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viernes, 4 de octubre de 2013

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE



"Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha sucedido en la vida son mis muertos, y con ello me refiero a la muerte de mis seres queridos".



La literatura está llena de libros que hablan de la muerte, de la perdida y del dolor que produce. Historias que narran como personajes, no solo de ficción, se ven en el difícil trance de tener que sobreponerse a la muerte de su compañero en la vida.

Llegados a este punto podría parecer que el libro de Rosa Montero “La ridícula idea de no volver a verte”, es una historia más sobre la muerte, sobre la pena y el duelo, pero quedarnos en lo superficial de esta apreciación es hacerle muy poca justicia. Lo cierto es que el libro va mucho más allá de lo que aparentemente parece. La novela de Montero es un libro que al pasar de sus páginas se va creciendo y pasa por distintos estadios, acercándose en algunos momentos al ensayo, sobre la vida de Madame Curie (centrado gran parte de él, en el momento del falleció su esposo Pierre Curie), y en otros, entremezclados con lo anterior, a un breve relato sobre la experiencia vital, emocional, de la propia Montero tras la muerte del fue su compañero durante más de veintiún años. Mediante su lectura, el lector, espectador ajeno, consigue centrarse en la reflexión de sus propias pérdidas (de eso doy fe), adentrarse en la de lo sustancial de las relaciones personales y de la relevancia fatal que pueden tener hechos o circunstancias que inicialmente carecen de mayor trascendencia, como puede ser una sencilla y estúpida disputa familiar que la fatalidad, inesperada, acaba colocando en el puesto del último hecho común. El epílogo del compañero amado. Hechos insustanciales, inicialmente irrelevantes pero que tras la tragedia, dejan al otro, al sobreviviente, desasido de por vida y sin la posibilidad de rebobinar para repetir, una y otra vez, lo que se le ama. Así murió Pierre Curie, así quedó Madame Curie.





La escritora, con una naturalidad que permite que la intimidad que transmite la novela no parezca impostada, consigue que el lector baje, de su mano y de la de Marie Curie, hasta el infierno del dolor, tocar fondo y a partir de ahí remontar para continuar viviendo con la ausencia del ser querido.

Pese a lo que pudiera parecer, no nos encontramos ante una novela triste, ni ante un manual de como sobrellevar una pérdida esencial. No es un libro sobre el duelo, sino un libro que nos permite la reflexión sosegada desde la distancia del dolor ajeno.

El estilo sencillo, directo, no puede agradecerse más. La mezcla de la propia experiencia con la vivida por la científica Curie, emociones, sentimientos que dejó recogidos en las escasas hojas que durante un año escribió en un apasionado diario al enviudar, no chirría en momento alguno, sino todo lo contrario, pues la escritora conjugan perfectamente aquella historia con la evocación íntima de su propio recuerdo.

Pero la maravilla del libro no solo radica en el hecho de poder hablar de la muerte, del dolor, del amor, del duelo, sin que nos encontremos ante un texto fúnebre, sino que está, precisamente, en hablar de todo ello, conmoviendo al lector pero manteniéndose en la serenidad de la calma que transmite la propia escritora, generando de ese modo en el lector un estado que le permite la reflexión sin perder el hilo de la propia historia que contiene la novela.




A destacar la inmersión que la autora realiza en la vida de Marie y de Pierre Curie, de las dificultades por las que ambos atravesaron para llevar adelante sus investigaciones en química y física, de la puesta en evidencia del maniqueísmo de una sociedad que toleraba, porque no podía defenestrar, la independencia de una mujer fuerte, resolutiva, aparentemente fría, que en lo personal, como suele ocurrir en muchas más ocasiones de las que creemos, latía un temperamento apasionado. Para no perderse, tampoco, las fotografías que lo acompañan y que ilustran una vida excepcional.

Un libro íntimo, conmovedor, que no puede dejar a nadie indiferente.

"A veces tengo la idea ridícula de que todo esto es una ilusión y que vas a volver. ¿No tuve ayer, al oír cerrarse la puerta, la idea absurda de que eras tú?"(* )



*Fragmento del Diario de Madame Curie

Texto para la web: www.masquepalabras.info

domingo, 28 de octubre de 2012

Y TÚ, ¿QUIERES MÁS A PAPÁ O A MAMÁ?


