Porque te amo. Porque sólo siento ganas de susurrártelo al oído con una cadencia interminable que termine por gravar a fuego en tu cabeza y en tu alma ese sentimiento que no de otro modo puedo hacerte llegar. Porque todo se precipita en tres palabras, sólo tres, simplemente “porque te amo”.
Este sentimiento, profundamente individual, se me derrumba a cada paso que das, a cada golpe del destino y a borbotones se me escapa de entre las manos que sujeta el corazón, intentando evitar el desastre a que ello me conduce.
Estas tres palabras “porque te amo”, no pueden seguir sin que formen parte también de ti. Porque me falta el aliento y necesito arrojar que te quiero, que te necesito para que el aire vuelva a mi vida y me permita respirar. Sólo sé que estar sin ti no es vida. Una existencia que sólo es el reflejo cómicamente desenfocado de una subsistencia hueca. Sin ti me convierto en la mitad de mi misma, menguo por tu falta y soy incapaz de controlar este empequeñecer a golpe de sentir tu ausencia. Sólo sé que te amo y que cada día que pasas lejos de mí el mundo es más diminuto.
Porque te quiero, que te quiero, y mil veces más te quiero. Porque hoy sin ti ya no soy más que un personaje sin vida, una marioneta movida por los hilos invisibles de lo absurdo. Te necesito en mí y para mí. Lo quiero todo de ti y dártelo todo, absolutamente todo. Deseo ser sólo tuya, vivir para ti y que tú vivas para mí. Lo demás no me importa, ya nada importa. Un amor excesivo, borracho de ti. Eres tú y sólo tú. El ayer ya no existe, ya nada vale. Ahora sé que la única verdad absoluta es la de la fusión de dos en uno. Tú y yo, sin más. Un amor colosal, totalmente embriagado de ti, de mí, y otra vez de ti y nuevamente de mí. Eres tú y sólo tú. ¿Y yo?, sólo yo pero en ti, por siempre en ti. Te has transformado en mi credo, mi salvación y en mi propia destrucción. Porque te quiero con un amor esclavo y libre, enfermo y rotundamente sano, infeliz y profundamente ufano, bochornoso y terriblemente orgulloso. Así, de esta manera tan contradictoria, pero, hoy por hoy, es la única forma en la que puedo amarte, así de entregada, así de rotunda, así de torpe, así de enferma, pero así de absoluta.
Porque te quiero “así”, sin más y por siempre. Y ahora ya no soy capaz de entender el mundo de otra manera, ni comprender sus estupidas manías.
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Hermosooooo!!!
ResponderEliminarSin palabras... me encantó!!