Domingo por la mañana, un “gong” en la cabeza. Son las 6h., demasiado pronto para levantarse, así que un ibuprofeno rescatado del baño y a la cama de nuevo, el "gong" se acuesta conmigo. Suenan las 7h. en el despertador de mi vecino (como no cambie el timbre mañana subo y le regalo un despertador), y yo dando vueltas en la cama a ver si consigo que el maldito “gong” salga corriendo a fuerza de agitarlo dando tumbos en el lecho. Las 7:30h, mi vecino ha puesto la primera zarzuela que caerá durante la mañana de domingo, y parece que al “gong” le gusta porque, no sólo no intenta desaparecer, sino que se queda con más insistencia.
Salto de la cama, no puedo más. Una ducha rapidita y a vestirse. No puede ser, algo ha pasado, los vaqueros han menguado, no puedo abrocharlos. No es posible. Me tiendo en la cama, contengo la respiración, meto tripa e intento abrochar el abotonado de los malditos vaqueros. Maldita sea, acabo de dejarme medio dedo entre el ojal y el metal de este maldito cinturón de castidad en que se ha convertido el “blue jeans” de marras. Me he convertido en un arma de destrucción masiva, los botones, puro acero EEU, pueden salir disparados en cualquier momento y abrirle una brecha al que pase por delante.
Estoy tan embutida que casi necesito que me hagan palanca para levantarme y poder moverme. Rayos y centellas mi cuerpo esta mutando o mi vestuario está menguando como la panza de un niño biafreño.
Esta semana prometo tirarme al biomanan … si de deja.
Salto de la cama, no puedo más. Una ducha rapidita y a vestirse. No puede ser, algo ha pasado, los vaqueros han menguado, no puedo abrocharlos. No es posible. Me tiendo en la cama, contengo la respiración, meto tripa e intento abrochar el abotonado de los malditos vaqueros. Maldita sea, acabo de dejarme medio dedo entre el ojal y el metal de este maldito cinturón de castidad en que se ha convertido el “blue jeans” de marras. Me he convertido en un arma de destrucción masiva, los botones, puro acero EEU, pueden salir disparados en cualquier momento y abrirle una brecha al que pase por delante.
Estoy tan embutida que casi necesito que me hagan palanca para levantarme y poder moverme. Rayos y centellas mi cuerpo esta mutando o mi vestuario está menguando como la panza de un niño biafreño.
Esta semana prometo tirarme al biomanan … si de deja.
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