A estas alturas del partido, el tema nacionalista, independentista, separatista, federalista, unionista y todos los –istas que vengo oyendo a mi alrededor durante las últimas semanas empiezan a cansar en sobremanera.  Es agotador levantarse todos los días con las proclamas que unos y otros se lanzan mientras el ciudadano de a pie intenta sobrevivir a una crisis que nos engulle a pasos agigantados.



Nos marean con discursos tendenciosos, unos y otros, hasta el punto de que la radicalización de las posturas se convierte en un modo, que roza lo enfermizo, para poder levantar cabeza.
Se malmete en la vida diaria, se reinventa la historia en un sentido y en otro sin ningún rubor. Olvidamos la posibilidad del reconocimiento de las diferencias dentro de una misma casa, lo mismo que ocurre en todas las “familias” (a la mía propia me remito, nunca unos hermanos fueron tan distintos entre ellos).

Estudié en lengua castellana toda mi educación básica y las clases de catalán siempre estuvieron presentes, aprendí la geografía española de cabo a rabo (sé donde nace el Ebro, donde desemboca, los afluentes del Duero, el sistema montañoso de la península), al igual que la catalana (conocíamos la comarca de La Garrotxa, los afluentes del Noguera Pallaresa y la capital del arte románico pirenaico. Aprendí a leer con Gonzalo de Berceo, con Josep Pla, con Mercé Rodoreda, con Juan Ramón Jiménez, con Pérez Galdós, con Baltasar Porcel, con Montserrat Roig y disfrutábamos, en un recreo segregado por sexos, de las “Inquietudes de Shanti Andía”. En el bachillerato, opté por letras puras: griego, latín, literatura castellana y literatura catalana. No hubo ningún problema jamás, nunca fueron incompatibles, simplemente complementarias.

Nunca sentí ningún tipo de discriminación ni en Barcelona, ni en Madrid, ni en ningún otro lugar en el que por la razón que sea he tenido que instalarme. Nunca he tenido problema alguno por ser catalanoparlante desde mi más tierna infancia. Creo dominar las dos lenguas con cierta soltura. El bilingüismo es mi medio. En una misma mesa puedo dirigirme a quien tengo sentado a mi derecha en castellano, y hacerlo en catalán con quien se sienta a mi izquierda, y esta situación, aquí, donde yo vivo, es lo habitual.

Con el tiempo, mientras compaginaba mis estudios universitarios con los trabajos menos cualificados que uno pueda pensar, empecé a simultanear estudios en ciencias políticas e historia. Las clases eran en catalán y en castellano, indistintamente, y comprendí, leyendo sin prejuicios, de un lado y de otro, cual es mi realidad histórica.

La situación artificial que vivimos, creada por unos intereses que nada tienen que ver con la identidad de nada, ni de nadie, además de alienante, empieza a provocar una fractura social nunca vista con anterioridad y empieza a no poder hablarse de determinadas cosas sin que alguien, despectivamente, te tache de esto o de lo otro.

Y al final, una parte de la sociedad catalana, se siente como aquel niño al que le preguntan si quiere más a papá o a mamá, y el crío, con cierto temor, contesta que los quiere a los dos por igual. Por eso, estos días, mientras ambos tiran de nuestros brazos, hacia un lado y otro, sin pensar que terminarán descoyuntándonos, no puedo, ni quiero, olvidar quien soy, de dónde provengo, ni hacia donde voy, sin olvidar, tampoco, que son los intereses creados, que se ocultan a base de las burradas que unos y otros sueltan, los que nos dejan y nos dejarán a los pies de los caballos.

Y en esta tesitura, de la globalización ni hablamos, claro.



Charlie Haden - El ciego








domingo, 7 de octubre de 2012

FLY ME TO THE MOON


Tengo un bloqueo desde hace semanas. Debería poder solventarlo porque sé perfectamente a lo que obedece. Pero ahí está, y aunque la buena lógica diría que debo proceder de un modo radical, eliminar de un modo definitivo lo que me obstaculiza, hacerlo de golpe para arrancar de raíz la mala hierba que se ha instalado en un lugar inespecíficio entre el lóbulo frontal y la válvula mitocondrial, sin macerarlo un poco más, a medio plazo tendría unos efectos aún más bloqueantes. Sé que es contradictorio. Como yo.

