Paseo mis incipientes arrugas con el orgullo que dan los años vividos. Las buenas y las malas experiencias se nos graban en la piel. No pienso renunciar a ninguna de ellas. Cada surco me ha costado muchas sonrisas, algunos gestos de disgusto y otras tantas lágrimas. Me alegro de cada una de ellas.
Son las huellas de lo que vivo y lo que vivo soy yo.
Profundas emociones, se puede sentir la fuerza impresa en las palabras,
ResponderEliminarSaludos cordiales
Anita.
ResponderEliminarLas mujeres con arrugas tienen un encanto especial.
¿Quedamos para tomar un café,y miramos que te parezco?
-Me cuentas de cada arruguita su historia.
-Y yo te cuento del campo de labranza que es mi cara.
-Me encantan las mujeres con arrugas.
Buen día.
-¿quedamos?
Kenit, ve pidiendo, para mí, café doble, con dos azucarillos y un botellín de agua natural.
ResponderEliminarBuenos días
Saludos cordiales Victor Manuel y bienvenido.
ResponderEliminarLas mias, ya no son incipientes y sumale ojeras y bolsas,aún así tambien las aireo con orgullo.
ResponderEliminarMe quedo con.."Lo que vivo soy yo ".
Pues eso Poma "somos lo que vivimos" (Per cert, vaig tornar a atracar estand de Kiehl's, jejeje)
ResponderEliminar...yo conocí a alguien que no se reía para no arrugarse... y se murió de pena...
ResponderEliminarEsa es mi suerte, las mías son más de risas, incluso carcajadas. En cualquier caso, es la menor de mis preocupaciones.
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