domingo, 27 de febrero de 2011

NO LE OYÓ


Creyó que había golpeó la puerta más de mil veces. Al primero estruendo, se tapó los oídos con las manos. El ruido continuó llegando amortiguado por la sucesión de puertas cerradas y la presión de las palmas contra los tímpanos. Se sentó frente a la ventana, empezó a tararear y esperó. 

No oía nada, pero sabía que seguía allí. Lo sabía. Los codos apoyados en las piernas, la cabeza entre las manos y los pies apoyados en las puntas. Volvió a empezar, arrastrando sílaba tras sílaba. 
Podría pasar así la eternidad, esperando, repitiendo una estúpida canción, con los pies adormecidos por el incómodo gesto. 
Vio cerrarse el día y fue incapaz de apartar las manos ni un segundo para recuperar una postura menos terrible. Estuvo así durante horas. 
No ceder  al cansancio ni al desespero para que se alejara de la puerta.
No le oyó. No oyó nada. Sintió como unos dedos le levantaban la barbilla hasta conseguir que le mirara a los ojos. Ante ella tenía inclinada a la Nada. Le cogió las manos, las apartó de sus oídos .
No comprendió lo que ella murmuraba. Cree que fue entonces cuando ya no le importó nada, ni siquiera morirse. Pero los muertos no se mueren.
 
 
Wagner - Tristan e Isolda, muerte de amor de Isolda


Pintura: Edvard Munch (Weeping nude)

sábado, 26 de febrero de 2011

PUEDO CONTARTE



Puedo contarte que tengo un gato azul, que tengo dos días y una noche por llenar. Puedo contarte que me esforcé por olvidar la maleta junto a la puerta; que me gusta ver la luna sobre el Mar del Norte aunque sea en un trozo de papel impreso. Puedo contarte que tengo una carta a medio escribir y que no quiero terminarla. Puedo contarte que los pies me duelen, pero menos que los dedos de las manos; que dejé de mirar el marcador cuando comprendí que, al final, será el destino quien gane el partido. 
Puedo contarte que algunas cosas me sobran más que nunca y otras me faltan por igual. Puedo contarte que las penas sólo tienen un nombre, el del que las lleva sobre su espalda y que las alegrías tienen el nombre que tú quieras darles.
Puedo contarte que me perdí hilvanando dos-coma-tres palabras y me encontré media hora más tarde cuando las colgué de su fantasmagórica figura. Puedo contarte de su rostro intermitente, cristalizado en una ecografía en 3D que se quemó, y puedo contarte que, cuando cierro  los ojos, está y que, cuando los  abro, desaparece. 
Puedo contarte que ayer supe lo que es el miedo de verdad y no temblé; de filamentos venosos imposibles y agujas que retumban al ritmo de un diapasón. Puedo contarte que tengo una canica de cristal y que te veo en alta definición. Puedo contarte que los números se conjugan  y los verbos se derivan. Que escondí dos paraísos perdidos entre Finlandia y Región. 
Y puedo contarte que mañana, mientras tú lees esto, yo caminaré pisando la nieve que la noche nos ha dejado, mientras sostengo entre mis manos un vaso de vino caliente y pienso que ojalá todo te vaya bien.



jueves, 24 de febrero de 2011

miércoles, 23 de febrero de 2011

MILAGROS EN DO MAYOR


Hace un rato ordenaba mi biblioteca, miraba las películas que he ido acumulando durante años y que algún día, no muy lejano, empezaré a regalar. He encontrado una copia de "El milagro de Candeal". 

Corría el año 2004 cuando Fernando Trueba se lió la manta a la cabeza y de la mano de Carlinhos Brown y de Bebo Valdés nos puso frente a los ojos y a los oídos, la maravillosa experiencia que supone cambiar el mundo, el de los que tenemos al lado, con cosas que todos podemos tener al alcance de la mano. 

Lo que se necesita es voluntad y conciencia. Comprender que está en nuestras manos, en las del hombre-mujer de la calle, la posibilidad de hacer del mundo un lugar mejor, es fundamental. Corren malos tiempos. Pero es posible, estoy segura de ello. Y no, no me he dopado, ni  he tomado ninguna droga de la felicidad. Lo creo porque sé a ciencia cierta que, pese a todo, queda gente buena y buena gente. Tengo pruebas de ello.




Por eso ya he comenzado a liarme con próximos proyectos que han empezado a entusiasmarme. Estoy trazando la hoja de ruta junto a una buena gente que conocí hace ya muchos años. No cambiaremos el mundo pero habremos dado un paso adelante.

Los milagros existen, aunque duren lo que dura un suspiro.
Uno de ellos, Candeal, pero hay otros bastante más cerca. Prometo seguir informando.



