Tengo un bloqueo desde hace semanas. Debería poder solventarlo porque sé
perfectamente a lo que obedece. Pero ahí está, y aunque la buena lógica diría
que debo proceder de un modo radical, eliminar de un modo definitivo lo que me
obstaculiza, hacerlo de golpe para arrancar de raíz la mala hierba que se ha
instalado en un lugar inespecíficio entre el lóbulo frontal y la válvula mitocondrial, sin macerarlo un poco más, a medio plazo tendría unos efectos aún más
bloqueantes. Sé que es contradictorio. Como yo.
No entiendo nada. Acostarnos en la misma cama, compartir humores no nos
convierte en videntes. Sería más
sencillo si le pusieras nombre y apellidos, es lo único que dice mientras
acelera el paso.
Pero ¡qué más da! Es cuestión de
tiempo y ritmos. Un pacto es un pacto.
Seguimos paseando por la orilla de un río pestilente que sin embargo, entre
los cañizos, esconde sorpresas inesperadas. Una bandada de patos levanta el
vuelo mientras un avión sobrevuela nuestras cabezas y leemos su panza con toda
claridad. Lo señala con el dedo pero un ruido ensordecedor me impide escucharla, debe ser algo gracioso porque sonríe mientras mueve los labios.
Podrías lanzarlo al río, iría a parar al mar, dice. Sé burla de mí, de ese
imaginario reloj que controla los tempos de las debacles personales, de mi mal
llevada circunspección, pero no me importa. Está y eso es lo que cuenta. Como
todo, es cuestión de tiempos, de ritmos, de prioridades y de dar a las cosas su
justa medida.
Y no, no lo tiraré al río, aún no, sería capaz de volver mañana y, entre la
bruma gris, lanzarme a este sucio río en busca de vete a saber qué. Pero todo se andará. Ella lo sabe. Y yo volveré a mi Iliria como Lurie.
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"Todo ello es resultado de un error lamentable pero común: el error de creer que los artistas son diferentes de los demás hombres no solo cuando trabajan, sino en todo momento y por alguna especie de magia, ya estén tomando una cerveza o viajando en autobús o comiendo espaguettis o incluso durmiendo (tienen sueños diferentes y más grandiosos como me dijo literamente una vez una de las jovencitas de Ken Noland). Y uno debe admitir que Iliria puede fomentar este error".
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