domingo, 9 de marzo de 2025

EL DIA DESPUÉS. 9 DE MARZO

 


Me levanto con resaca aunque no he bebido nada. Pero la cabeza me rechina en cuanto la ladeo y me entra dolor de cabeza. La muevo en dirección contraria como si de esa manera, aunque el cuello crepite, consiguiera que por el oído se escurriera la inmensa cantidad de tonterías, frases hechas y huecas con la que ayer  nos regalaron el día. Así que hoy es día de resaca. No tengo nada a mano más que una servilleta de papel y los restos de un lapicero de Ikea. Algo me dice que anote, y yo anoto.

Nacer en un lugar o en otro; en el seno de una familia concreta y no en otra distinta; nacer hombre o mujer, es una cuestión de puro azar. Cero intervención en todas esas circunstancias. Nacer y crecer en Europa, con todas las imperfecciones que pueda tener, es una inmensa suerte, sobre todo si se es mujer. Porque pese a los problemas que una existen hoy en día, a que existen bolsas importantes de discriminación por razón de sexo, existe una legislación y un sistema que nos ampara y al que podemos acudir en defensa de nuestros derechos. Pero somos como somos y, a veces, no nos lo creemos, porque podemos no creérnoslos. Tenemos, tengo, la inmensa suerte de no haber nacido en Teheran, Hajja, o Kabul.

Por eso, en pleno resacón de chorradas escuchadas y leídas durante el día de ayer, no me queda otra que replegarme sobre el eje de mi pensamiento que sé que muchas otras mujeres comparten y seguir anotando, para que yo tampoco me olvide y que no me arrastre la marea oportunista y manipuladora que todo lo pudre. 
  • Ojalá llegue el día que no haya que conmemorar el ser mujer por el solo hecho de serlo.
  • Ojalá llegue el día en que indocumentados e indocumentadas con ínfulas, y ganas de comer a base de subvención, dejen de darnos lecciones  y de colocarnos en una permanente posición de víctima que no nos corresponde y que nos reduce a seres dependientes de las decisiones de otros y otras. A ellos y a ellas les deseo lo peor.
  • Ojalá llegue el día en las cuestiones fundamentales, como la vida, la libertad y la seguridad, no necesiten ser explicadas, ni reivindicadas porque seamos capaces de reconocerlas y respetarla. Que podamos reclamar lo que por derecho somos, que además es nuestro y que sin ningún miedo podamos defenderlo, con uñas y dientes, con la fuerza de la ley y el convencimiento de lo nuestro. No bajar la guardia ante lo que quieren malearte el pensamiento.
  • Ojalá llegue al día en que asumamos que los derechos conllevan obligaciones. Que tenemos responsabilidades y las decisiones que tomamos tienen consecuencias a corto, medio y largo plazo.
  • Ojalá no olvidemos que delegar en una panza agradecida nunca es una buena decisión.

Y ahora, voy a por un ibuprofeno.



No hay comentarios:

Publicar un comentario