Marisa Monte,  Carlinhos Brown e Arnaldo Antunes - Velha Inf�ncia








ARRUGAS



Paseo mis incipientes arrugas con el orgullo que dan los años vividos. Las buenas y las malas experiencias se nos graban en la piel. No pienso renunciar  a ninguna de ellas. Cada surco me ha costado muchas sonrisas, algunos gestos de disgusto y otras tantas lágrimas. Me alegro de cada una de ellas.
Son las huellas de lo que vivo y lo que vivo soy yo.


martes, 22 de febrero de 2011

ELIPSIS - Peterburgo (Fragmento) Andréi Biely-


Elipsis. Buscaba cualquier cosa que me alejara de lo que en su momento me había acercado hasta él. Buscaba en la otra punta del mundo las cosas que sabía que destetaba y que yo adoraba por pura contradicción. Suprimía sin suprimir. Elipsis y más elipsis.

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"A la ventana de su habitación se adherían los enjambres verdosos de las nieblas de octubre: y Aleksánder Ivánovich Dudkin sintió entonces el irreprimible deseo de que aquella niebla le atravesara también a él, que atravesara sus pensamientos para ahogar aquel parloteo estúpido que traqueteaba en su cerebro y apagar las llamaradas de sus delirios, que surgían como bolas de fuego (que luego explotaban); de ahogarlos y apagarlos con la gimnasia de sus piernas andarinas; tenía que andar, andar, andar otra vez; de una avenida a otra, de una calle a otra; andar hasta enmudecer por completo su cerebro; andar hasta derrumbarse en la mesa de cualquier taberna para quemar sus entrañas con vodka. Sólo con aquel vagabundeo sin rumbo por calles y retorcidos callejones, bajo las farolas, las cercas de madera y las chimeneas, podía ahogar los pensamientos que se pudrían en su cerebro".

snow patrol - Chasing Cars

domingo, 20 de febrero de 2011

HOY, COMIDA DE RABO



Hoy, comida de rabo. El mensaje es claro y directo. No deja lugar a la duda. Si viene de Ramón, menos todavía. Si me dice que hoy toca rabo, no voy a pensarlo ni un minuto. Me voy corriendo a la ducha, me seco el pelo poniéndole especial dedicación, un toque de colorete, dos pasaditas de rímel, revisión de bolso para que todo lo que precisaré esté ahí y salgo a la calle.

Cruzamos las avenidas como auténticos desesperados,  no debemos perder tiempo, estamos deseando llegar. Hace semanas que lo planeamos. 
Ha sido difícil encontrar un hueco. Aquí las cosas se ponen cada vez más complicadas. Apenas un par de sitios al que acudir con ciertas garantías. Esta ciudad ya no es lo que era. Se ha llenado de remilgados y puritanos del tres al cuarto.

Empiezo a pensar que no debí ponerme los vaqueros, ni la camisa blanca. Estas cosas siempre dejan rastro y el pantalón termina siendo una incomodidad. La próxima vez, falda y jersey de cuello vuelto.
Entramos corriendo. En la calle hace frio pero nada más entrar nos envuelve el cálido ambiente de los lugares semi clandestinos. Observo sonrisas cómplices mientras cruzamos la entrada. Estamos llegando, me sofoco sólo de pensarlo, y Cotelo me coge por la cintura mientras me cede el paso . Veo que el resto nos espera. Una verdadera orgía, no podía ser menos.
Hoy hemos quedado toda la peña para comer el primer rabo de toro de la temporada, el oloroso empieza a correr a raudales y la mesa empieza a llenarse de platos y cazuelas. No hay tiempo que perder, vamos a hincarle el diente y luego, el que pueda, que se vaya de corrida aunque sea por el Canal +.
Salud.

sábado, 19 de febrero de 2011

MY IMAGINATION

 

¿Se imagina que en lugar de encontrarse sentado en el banco de un estación tosca del suburbano habitual, se encuentra esperando la llegada del metro en una estación de Moscow?
¿Se imagina que en lugar de la  voz electrónica que le recuerda que debe colocarse a lo largo de todo el anden y esperar detrás de la linea amarilla, suena el vals de las flores del Cascanueces de Piotr Llich Tchaikovsky?
¿Se imagina que, mientras espera, en lugar del anuncio de una operadora de telefonía móvil, contempla la reproducción de un cuadro de Ilia Glazunov?




Y quien dice Moscow, Tchaikowsky y Glazunov;  dice Seattle, Man-Ray y Lou Reed.







o París, Marcel Duchamps y Edith Piaff.

Si no puede imaginar todo eso. Si ni siquiera puede imaginar que es capaz de imaginarlo, amigo usted tiene un problema, puede que esté muerto.


miércoles, 16 de febrero de 2011

ESA POTA INCONMENSURABLE


 
BCN. Estación de ADIF. 07:15 horas. Tengo que desplazarme a la provincia de Tarragona. Subo a mi tren. Con la vista,  como el escáner de Afrodita A, busco un asiento libre, alejado de la muchedumbre.  Misión imposible, está hasta la bandera. Miro a mí alrededor y busco un asiento a poder ser cerca de la salida, a poder ser al lado de la ventana, a poder ser con mesita incorporada y a poder ser sin vecino.  A poder ser, a poder ser…pues no va a poder ser. 

