domingo, 15 de mayo de 2011

LUNARES



Caminas por el filo de un ánimo que parece abocado a derrumbarse, pero tú no caes nunca. Te sostienes pese a todo, pese a todos. Hablamos y te cuento que guardé una botella de cabernet, que nos espera y que no la pondré al frío. Incomprensible, menos para ti, menos para mí.  

Por eso, no importa la demora, el vino seguirá caliente hasta que llegues y entonces, tumbado a mi vera, recontarás, jugando con las yemas de tus dedos, los lunares que recorren mi espalda.

Es por eso, por la aritmética y la métrica de la piel, por la conjunción de los húmedos caminos que abres a tu paso, por lo que, entre otras cosas, no caes jamás.



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