martes, 30 de abril de 2019

QUERIDO JOHN (IV)


"El agua de la ducha, al caer por sus hombros, se llevaba de la piel el sudor de la angustia de una desesperanza tenaz".

Memoria de Elefante. António Lobo Antunes





Querido John:

Apenas hace media hora que hemos embarcado rumbo a Toronto. El día ha anochecido raro en esta parte del mundo, más oscuro de lo habitual y seguramente más frío. Pero yo ya no lo siento, hace demasiado que siempre tengo frío. Ni siquiera el calor sofocante del desierto de Atacama con el que a veces sueño despierta para ver si así lo corrijo, aunque sea de una manera engañosa e irreal, y consigo templarme un poco y que todo ese frío, que sé que viene de dentro, desaparezca.
Querido John. Toronto es otro mundo, la única posibilidad que me queda en este momento. Un último intento por sobrevivir, para alejarme de todo lo que me asusta.
En el asiento de al lado viaja una mujer con un bebé. Duerme recostado en el pecho de su madre, sujeto a su falda por el cinturón de seguridad a tientas que, de vez en cuando, acaricia la madre como una prolongación de su hijo. He sentido envidia de ella, del niño, de la seguridad de los únicos brazos que sabes que no te dejarán ir nunca; del latido de los dos corazones que se acompasan al ritmo de la respiración tranquila del que empieza en la vida.
Miro por la ventana mientras te escribo, pero no se ve nada. Vuelo creyendo que voy a un destino fijo pero quién sabe. ¿Sobrevuelo Las Rocosas? ¿Me adentro en el Pacífico? No lo sé. 
Colgados en un cascaron en una inmensa nada. ¿Dónde está la bóveda celeste? Desde aquí, sujeta por un cinturón que no me atrevo a desabrochar, solo se ve titilar la luz del ala del avión. 
Pronto será mañana, aunque para ti ya sea hoy, y  estés, preparándote el primer café de la mañana, guardando los platos que lavaste después de cenar. 
Bajan la luz de la cabina, parece que es obligado dormir en esta parte del no mundo, poco importa que no puedas hacerlo.
Tres años ya. Los muertos en sus cajas y nosotros rebuscando entre los pedazos que nos dejaron. Alguien tenía que romper el silencio. La vida no es eterna.

Siempre tuya. Grace.



lunes, 22 de abril de 2019

RESPIRAR



...La tarde se moría y en el viento 
la seda de tu voz era un piano,
y la condescendencia de tu mano 
era apenas un suave desaliento...


Horacio Quiroga





Necesidad de salir a respirar y de que nadie te mire la solapa sabiendo que en su penitencia llevan la tuya. Necesidad de no escuchar a nadie, de que el aire recorra el río y no tenga que llevarse nada de nadie. Necesidad de caminar dejando que la mirada se pierda en cualquier cosa, olvidando recorridos tozudos, cabezas obtusas y pensamientos reiterados. Necesidad de sonreír, de reír en voz alta sin mirar a nadie. Necesidad de volver al punto en que zurciste parte de tu vida, dejando la costura al aire al entregar lo que no tenías, lo que no podías. Necesidad de reconocer que la vida tiene un sentido, sin rubor, sin ambages, como el mismo Guadalquivir.






martes, 16 de abril de 2019

NOTRE DAME Y LA ESTUPIDEZ SOBREVENIDA


 Hay algo más terrible que un infierno de sufrimiento,
 un infierno de ocio.

Víctor Hugo





Ver arder la catedral de Notre Dame conmueve a cualquiera, con independencia de su concepción religiosa de la vida. Ayer, para no variar, el odio se destilaba por las redes. Unos cuantos, con la ignorancia y el sectarismo por bandera, se alegraban del hecho que las llamas destruyera un templo católico. Hay que ser muy necio y muy estúpido para alegrarse una perdida así. Es evidente que hay desgracias en el mundo de un calibre mayúsculo, pero las desgracias no se miden con una regla y la existencia de unas no elimina las otras, aunque colocadas en fila cada uno las sitúe donde tenga por conveniente. Ayer, mientras caía la aguja de Notre Dame no pude por menos que pensar que esa caída no era más que la representación simbólica de un mundo que poco a poco desaparece. La Europa más fea, el mundo más grotesco se nos coloca en los primeros puestos de la vida pública. Puede que exista mucho ignorante que sea capaz de olvidar que los monumentos, consagrados o no, ya sea el Taj Mahal,  la catedral de Burgos, o la Mezquita de los Omeya, nos pertenecen a todos. Son la muestra viva de que el mundo existe en toda su diversidad. Pero el sectarismo y la ponzoña lo pudre todo. Hay gente a la que le falta mucho por viajar, mucho por conocer, mucho por leer y tiempo para quitarse de la cabeza todas las telarañas que la enmarañan y le quitan aire. La caída de Notre Dame no puede dejarnos indiferentes, como tampoco puede hacerlo que hayan personas por ahí que puedan alegrarse de un hecho como éste. El mundo, desde que es mundo, encierra una gran dosis de maldad que se mueve en andanadas casi siempre insoportables. La catedral será reconstruida pero la cabeza de algunos, dispuestos a la eliminación y muerte civil de los que no piensan no piensan como ellos, esa, esa sí que no tiene recuperación posible, es la necedad sobrevenida que emburrece y empobrece. Una gran pena, también.