Me siento en el único lugar que encuentro junto a una ventana, no es por el gusto paisajístico, es por colgar el abrigo en esa cosita que no aguanta un suspiro y pretende ser un colgador de diseño. Cutre diseño.  
Me siento en un asiento de a cuatro. Amontono las cosas como puedo y una vaharada de calor espeso me sacude como una bofetada El termómetro indica 9 grados en el exterior, pero aquí dentro estamos en el Caribe, o en  la mimísima caldera del diablo. Puede que en breve pasen los azafatos y en lugar de auriculares nos den piña colada. Creo que empiezo a delirar.
Frente a mí, un hombre entierra la cabeza en su portátil, su vecino en un periódico deportivo y yo he empezado a tirar del cuello del jersey que visto para ver si entra algo de aire. A mi lado, un ejecutivo de medio-pelo y de after-shave de litro. Lo de medio-pelo es meramente descriptivo, apenas le queda cabellera pero el tipo no para de pasarse la mano como si tuviera el mato-grosso coronando su cabeza. Debe ser por el calor, o por ese gesto que algunos creen que les convierte en George Clooney por arte de birlibirloque. Me recuerda a Anasagasti con unos años menos.
Empiezo a marearme. El calor, los efluvios de mi vecino medio-pelo y las ganas de pegar la hebra de mi compañero de bancada, empiezan a nublarme la vista. ¿A dónde va? ¿Puedo tutearla? ¿De verdad te gustan los rusos? ¿Te apetece un café? No puedo más. Una basca empieza a subir por mi estómago, trepa hasta el esófago y, como siga subiendo, la cosa se va a poner complicada.
Le pido a medio-pelo, que no deja de hablar, que me deje salir, tengo una urgencia. Necesito un aseo, una ventana. No hay. Aseo cerrado, ventanas selladas. Recorro pasillo arriba, pasillo abajo a ver si se me pasa. 
Mis ojos empiezan a parecer a los de Bette Davis en pleno ataque de conjuntivitis. Tengo que soltar el coctel molotov que llevo dentro. Medio-pelo acude al rescate. Me entrega una bolsa de supermercado para que alivie mi infierno  mientras,  condescendientemente, pontifica con un: al final todas necesitáis un hombre.   
Por un segundo dudo entre potar en la bolsa o en sus feos zapatos. Duda resuelta, ahora el que busca el baño es él.
 
06. kim carnes - bette davis eyes

martes, 15 de febrero de 2011

BOLEANDO


Le doy  a la palanca, la bola sale disparada. Recorre la mitad del camino chocando contra timbres, muelles y luces de colores. Cada toque, un descalabro. Tuyo, no mío. Y al final, te  cuelo en el agujero. Directo al infierno. Game Over.

lunes, 14 de febrero de 2011

MALDITAS ENTIDADES BANCARIAS

 

Desde hace unas semanas nos sobrevuela la noticia de la “nacionalización” de las Cajas de Ahorro. Frente a ella, los medios de comunicación se rendían ante una resolución judicial dictada por la Audiencia Provincial de Navarra en la que, en un procedimiento hipotecario, denegaba la posibilidad a una entidad bancaria de seguir ejecutando (reclamando), el importe adeudado que no quedó cubierto pese a la adjudicación a la entidad bancaria del bien que servía de garantía para el préstamo impagado.

Por aclarar. Un hipotecario es un procedimiento judicial por el que quien presta una cantidad de dinero puede ejecutar (reclamar y cobrar) la totalidad de la cantidad prestada, antes de la finalización de los plazos fijados, con sus intereses y costas, cuando se deja de abonar alguna de las cuotas de devolución del préstamo. 
La hipoteca no es más que una garantía real, que recae sobre un bien inmueble. La persona que recibe el préstamo se compromete a abonarlo íntegramente garantizándolo con un bien, para que en caso de no devolver el dinero ese bien inmueble (casa o finca)  que sirve de garantía, pueda ser subastado para con lo obtenido en esa venta judicial, abonar la deuda. Eso es y no otra cosa.

Parecía que una bocanada de aire fresco entraba en los Juzgados y que podíamos empezar a respirar frente a la brutal presión que un procedimiento hipotecario supone sobre la economía y vida del ciudadano de a pie.  Parecía que empezaba a imponerse la sensatez, que a partir de ahora, una vez que la entidad bancaria se quedaba, por adjudicación, la vivienda hipotecada, no podría seguir reclamando ni uno duro más, contrariamente a lo que ocurre en este momento. Teníamos ya el antecedente.

