domingo, 7 de octubre de 2012

FLY ME TO THE MOON


Tengo un bloqueo desde hace semanas. Debería poder solventarlo porque sé perfectamente a lo que obedece. Pero ahí está, y aunque la buena lógica diría que debo proceder de un modo radical, eliminar de un modo definitivo lo que me obstaculiza, hacerlo de golpe para arrancar de raíz la mala hierba que se ha instalado en un lugar inespecíficio entre el lóbulo frontal y la válvula mitocondrial, sin macerarlo un poco más, a medio plazo tendría unos efectos aún más bloqueantes. Sé que es contradictorio. Como yo.

No entiendo nada. Acostarnos en la misma cama, compartir humores no nos convierte en videntes. Sería más sencillo si le pusieras nombre y apellidos, es lo único que dice mientras acelera el paso.
Pero ¡qué más da! Es cuestión de tiempo y ritmos. Un pacto es un pacto.

Seguimos paseando por la orilla de un río pestilente que sin embargo, entre los cañizos, esconde sorpresas inesperadas. Una bandada de patos levanta el vuelo mientras un avión sobrevuela nuestras cabezas y leemos su panza con toda claridad. Lo señala con el dedo pero un ruido ensordecedor me impide escucharla, debe ser algo gracioso porque sonríe mientras mueve los labios.

Podrías lanzarlo al río, iría a parar al mar, dice. Sé burla de mí, de ese imaginario reloj que controla los tempos de las debacles personales, de mi mal llevada circunspección, pero no me importa. Está y eso es lo que cuenta. Como todo, es cuestión de tiempos, de ritmos, de prioridades y de dar a las cosas su justa medida.  

Y no, no lo tiraré al río, aún no, sería capaz de volver mañana y, entre la bruma gris, lanzarme a este sucio río en busca de vete a saber qué. Pero todo se andará. Ella lo sabe. Y yo volveré a mi Iliria como Lurie.

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"Todo ello es resultado de un error lamentable pero común: el error de creer que los artistas son diferentes de los demás hombres no solo cuando trabajan, sino en todo momento y por alguna especie de magia, ya estén tomando una cerveza o viajando en autobús o comiendo espaguettis o incluso durmiendo (tienen sueños diferentes y más grandiosos como me dijo literamente una vez una de las jovencitas de Ken Noland). Y uno debe admitir que Iliria puede fomentar este error".




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