domingo, 7 de abril de 2019

DE LOS ESTÁNDARES DEMOCRÁTICOS Y ESAS COSAS


"Cuando un pueblo está decidido a ser esclavo y se halla degradado, es una locura tratar de animar de nuevo en él el espíritu de orgullo y honor, de libertad y amor a las leyes, pues abraza con entusiasmo sus cadenas con tal que lo alimenten sin ningún esfuerzo por su parte“.

Marco Tulio Cicerón





En este país estamos viviendo momentos muy trascendentes para su salud democrática. No es un contrasentido que, precisamente, hayan sido los brutales ataques que ha sufrido el Estado de Derecho así como el aprovechamiento indecente de algunos miembros de la clase política que han intentando sacar rendimiento del desaguisado que venimos sufriendo en Cataluña y el resto del Estado, los que nos estén poniendo frente al espejo que nos devuelve una imagen de firmeza y buen hacer  democrático. Los Tribunales que estos días juzgan el abuso y el mal hacer del poder que detentaban unos cuantos, están ayudando a que muchos descubran la salud democrática de la justicia. Podría enumerar uno a uno a los que  han intentado colocarse en posiciones de salida ventajistas y poco honrosas para sacar tajada a uno de los peores golpes que ha sufrido la democracia desde el 23F. 
No dejar que se politice un procedimiento en el que no se discute sobre ideología, sino sobre actos y hechos concretos, está siendo uno de los grandes logros de este procedimiento, por mucho que las defensa de los políticos acusados lo intenten de una manera desaforada, a veces, incluso, pintoresca.  
En estos momentos, existen dos escenarios que deben ser observados con atención. El judicial, que trabaja en silencio, sin estridencias, para desenmarañar la trama de uno de los mayores atentados a las bases mismas del sistema democrático, a la igualdad de Derechos entre los ciudadanos de un mismo país; y por otro, el político, en el que apenas queda nada que sea salvable, como lo demuestra el hecho de que los  propios partidos estén confeccionando sus listas con personas ajenas ellos, dejando sentados en el banquillo, a la espera de tiempos menos tremendos, a todos aquellos inútiles que los conforman y que nada saben hacer si no es bajo el cobijo de la cosa pública, del presupuesto del Estado y del rendimiento al culto al líder.
Pero volviendo a la trascendencia del momento en que vivimos, el llamado “Juicio del Procés”, con el mismo se está haciendo verdadera de pedagogía procesal para lo que sin tener ni idea de cómo funciona un procedimiento judicial, ni cómo desde todos los estamentos debe de defenderse el imperio de la Ley como uno de los pilares del Estado de Derecho. No hacen falta observadores internacionales, este Juicio puede seguirlo cualquiera, siempre que esté dispuesto a escuchar lo que unos y otros tengan que decir, sentados en el sofá de su casa. El desarrollo de las sesiones del juicio está poniendo en evidencia la gran mentira, la gran estafa, el gran destrozo social que unos cuantos, creyéndose mejores que otros, han estado a punto de llevarnos a un abismo del que, una vez se entra, es difícil salir sin que se produzca el fallecimiento de la sociedad civil.
Podemos estar seguro que, pese a todo (sobre todo a la clase política que tenemos en danza), estamos en uno de los países del con los mayores estándares democráticos del mundo. Pese a quien le pese y pase lo que pase.





miércoles, 3 de abril de 2019

A SERIOUS GAME





Inspira, expira, no dejes de respirar. Cierra los ojos, despacio, y estira tus brazos. Busca con tus manos y allí, entre el vacío y la nada, una vida entera.