Pero, las alegrías siempre duran poco y para disgusto de quienes hayan podido creer que  algo estaba empezando a cambiar, hace unos días, se notificó otra resolución dictada por la  misma Audiencia Provincial de Navarra en la que, con criterio totalmente distinto, establece que cuando la adjudicación del bien en la subasta, es por valor inferior a la deuda que el ciudadano sostiene con la entidad bancaria, pese a que éste pierda el inmueble, continuará debiendo la diferencia a su banco. Conclusión, se le podrán continuar persiguiendo bienes presentes y futuros hasta el completo pago.

He leído con suma atención ambas resoluciones. Y las leo con un cuidado extremo porque en menos de dos semanas he asistido a tres actuaciones de entidades bancarias (Cajas de Ahorro incluidas) que pese a actuar dentro de la más estricta legalidad, suponen un abuso, no de derecho puesto que la ley se lo permite, sino un abuso moral y una contravención de todo el sistema de valores que rige nuestro ordenamiento civil.

Estudiadas ambas resoluciones, llego a la conclusión, dejando de lado los términos estrictamente jurídicos, que aquí importan bastante poco, que este mundo da asco. Los negocios dan asco, los bancos dan asco, las Cajas de Ahorro dan más asco todavía y el sistema perverso en el que vivimos es el horror.

Intentaré centrarme en lo que más me repugna. Las actuaciones de las cajas de ahorro. En este momento de fusiones, absorciones y demás, me pregunto que sentido tienen las Cajas de Ahorro. En su día,  lo tenían. Eran entidades financieras destinadas al ahorro y a desarrollar actividades benéficas y sociales. De hecho, en su origen, eran utilizadas como instrumentos para mejorar las condiciones de vida las clases trabajadoras,  a través de la remuneración del ahorro. Gracias a esta labor social, las Cajas de Ahorro han gozado y gozan de enormes privilegios. Sin embargo, hoy su labor social, esa que las fundamentaba, no es más que una excusa para seguir mordiendo la mano de los que les damos de comer, que somos nosotros mismos, esos a quien imponen condiciones draconianas, esos que les pagamos exorbitados intereses, esos que con nuestros impuestos acudimos a su rescate mientras el resto nos vamos hundiendo.

Es evidente que el sistema hipotecario de este país necesita una reforma. Y es que no se entiende y no es ni lógico, ni moral el sistema existente en este momento el actual sistema. No se puede entender que a uno le  presten 8 y lo garantices con un bien que vale 10 y que, cuando debas 5, el que te prestó los 8, se quede el bien por 3  (ese que él mismo valoró en 10)  y que por tanto le sigas debiendo 2. Tampoco se entiende que la misma entidad, compareza a las subastas, a través de sus filiales inmobiliarias para ahondar en la gran estafa legal que son algunos procesos hipotecarios y se queden bienes por debajo del valor que tienen, creando el caos social. Y se entiende menos todavía
porque la entidad que te prestó, fue quien estudió (previo abono de la comisión de estudio pertinente) tu capacidad de pago y se supone que las posibilidades frente a las oscilaciones de los intereses, porque fue esa misma entidad quien valoró el bien que entregabas como garantía y porque fue esa misma entidad la que te impuso las condiciones de juego.
El sistema hipotecario huele a podrido. 
No sirve que se amparen en la actual legislación y en la inexistencia de un abuso de derecho. Hay algo que va más allá de todo ello. Es tan brutal la falta de moralidad, de honestidad, de valores y principios sólidos  que ya nadie se echa las manos a la cabeza cuando vemos algunas barbaridades, sobre todo cuando son de guante blanco. Aquí todo vale. Sólo cuenta lo aparente, mientras esa apariencia sea aséptica, parezca limpia, bien tramada y el que la ejecuta lo haga con una pluma en lugar de con metralleta.

Estamos en crisis. Una crisis mundial, interplanetaria, galáctica, espectacularmente global. La crisis es tan generalizada que afecta a todo: al sistema económico, al sistema de vida, a las aspiraciones personales del individuo, a la integridad personal, a la moral social y, desde luego, al colectivo humano como tal.

Sólo me entran ganas de gritar ¡Paren, que yo me bajo!


pink floyd - another brick in the wall part ii

domingo, 13 de febrero de 2011

ACERCA DEL AMOR (fragmento) -Anton Chéjov


Algunas cuestiones son intemporales. No importa como somos, como vamos cambiando. No importa 1850, 1905 ó 2011, algunas cosas se sienten siempre de la manera y nos confunde y aturden por igual.

