Por la noche parece que lo ritmos cambian, las realidades se vuelven sueños y nuestros sueños imaginamos realidades. Deseos de despertar y que el miedo haya desaparecido. Esperanza de seguir viviendo. No es un embate lírico mal entendido lo que ahora escribo, sino es el temor real a perder el control y el propio destino sobre mi vida y la de los míos. Miedo a despertar, a que vuelva el dolor, la pena y al no encontrar consuelo. No me gusta vivir con el gris anegando mi vida, y me encantaría poder ser optimista pero ahora no es posible.
Búsqueda de esperanza. Por necesidad vital.Marzo 2002
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