La carretera nos devuelve los reflejos acuosos de los faros sobre el asfalto. No hay nadie más. Viajamos acompañados por el silencio y el ininterrumpido rumor del mar.
Llueve.
Llueve.
"Siempre escoges el camino más largo".
Cruzamos la mirada en el espejo y su leve parpadeo lo afirma. No hace falta decir nada más. Prolongamos el viaje de vuelta porque sabemos que, cuando termine, nada volverá a ser igual.
Cruzamos la mirada en el espejo y su leve parpadeo lo afirma. No hace falta decir nada más. Prolongamos el viaje de vuelta porque sabemos que, cuando termine, nada volverá a ser igual.
El silencio lo dice todo.
Se llena de anticipada añoranza, mientras, mecidos por el sonido de la noche, miro hacia otro lado.
Se llena de anticipada añoranza, mientras, mecidos por el sonido de la noche, miro hacia otro lado.
El viaje de vuelta siempre es el fin de algo. Por más que intentemos prolongar el momento, ese final llega y solo quedan recuerdos.
ResponderEliminarMuy bonita canción. Besos.
Está claro que cundo llegaron no hicieron el amor.
ResponderEliminarPero de dónde venían.
¿Venían de algún lado?
O ya venía de atrás.
No sé.
Un beso.
Es cierto Pilar, los viajes de vuelta son otro camino distito, el de los recuerdos.Bss
ResponderEliminarKenit, venían de pensar que tenían un futuro, pero mientras volvían pensaron que su futuro estaba en otro lado. Bueno, eso tampoco lo tengo muy claro.
ResponderEliminarBss
no sé si es la nostalgia anticipada, presentida, por un irremediable final en ciernes o el momento álgido de un amor en su cota más alta, ese punto en que ya sólo se puede descender. no sé. pero es bellísimo.
ResponderEliminarRaúl, creo que los amores, en determinados momentos de la vida, son álgida nostalgia.
ResponderEliminarMe gusta ,enlazado está en el "saloncito"
ResponderEliminar:)
Un adiós no tiene por qué ser necesariemente triste, puede significar un renacer, el fin de algo malo, el cierre de una etapa superada pero este relato, unido a la maravillosa canción que lo acompaña, te deja con el sabor de la aflicción en la boca. Me gusta mucho, mucho.
ResponderEliminarSupongo que depende siempre de como es ese adiós, de si uno quiere finalizar algo o no, del dolor del que se libera, de la sensación de perder algo que le vale la pena. Depende de muchas cosas, tantas... Gracias Javier
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