Había perdido mucho peso desde la última vez que se vieron. Su espalda al desnudo era
un camino marcado de hitos y sobresaltos. Desde entonces la curiosidad se le había instalado
en la punta de los dedos y desde ahí, desde
la curiosidad, sus dedos recorrieron aquella especie de raspa animada como si
de esa manera, a través de sus manos nudosas, se la pudiera llevar con él.
***
***

No hay comentarios:
Publicar un comentario