No entiendo nada. Acostarnos en la misma cama, compartir humores no nos convierte en videntes. Sería más sencillo si le pusieras nombre y apellidos, es lo único que dice mientras acelera el paso.
Pero ¡qué más da! Es cuestión de tiempo y ritmos. Un pacto es un pacto.

Seguimos paseando por la orilla de un río pestilente que sin embargo, entre los cañizos, esconde sorpresas inesperadas. Una bandada de patos levanta el vuelo mientras un avión sobrevuela nuestras cabezas y leemos su panza con toda claridad. Lo señala con el dedo pero un ruido ensordecedor me impide escucharla, debe ser algo gracioso porque sonríe mientras mueve los labios.

Podrías lanzarlo al río, iría a parar al mar, dice. Sé burla de mí, de ese imaginario reloj que controla los tempos de las debacles personales, de mi mal llevada circunspección, pero no me importa. Está y eso es lo que cuenta. Como todo, es cuestión de tiempos, de ritmos, de prioridades y de dar a las cosas su justa medida.  

Y no, no lo tiraré al río, aún no, sería capaz de volver mañana y, entre la bruma gris, lanzarme a este sucio río en busca de vete a saber qué. Pero todo se andará. Ella lo sabe. Y yo volveré a mi Iliria como Lurie.

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"Todo ello es resultado de un error lamentable pero común: el error de creer que los artistas son diferentes de los demás hombres no solo cuando trabajan, sino en todo momento y por alguna especie de magia, ya estén tomando una cerveza o viajando en autobús o comiendo espaguettis o incluso durmiendo (tienen sueños diferentes y más grandiosos como me dijo literamente una vez una de las jovencitas de Ken Noland). Y uno debe admitir que Iliria puede fomentar este error".




miércoles, 7 de marzo de 2012

BORSALINO CONSTRICTOR


Puede que fuera porque nunca descubrí que bajo la silueta del sombrero se escondía un elefante engullido por una boa. Puede que fuera porque cuando me preguntaron qué me parecía saber que en aquel aparente sombrero habitaban dos animales, contestara que una enorme tontería. Puede que fuera por eso por lo que alguien decidió que carecía de imaginación, que lo mío era tan apegado al suelo que no había nada que hacer.Puede que fuera entonces la primera vez que dejé de contar algunas cosas.

Y puede, sólo puede, que por eso mismo, jamás le explicara,  a quien me interrogó sobre la boa constrictor, que lo que yo veía, en ese dibujo en blanco y negro, que me mostraba una y otra vez, no era más que el sombrero de un señor mayor, muy mayor,  que había llegado con la lluvia y que a su espalda cargaba un enorme saxofón que tocaba por las noches cuando cerraban la puerta de mi habitación.


Desde entonces adolezco de falta de imaginación. Por eso, ante esa ilustración, que aún hoy circula por ahí, sigo pensando que sólo veo un sombrero, un triste sombrero deforme y poco más, aunque sepa que, debajo de ese mal trazado borsalino, vive Harry Mc Gregor que, noche sí y noche también, camina por  Regent Street para terminar sentado en el mismo rincón de siempre, tocando hasta el amanecer melancólicas baladas con regusto a whisky y desamor. 

Es lo que tiene estar apegado a la tierra, al final todo se convierte en humo y lo que opinan los demás, esos que ven boas y elefantes, termina por importarte bastante poco.