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"Fuimos gran cantidad de personas a despedir a Anna Aleskseyevna. Ella ya se había despedido de su esposo, de sus hijos, y el tren estaba a punto de partir. Corrí a su compartimento para entregarle una cesta que había dejado olvidada en el portaequipajes del coche. era el momento de decirle adiós. Cuando nuestros ojos se encontraron, no pudimos contenernos por más tiempo. La abracé. Ella apretó su rostro contra mi pecho y corrieron las lágrimas. Cuando le besé el rostro, los hombros y las manos, humedecidas por su llanto ¡oh, qué desdichados éramos los dos! -le declaré mi amor y comprendí, con un dolor punzante en el corazón, qué innecesario, trivial e ilusorio era todo lo que se había interpuesto en el camino de nuestro amor. Comprendí que si se quiere reflexionar sobre el amor se debe tener un punto de partida más noble y significativo que la mera felicidad o la desdicha, que el pecado o la virtud, tal como habitualmente se entieneden. De lo contrario, es mejor no reflexionar sobre ello en absoluto.
La besé por última vez, estreché su mano y nos separamos para siempre. El tren estaba ya en marcha. Me senté en el compartimento contiguo, que se encontraba vacío, y lloré hasta llegar hasta la primera parada, en la que me bajé para regresar caminando de vuelta hasta Sofino".

sábado, 12 de febrero de 2011

HOY PERDÍ MI OMBLIGO



Hoy ha sido un sábado especial. Quedan aún algunas horas para cerrar el día pero puedo ya tildarlo de especial, muy especial.
Empezó muy pronto, a eso de la una de la madrugada, después de cenar, mientras dábamos cuenta a unas copas antes de retirarnos. Venía aplazando esta cena desde hacía meses y ayer, cuando lo único que quería era llegar a mi casa, darme una ducha y ponerme a pasmar en el sofá disfrutando del silencio más absoluto, recibí una llamada. Me invitaban a cenar y la pereza amenazaba con imponerse. Lo tenía fácil, el cansancio de los cambios laborales, acostarme tarde las dos últimas noches y una salud resentida, me tentaban para volver a decir que no. Pero no. Así que me colé en la ducha, me dí una ampolla de belleza “flash” inmediata para disimular el cansancio acumulado y me fui a cenar.
Me alegro de no haber sucumbido a la pereza que arrastro. Me encontré con algunas personas que hacía tiempo que no veía. Una alegría de las de verdad.
Fue en el momento de las copas, después de ponernos al día sobre nuestros cambios vitales, de explicar las últimas cosas hechas, los proyectos en mente, cuando mi interlocutor me invitó a conocer el suyo. El sábado es un buen día, dijo. Debo decir que la hipnótica alegría del momento, las copas y un fin de semana para dedicar a la contemplación, me hizo aceptar sin demasiado esfuerzo. Así que no había excusa.
A las 10 de la mañana me he encontrado con Manel.   Es médico, oncólogo pediátrico. Le conocí cuando ambos frecuentábamos el bar de la facultad de medicina, el único lugar que nos daba de comer por 300 de las antiguas pesetas. Con el tiempo, nos perdimos la pista pero, hace ahora unos meses, por aquellas cosas que te depara la vida profesional, retomamos el contacto.

Nada más llegar, hemos subido a su planta. Si alguna vez se pasean por un hospital en el que los niños son los pacientes de enfermedades tan gravísimas como las que circulaban por ese lugar, no dejarán de sentirse sobrecogidos. Creo que mientras recorríamos el pasillo y veía el interior de las habitaciones he ido menguando.
Hemos llegado a la sala de juegos. Había 8 niños con dos voluntarias. Todos calvos, claro, y dos de ellos con una especie de petacas colgadas en bandolera, una bomba de medicación.
Cuatro de ellos esperaban que llegaran sus padres o familiares, dos están en un centro de acogida de la Generalitat con lo que no esperaban a nadie, uno esperaba a su abuela y al otro no he conseguido arrancarle ni una sola palabra.

En cuatro horas me han peinado colocándome todas las orquillas, gomas y clips que han encontrado en la planta, he dibujado para que colorearan dieciséis elefantes, otros tantos osos y alguna que otra princesa. He cantado (con mis pocas dotes para el canto) canciones que previamente han tenido que enseñarme. He leído dos capítulos de Harry Potter, dos cuentos de Jeremy Stilton (desconocido para mí hasta hoy) y he ayudado a repartir algunos zumos para que se tomaran las “power ranger” (sus medicaciones). 
Lo he pasado bien, creo que ellos también. Volveré, con toda seguridad sin menguar un ápice.
Hoy he aprendido una lección importante. No la de la solidaridad, ni milongas como esas (la solidaridad no nace de un cuento lacrimógeno, ni de las simple visualización de imágenes que nos impresione, sino que nace de la conciencia del ser humano para con sus iguales y eso no tiene nada que ver con lo de hoy), sino la de la necesidad de dedicar parte de nuestro tiempo a otros y hacerles la vida más amable a los demás; la de mirarnos menos el ombligo y arrimarnos donde podamos aportar unos segundos de bienestar.

