Era un gran animador de reuniones, pero se estaba volviendo loco.
Saul Bellow, El legado de Humboldt
Para conocer el
estado en que están las cosas a veces hace falta muy poco. Un simple “¿Qué tal,
cómo va?” seguido de un “bien, como siempre”, puede ser la muestra de la total indiferencia frente al otro que no deja lugar a confesiones más o menos íntimas, o la confirmación del
desastre y del caos que rodea al que contesta, o la contestación banal a una pregunta
que en realidad no quiere respuesta. Porque un “bien” acompañado de un sonrisa, de un gesto neutro, de
un ligero temblor, o de una mirada acuosa, son “bienes” distintos, aunque suenen
de la misma manera, que pocas veces esperan nada.
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