Charlie Parker - April In Paris

domingo, 15 de enero de 2012

RECICLANDO SILENCIOS

Rescato unas líneas que había empezado a escribir a propósito de algo que nada tiene que ver con este blog. Un mal momento, un ataque de malentendida soberbia, hizo que lo mandara, con un solo toque, a la papelera de reciclaje virtual. Y allí ha permanecido durante unos días, reposando. Pero, por aquellas cosas que a veces pasan, hoy he recordado ese inicio de líneas y las he recuperado. Vuelvo sobre mis pasos y pese a ser unas líneas infumables, como muchas de las cosas que por aquí cuelgan, son mías y escritas pensando que lo que allí ponía es totalmente cierto. Voy a permitirme el lujo de colgarlas tal y como quedaron, sin incluir ni una sola letra más:

“Podemos construir la vida sobre una montaña de palabras grandilocuentes, gruesas, conmovedoras e inmensamente falsas, convirtiendo esa vida en algo totalmente hueco, sin sentido. Pero podemos construirla a partir de silencios cómplices, de miradas que se encuentran en medio de la nada, que dan aquello que ninguna otra cosa, por explícita que sea, nos puede entregar. Por eso a veces, sólo a veces, valemos mucho más por lo que hemos aprendido a callar, por lo que hemos aprendido a mirar, por lo que dejamos que fluya sin ponerle las ataduras ni los límites que el lenguaje nos impone. Con el tiempo he aprendido a apreciar los silencios, esos que entiendo e incluso hago míos y por eso me permito transitar por las calles de lo callado, sin temerle en absoluto.”

A veces las cosas son así. Ni más ni menos. Hoy es gris.




Charlie Parker - April In Paris



domingo, 15 de mayo de 2011

LUNARES



Caminas por el filo de un ánimo que parece abocado a derrumbarse, pero tú no caes nunca. Te sostienes pese a todo, pese a todos. Hablamos y te cuento que guardé una botella de cabernet, que nos espera y que no la pondré al frío. Incomprensible, menos para ti, menos para mí.  

Por eso, no importa la demora, el vino seguirá caliente hasta que llegues y entonces, tumbado a mi vera, recontarás, jugando con las yemas de tus dedos, los lunares que recorren mi espalda.

Es por eso, por la aritmética y la métrica de la piel, por la conjunción de los húmedos caminos que abres a tu paso, por lo que, entre otras cosas, no caes jamás.



jueves, 16 de diciembre de 2010

A VECES LO QUE OÍMOS SE HACE REAL ANTE NOSOTROS -Luis Rosales-


A  VECES LO QUE OÍMOS SE HACE REAL ANTE NOSOTROS
y todo queda en claro:
el sol estaba muerto
y las palabras terminaban pero la voz seguía
con su impotencia desesperada y su calumnia a cuestas
igual que una pared que se estaba arrastrando para llegar a ti.
Era la voz de la persona a quien más admirabas en el mundo
y el dolor le llenaba de tal modo que cada una de sus
        palabras borraba las restantes,
mientras que tú te ibas quedando acólita
y te apoyabas contra la mesa
lo mismo que esas aves a las que sólo han dejado un ala;
así llegaste a comprender que aunque la voz callara todo sería
        lo mismo
pues sólo cambiaría su forma de actuar
que en el comienzo era una hervor,
después fue convirtiéndose en un jadeo,
y ahora estaba diciéndote un vacío.
Esto era masmorir,
amiga mía
saber que ni aún la muerte podrá hacerte olvidar aquel
      instante,
y como oír aquella voz era aceptada
y como no podías seguir oyendo aquel vacío,
te cambiaste varias veces de habitación
pero el teléfono te seguía, reptando tras de ti como una cobra,
con la cabeza levantada para picarte siempre;
para picarte, una y otra vez, en el oído,
con la misma mentira impenitente, sucia y mendigada.
¿No recuerdas amiga mía, que hubo un momento en que
      sentiste hipo?
y aquel hipo era un asco contrayente
que recorrió tu cuerpo desde el vientre a los labios,
y que se hacía mayor cuando el teléfono viboreaba junto a ti,
para hacerte escuchar, más dentro cada vez,
aquel jadeo quieto e incontenible
de alguien que se acaba,
que se estaba acabando,
y vengaba de sí misma y de ti transmitiéndote por
      teléfono,
su mentira, su amor y su extinción

Y AHORA VAS A DORMIR, VAS A DORMIR, PERO NO SUEÑES,
ya has soñado bastante;
el pasado no vuelve mientras no se le llama;
tranquilízate y duerme, nadie lo llamará;
lo verdadero se manifiesta de muchas formas y hay que
aceptarlas  todas;
la noche ha terminado;
ya sólo es necesario perdonar.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