No tenemos derecho a quejarnos de nada. Cada uno tenemos lo que nos toca en suerte y tenemos que aprender a vivir con ello. La vida es algo maravilloso que vale la pena vivir, hay que tener esperanza. En medio del dolor hay lugar para la alegría.
He estado con unos críos a los que no se les puede estropear sus momentos, un tiempo que algunos de ellos tienen contado y tachado de antemano en un calendario. Y estoy segura que estropearíamos sus momentos si supieran que frente a sus gravísimas situaciones, de las que no he oído quejarse a ninguno, y a las complicadas situaciones por las que pasan les expusiéramos nuestra preocupación por cosas tan estúpidas como lo que hace menganito, hace zutanito o los “males” que nos "afectan".

Ese es el proyecto de Manel, intentar hacer que estos niños vivan una vida lo más normal posible, con estupendos momentos y risas, dentro de la anormalidad que les ha tocado vivir. Con unos momentos en los que se valore lo realmente importante, el ahora y el estar bien en este mismo instante, de mañana ya nos ocuparemos cuando llegue.

Vuelvo a mi casa con una extraña sensación. No es de alegría, ni de desasosiego sino tranquilidad y sorpresa. Y es que me sorprendo por la capacidad vital de algunos y lo gilipollas que a veces nos ponemos otros.
Prometo enmendarme, dejar de preocuparme por estupideces y ocuparme de lo que importa.


viernes, 11 de febrero de 2011

DISFRACES


 

Barcelona, 7:15 de la mañana. Un taxi me recoge en la puerta de mi casa. Está lo suficientemente oscuro para no saber si el día nos coronará, de nuevo, con la pertinaz nube tóxica bajo la que vivimos desde hace unos días. Miro por la ventana esperando ver la cola del anticiclón que tiene que llevarse el veneno que nos está matando poco a poco.
El coche está limpio, el taxista va escuchando a Chopin. Me pregunta si quiero que baje el volumen. Le digo que no, que al contrario, casi prefiero que lo suba un poco. 
El recorrido es largo. Mientras voy escuchando viene a mi cabeza un libro que leí, hace ya algún tiempo, sobre George Sand, sobre su vida, su relación con Alfred de Musset y con el mismo Chopin.
Cruzamos la ciudad, circunvalándola por sus entrañas.
Pienso en los disfraces, en la necesidad de vestirse de lo que uno no es, como George Sand, para sobrevivir en ambientes hostiles. Yo misma y mi disfraz. 
Visto un sobrio traje chaqueta, unos zapatos altos y un portadocumentos que transporta los secretos mejor guardados de alguien que me interesa más bien poco. Me disfrazo y juego al despiste. Me caracterizo y me creerá más fuerte, implacable.
Pero como George Sand, mi interior hoy es de vaquero viejo, zapato bajo, cola de caballo y me interesa poco lo que llevo bajo mi mano.
Llego a destino, me despido del taxista agradeciéndole el silencio y el concierto de Chopin. Encontramos la mirada en el retrovisor, me desea un buen día y  me recuerda que por fin es viernes.

jueves, 10 de febrero de 2011

UN MAL DIA LO TIENE CUALQUIERA


En su cabeza resonó, por quinta vez consecutiva, la misma tonadilla "I love you, my masochistic beauty". Sólo se escuchó la frenada del autobús. Dice la policía local que encontraron algo parecido a una víscera, completamente ennegrecida, con forma de pera pocha, estratégicamente colocada en un mocasín castellano del 42.

Marvin Gaye - Sexual Healing



 

miércoles, 9 de febrero de 2011

MON


Dice que la estrechez no proviene de no tener un duro en el bolsillo, ni de tener que quedarse en casa porque el mundo se hunde. 
Me cuenta que la estrechez proviene de impedir que tu mente cree, de sujetar el pensamiento para que no vuele, de cercar la imaginación entre paredes de hormigón. 
Pinta y yo me tiendo en su sofá.
Neo se acerca y de un salto se acomoda en mi regazo. Le paso la mano por el lomo  y empieza a estirarse desperezándose para convertirse en un ovillo que  ahora dormita sobre mis piernas.

Mon es creativa, poco práctica, vive en un estado de relativa felicidad. Desprende luz. A veces pienso que las estocadas que le perforaron el corazón la transformaron, por eso, sólo por eso, todo lo siente pero nada le duele. La envidio. 
Me recuesto y la miro. Neo me mira, y yo lo miro.  

Mon ya no está, vuela con un pincel en la mano.
Acaricio el lomo de Neo, cierro los ojos y empiezo mi vuelo. Traspaso la pared buscando mi aliento mientras sujeto con fuerza la nota que llevo en mi bolsillo.

