa de la testosterona y últimamente todo me toca mucho las pelotas por lo que sospecho que quizá esté segregando testosterona.
  • ¿Si pese a lo  anterior conservo la melena, la rebozo de mechas y me hago la manicura francesa, se me encogerá el cerebro hasta convertirse en una uva pasa y las manos pasarán a parecer un manojo de rábanos pochos? (que me perdonen las que tengan el pelo mechado de origen. El resto que cabalguen con el drama del amoniaco y la capilaridad si finalmente el PSCV confirma la respuesta)
  • ¿Si digo muchas veces caca, pedo, culo, pis y consigo que me rían la gracia, me transformaré en una simpática-fashion-moderna?
  • ¿Si mezclo mandarinas, mayonesa y lo bato mezclándolo con un poco de vinagre de Módena previamente destilado en un alambique casero y lo pongo como chupito para acompañar el café de la sobremesa, formaré parte de la Nouvelle Cuisine? ¿Conseguiré una nueva fórmula para mejorar el tracto intestinal? 
  • ¿Si las noches de luna llena, me siento en la terraza y le aúllo como si fuera la perrita Marilyn, conseguiré resucitar a Herta Frankel?

Sábado 11:00. Estamos sentadas en una sala de espera decorada por el mismísimo primo de Rappel.  Siento que me pican los pies, debe ser cuestión de las ondas, tal vez esto de los PSCV sea como con la telefonía móvil, en la que las ondas llegan hasta el infinito y más allá. Mientras esperamos para pasar a la consulta, repaso mi lista por si, a última hora, quiero cambiar alguna pregunta vital, todo eso mientras decido si quiero que me retiren las cutículas y que las uñas me las pinten de rojo o de verde fosforito.
De reojo veo a Ra leyendo mi estupenda lista. Me coge del antebrazo y cariñosamente dice: “Querida, tú no necesitas un pedicuro-sanador-curador- vidente, tú lo que necesitas es un exorcista".
PD: Lo narrado en este post es totalmente cierto, no es una coña marinera, lo juro por la caspa de Torrente.