domingo, 30 de marzo de 2025

PERSPECTIVA



Ni mi palabra vale más que la tuya, ni la tuya vale más que la mía. Que la libertad y la seguridad también se construyen sobre la necesidad de acreditar hechos o una pluralidad de indicios, de los que de una manera objetiva y lógica se derive la culpabilidad del autor, es una verdad que solo los locos, los necios, los ignorantes y los totalitarios pueden poner en duda. Que la presunción de inocencia es un principio fundamental, aunque a veces escueza, es una garantía, aunque algunos no lo comprendan. Para condenar a alguien hace falta bastante más que meras declaraciones, posicionamientos políticos y la valentía de no dejarse arrastrar por la marea. Toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Ojalá no perdamos la perspectiva. Ejemplos, mil, aquí uno.




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