“Quería vivir, y todo lo demás no significaba nada. Vivir y vivir mi vida, como quisiera y tanto tiempo como quisiera. Entre dos caminos posibles, me había decidido esa noche, en el instante decisivo, por el camino de la vida. Si hubiera cedido un solo instante en esa voluntad mía, no hubiera vivido ni una hora. De mí dependía seguir respirando o no. El camino de la muerte hubiera sido fácil. El camino de la vida tiene igualmente la ventaja de la libre determinación. No lo perdí todo, seguí teniéndolo todo.” 
Thomas Bernhard (El aliento)


carla bruni - quelqu un m a dit


 

martes, 8 de febrero de 2011

QUI SAPIT


Me aposté junto a la ventana para robarle uno instantes. Sin saberlo, me entregó diez minutos de su vida. Cogí ese tiempo, lo coloqué en una historia que inventé y la inmortalicé en el reverso de un billete de autobús. No conozco otro modo de construir. Y ahora, sin saberlo, forma parte de un mundo complejo y ajeno a su balcón. 

Pasatiempos del que tiene todo el tiempo del mundo y nada que perder. Una eternidad resumida en diez minutos, en un pensamiento corto, extraño que modelo y encajo en lo que tengo. Un trozo de cartón, un pedazo de mi vida.
Lo guardo en el bolsillo trasero de mi vaquero. 

Tal vez mañana vuelva. Tal vez mañana te encuentre, y quizá, sólo quizá, te regale un billete para que anotes lo que quieras.
© Fotografía naq






domingo, 6 de febrero de 2011

¡ADIÓS! - Alfonsina Storni-



Necesitamos encontrar un sentido a nuestro paso por el mundo. Lo desconocido, lo incierto, produce miedo y nos torna inseguros. Depositar la esperanza en la incerteza es sólo un consuelo. La única certeza que tenemos es que los muertos no vuelven y que un vaso roto no se puede recomponer.
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Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán...
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,
los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!

Michael Nyman - Impromptu for 12 fingers

SIN LLEGAR A DESPEGARME


No sé que es lo que tienen los domingos que los convierte en algo distinto. Da igual que te levantes con la misma rutina con la que lo haces un día cualquiera. Que repitas, uno tras otro, los gestos que podrían corresponder a un lunes o a un jueves, da igual, los mismos gestos también parecen distintos.
Repito rutinas en festivo. Apago fuegos en domingo pero nada es igual.
Por eso la taza de café me sabe distinta, la mesa me parece menos estresante que otros días y el teléfono sólo es un objeto decorativo.
Es domingo. Me esperan unas horas de "extraña rutina", no importa, hoy es distinto.


nora jones - one flight down



© Fotografia naq

sábado, 5 de febrero de 2011

TRAICIÓN


Dicen que los seres humanos tenemos cinco sentidos. Sin embargo, creo que, además de ellos, tenemos unas potencialidades sensoriales que aún no hemos conseguido desarrollar, conocer, controlar o incluso darle un nombre.  Por eso, a veces, las llamamos intuiciones, premoniciones, etc.  
Mientras me tomo un té con menta, pienso en  las mías propias. En mi capacidad para adelantarme a algunos acontecimientos y en la de imaginar cual va a ser el siguiente paso en la cadena de sensaciones.
Son facultades y posibilidades por desarrollar de las que disponemos todos, de eso estoy segura, no es que yo sea especial. 
Algunas son magníficas aunque nos lleven a tremendas realidades. Por eso, somos capaces de sentir los buenos momentos antes incluso de que estén aquí, pero también llegar a sentir que nos van a traicionar.
Alguien dirá que la palabra "traición" es gruesa y tiene razón, lo es. ¿Se puede entender, comprender o incluso disculpar, que alguien en quien se confia pueda quebrantar, sin rubor alguno, la lealtad que a otro debe, sin considerarlo algo gordo? A mí, la traición, siempre me ha parecido uno de los actos más repugnantes del que es capaz el ser humano, entre otras cosas por las devastadoras consecuencías que  puede tener sobre las personas y por la maldad intrinseca  que muestra el traidor cuando su traición es dolosa, conocida y querida. Por eso, no me duele calificarla de  repugnante y de gruesa.

Traición. Lealtad. Fidelidad.

Centrémonos en las relaciones humanas en sentido amplio y preguntémonos que es la "lealtad", la "fidelidad".

Para el que no lo tenga claro, y hay muchas personas que no lo tienen, la fidelidad no es más que la constancia en los afectos (no sólo de naturaleza amorosa, como tienden algunos a pensar), es el creer en el que tienes enfrente y el no defraudar la confianza que en tí han depositado. En eso, y no en otra cosa, consiste la fidelidad, la lealtad en último término.