ESTO ES UN RETO


Tengo un cesto repleto de palabras. Unas tan enormes que no necesitan más. Son ellas. Lo llenan todo. Otras son tan enanas que se arriman unas a otras  en busca del tizne de la grandeza que en solitario no alcanzan. Tengo sueño. Empiezan a trenzase formando una cadena incomprensible que me confunde. Llegas. Cierro los ojos e intento ordenarte. Soñaré con todas las letras para construir lo que quiero, sin importar si es grande o pequeño.

lunes, 16 de agosto de 2010

MAÑANAS DE BANANA SPLIT



Cuando fue hasta la puerta no pensó en nada especial. Había pasado toda la noche dando vueltas en la cama. El calor era insufrible y en su piel se veía las marcas de las sábanas arrugadas. Había conseguido dormirse de madrugada por eso se sobresaltó al oír como golpeaban la puerta con insistencia.
Camino a trompicones y por la mirilla sólo vio una sombra imprecisa.
Tiró de la camiseta mientras entreabría la puerta. Por el resquicio no vio a nadie.
Sobre el felpudo encontró un paquete y una nota que decía que no debía abrirlo hasta  medianoche.
Colocó la caja sobre la mesa y que no esperó más. Con cuidado desató el cordel que la cerraba y desenvolvió el embalaje que escondía una caja de lo más vulgar.
Abrió las solapas de cartón, dentro no había absolutamente nada. Alzó la ceja, cerró aquel misterio y se sentó a esperar.

Charlie Haden - Rabo de Nube

jueves, 8 de julio de 2010

TIC-TAC

 
Ha puesto el cronometro en marcha. Diez minutos, sólo tiene esos. No es demasiado tiempo pero es suficiente. La barbilla reposa sobre la palma de la mano. El codo  apoyado con fuerza sobre la mesa. Las ideas no llegan. Han pasado tres minutos. Tamborilea los dedos mientras se muerde el labio. La mesa está fría. Coloca el dedo índice sobre la letra “E” y la teclea repetidamente.
Una línea de “E” llena toda la pantalla. El cursor parpadea. Ya sabe quién es. Quedan dos minutos y las manos listas sobre el teclado. Por fin.

miércoles, 16 de junio de 2010

RECREACIONES (V) ARTHUR MILLER-MARILYN MONROE


Llegamos donde otros no pudieron. Me adentré en el caos que se esconde tras un bello envoltorio, esperando encontrarte de verdad. Hallaste un asidero a un mundo cierto, lejos de lo aparente. Rozaste el mundo real. Creí devolverte la esperanza mientras me desesperanzaba, dejando girones de mí mismo por el camino. Creamos un caos estéticamente bello, intentado conjugar el secreto funcionamiento de dos seres complejos.
Pagamos un precio tremendo. Desafiamos dos mundos, sumiéndolos en una feroz batalla. El resultado sólo fue la reafirmación del caos surgido del titánico enfrentamiento entre dos fuerzas centrífugas que todo lo engullen, a fuerza de girar sobre si mismas. 
Repulsión. Los dos microcosmos siguen girando sobre sus propios ejes, sin que nada más quepa, sólo ellos dando vueltas y más vueltas. Derviches del infinito.
Vivir con el estigma de la belleza huera fue un tormento, vivir sin ella (sin tí) un infierno.

viernes, 16 de abril de 2010

FLUIR


El olor a limón lo inunda todo. El silencio es tan denso que noto su peso sobre mí. Me he acercado buscando un espacio en el que ordenar las pocas cosas en las que encuentro seguridad.
Inspiro y expiro, poco a poco, buscando la intersección de esos dos movimientos, para perderme en ese punto sin retorno donde la vida viene y se nos va. Siento pudor al reconocer la influencia que sobre mi ejerces, me vuelvo vulnerable y mis pensamientos se disparan en absurdas direcciones. Los pensamientos no se pueden controlar, sólo fluyen.
Si me desprendo de ti, pierdo. Si me quedo contigo, estoy acabada, por eso sólo dejo que todo fluya.


Charlie Haden - Travels