Le doy a la palanca, la bola sale disparada. Recorre la mitad del camino chocando contra timbres, muelles y luces de colores. Cada toque, un descalabro. Tuyo, no mío. Y al final, te cuelo en el agujero. Directo al infierno. Game Over.
Ese jueguecito es de pura estadística. Cuando yo era mozalbete, levantábamos la máquina para que no cayese la bolita. Un abrazo, Anita. Buen miércoles.
¿Pipermint de Bori i Fontestà? Madre mía, hace tres semanas estuve allí con los amiguetes de los sábados de René Bruné. Que gintonics más gloriosos. Y efectivamente la bola siempre va de culo y cuesta hacia abajo.
Ese jueguecito es de pura estadística. Cuando yo era mozalbete, levantábamos la máquina para que no cayese la bolita.
ResponderEliminarUn abrazo, Anita. Buen miércoles.
Eso ahora sería hacerle trampitas al destino. Buen miercoles Kenit
ResponderEliminarAnita , me has trasportado a las tardes de sabado en " Pipermint" (menudas partidas)
ResponderEliminarSiempre tarde a temprano, la bola acaba engullida.
¿Pipermint de Bori i Fontestà? Madre mía, hace tres semanas estuve allí con los amiguetes de los sábados de René Bruné. Que gintonics más gloriosos. Y efectivamente la bola siempre va de culo y cuesta hacia abajo.
ResponderEliminar...todos tenemos derecho a una bola extra...
ResponderEliminar:) Sólo los mejores merecen una bola extra.
ResponderEliminarSi , si ¡¡¡ ese Pipermint.
ResponderEliminar(y tan gloriosos las gintonics y cubatas....un día ya te contaré)
;)