Intento que tu imagen no se desvanezca. Apenas queda nada de ti. En los tiempos muertos, mientras resisto
un día más, retomo la búsqueda de las milimétricas partículas que quedaron
grabadas en el fondo de los sentidos. Un
olor, un gesto. Sé que no son tuyos,
pero, sin querer, construyo un puzle con esos retazos que se agrupan y forman
algo en lo que creo encontrarte. Pero es tu voz, que sé que no es tuya, la que me
aturde cuando aparece entre la gente que el tranvía de las seis. El viaje de vuelta,
con el frío que la ventana cerrada no evita, los recuerdos se hielan, y se
expande, sin tregua, la feroz idea de que nada vuelve.
La vida muchas veces son sensaciones.
ResponderEliminarQue pequeño y guapo.
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