Descansar y desconectar como medida profiláctica para el inicio del curso es una de las mejores cosas que podemos hacer. Una decisión barata que garantiza una vuelta al ruedo más que satisfactoria. He descansado y me he desconectado. Ahora, con ya los pies en la tierra y la cabeza en las obligaciones, reviso algunas anotaciones hechas a lo largo del mes de agosto. Solo son cosas:
- El Bitter-Kas para beber en vasos pequeños y no llenos del todo.
- El café solo acompañado de un gran vaso de agua fría. No importa si es con gas o sin gas, lo relevante es que esté bien fría.
- Caminar con los auriculares puestos. No olvidar recargarlos a la vuelta del paseo, como es habitual.
- Chet Baker y la lluvia.
- El sonido de las brazadas al nadar despacio.
- Cualquier párrafo de “París no se acaba nunca".
- Reconocer que todos tenemos un idiota dentro que nos permite tropezar dos veces con la misma piedra y no morir en el intento.
- Saber que el rencor es como beberse un vaso de cicuta y esperar que se muera otro.
- Apuntarse a zumba y faltar a la primera clase.
- Que el espejo, con el tiempo, te devuelva la imagen de tu madre o la de tu padre, según se mire.
- Que con los años, la máxima "noctambulidad" soportable acaba a las 01:00 a.m., y gracias. Lo que garantiza que el insomnio no llame a tu puerta dos horas más tarde.
- Que las caderas se vaya ensanchando a la par que las falta de ganas de discutir sobre algunas cosas.
- Que los derechos siempre conllevan obligaciones y que defender los primeros comporta cumplir con las segundas. Si no es así, el sistema se va a pique.
- Amar a alguien también implica voluntad.
- Necesitar un punto de apoyo para que el mundo no vuelque.
- Que a veces lo menos es más. Y que no todo lo que brilla es deseable.
- Que no todas las opiniones son respetables. No hay que tomarlas en consideración.
- El tiempo es un regalo que no hay que desperdiciar.
- Que las mascotas no suplen a los humanos, pero hacen más bien que algunos con dos piernas.
- El piano de Abdullah Ibrahim. Inmenso.
- Se puede cerrar los ojos y seguir sintiendo.
- El dolor de los que queremos es parte de nuestro propio dolor.
- Los bolis Bic tampoco se acaban nunca, como París.
- El vino siempre es bueno. Si es tinto, dos veces bueno.
- Lo que trasciende, a veces, no se puede tocar.
- Haz lo que quieras y creas que debes hacer sin esperar nada.
- Faltan dosis de humildad al mismo nivel que la falta de vitamina D, pero no hay pastillita para la primera falta.
- No tengo una libre con ojos de ámbar, solo un salero con las iniciales de mi tatarabuela grabadas.
Se acaba agosto. Se acaba la lista (o la tonta, a saber).
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