Creo en la lealtad, aunque a buen seguro, en alguna ocasión, alguien puede haber sentido que le he traicionado.  Sin embargo, porque creo en ella, intento, preservar mis relaciones personales de cualquier agresión consciente a esa lealtad que les debo a los que forman parte de mi círculo de relación y creo poder esperar lo mismo de ellos. No siempre lo consigo, claro,  pero pienso que es lo mínimo que se puede ofrecer a quien te acompaña por el camino y es lo mínimo que se puede exigir al que pretende caminar a tu lado. Sin lealtad no hay amistad.

Volviendo a las "potencialidades humanas", explórenlas, todos las tenemos residiéndo en algún punto indeterminado del cerebro. 
El día a día, los años y las relaciones humanas nos ayudan a desarrollarlas. Pueden estar seguros de ello. Presten atención y verán como intuyen, huelen  y pueden incluso sentir en la propia piel, algunas cuestiones tan sorprendentes como estas de las que ahora les hablo.

Y cómo colofón final, la pregunta ¿Por qué hoy me habrá dado por esto? La respuesta es que no lo sé. Aún no tengo desarrolladas todas mis potencialidades pero, a buen seguro, alguna explicación tiene, si la descubro, prometo contarlo.

Feliz fin de semana :)

jueves, 3 de febrero de 2011

SOBREEXPOSICIÓN EMOCIONAL


Me preguntó, como si yo tuviera respuesta para todo, como había podido sobreexponerse de esa manera. No supe que contestarle. Sólo sabía que en ocasiones ocurren esas cosas.
Habíamos comenzado a caminar por debajo de los soportales con las primeras gotas. No llevábamos ningún rumbo fijo, sólo caminabamos. Al llegar a las esquinas, se detenía y desolado me invitaba a cruzar Le ofrecí el brazo. No era un gran consuelo pero era lo único que podía darle en ese momento. 
Intentaba colocar las piezas olvidando que la mitad se las habían hurtado sin que se diera cuenta.
Siguió lloviendo. Fue el paseo más triste de los últimos días. Pero así son las cosas. Mojarse por alquien a quien quieres es lo de menos, lo que importa es mojarte con él, ofrecerle el brazo para que camine y busque, aunque sea un espejismo, las razones que jamás encontrará. No las tendrá nunca porque esas, las que de verdad quiere, no existen. Pero yo sí que sé que cuando busque su brazo, cuando necesite que me escuche, aunque llueva, aunque tenga que cruzar medio mundo, estará aquí.



© Fotografia naq


miércoles, 2 de febrero de 2011

MENSAJES NADA SUBLIMINALES


Me gustaría saber cual es el motivo por el que algunas personas se creen que los demás estamos obligados a aguantar sus impertinencias, sus neuras y demás cositas.

Alguien se preguntará el porqué de una entrada tan bestial. Pues bien, acabo de leer en el periódico un artículo que habla sobre el impacto social del Libro II del Codi Civil de Catalunya, ese que habla del Derecho de Familia; de leer mi correo electrónico con las últimas barrabasadas profesionales; de leer las notas que ayer me dejaron sobre la mesa de trabajo con los mensajes telefónicos del día; y los mensajes que algunas personas tienen a bien dejarme en el blog (estos últimos para que me entere de sus "avances" en la gestión de su estado sentimental para con otros) y, por último, leo las nuevas condiciones que mi entidad aseguradora pretende imponerme atendido a que para ellos, según parece, me he vuelto una persona de riesgo.

Válgame Dios. ¡Que lío! Voy a contestar paso a paso a cada uno de ellos en su correspondiente lugar:
- Al articulista del periódico acabo de enviarle un correo electrónico tachándole de demagogo y proselitista e invitándole a que me rebata los argumentos si tiene bemoles y se olvida de quien le paga.
- A mi aseguradora, le he remitido correo electrónico comunicándole, con la anticipación que las condiciones particulares de mi póliza imponen, la no renovación de la misma y que "ciao-ciao". ¡Ah! y que por favor, no contesten al correo, ni me hagan contra-oferta pues la labor comercial  se hace antes.
- A las llamadas telefónicas ya les daré salida como pueda. Sigo sin poder oir el ruido de una apisonadora con lo que devolver llamadas es un imposible.
- A la persona que en anónimo me deja cada cierto tiempo unos comentarios en mi blog explicándome no sé que historia de vencedores y vencidos, de que al final el amor siempre triunfa, pues mi más enérgica enhorabuena y felicitación por su "logro". Que de verdad que me alegro mucho que al final triunfe el amor y esas cosas, pero que creo que sería más adecuado que eso se lo dijera (que imagino se lo dice) al destintario de su "verdadero" amor, que a mí, como que me interesa más bien poco y este blog no es su consultorio sentimental.

En fin, que parece que hoy el día amenaza lluvia y yo tengo muchas cosas que hacer y el texto de hoy va a ser más bien cortito, como un vómito o un exabrupto, pero es que hay días que son así.

¡Ah! y a ser felices que vivimos cuatro días y tres, como están viendo, amanece nublado.


David Bowie - Modern Love