Barcelona, 7:15 de la mañana. Un taxi me recoge en la puerta de mi casa. Está lo suficientemente oscuro para no saber si el día nos coronará, de nuevo, con la pertinaz nube tóxica bajo la que vivimos desde hace unos días. Miro por la ventana esperando ver la cola del anticiclón que tiene que llevarse el veneno que nos está matando poco a poco.
El coche está limpio, el taxista va escuchando a Chopin. Me pregunta si quiero que baje el volumen. Le digo que no, que al contrario, casi prefiero que lo suba un poco.
El recorrido es largo. Mientras voy escuchando viene a mi cabeza un libro que leí, hace ya algún tiempo, sobre George Sand, sobre su vida, su relación con Alfred de Musset y con el mismo Chopin.
Cruzamos la ciudad, circunvalándola por sus entrañas.
Pienso en los disfraces, en la necesidad de vestirse de lo que uno no es, como George Sand, para sobrevivir en ambientes hostiles. Yo misma y mi disfraz.
Visto un sobrio traje chaqueta, unos zapatos altos y un portadocumentos que transporta los secretos mejor guardados de alguien que me interesa más bien poco. Me disfrazo y juego al despiste. Me caracterizo y me creerá más fuerte, implacable.
Pero como George Sand, mi interior hoy es de vaquero viejo, zapato bajo, cola de caballo y me interesa poco lo que llevo bajo mi mano.
Llego a destino, me despido del taxista agradeciéndole el silencio y el concierto de Chopin. Encontramos la mirada en el retrovisor, me desea un buen día y me recuerda que por fin es viernes.
Que bien me sienta Chopin.
ResponderEliminarTodos en algún momento nos disfrazamos,pero seguimos siendo nuestro interior.Aquellos que no soportan lo que son, se ven forzados al disfraz perpetuo
Disfrazar para sobrevivir pero no para dejar de ser quien uno es.
ResponderEliminarA las 7:15 de la madrugada yo, o salgo disfrazado o no salgo. Mi yo interior no se suele despertar hasta mediodía...
ResponderEliminar;-)
Yo de hecho estoy pensando en comprarme un traje de lagarterana para darme alegría a esas horas
ResponderEliminar;-)
Has jugado un poco al despiste. Al final no supe muy mien lo que llevabas puesto.
ResponderEliminarMe gusta lo de Chopin.
Un abrazo.