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miércoles, 29 de noviembre de 2023

DIARIO 2.0

 


Que el papel me entierra a triple velocidad de la que me lleva sacar la mitad del mismo, no es un juego matemático, ni un ejercicio de lógica, sino el desesperado pensamiento con el que circuló entre la línea 5 y la 3 del metro. 

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Si hoy es lunes, hoy toca listar prioridades. Toca dejar para el final lo prescindible, pero no menos apetecible. Noire, algo has hecho mal y no solo el utilizar una crema hidratante buenísima, que prometía un cutis espectacular tras 15 días de uso, para cuidar tus pies. No, has hecho muchas cosas mal y ya no hay posibilidad de corregir, así que toca apechugar y al lío.

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Una mujer y su hija asesinadas a manos de su pareja y padre de la niña. No hay maldad más grande e inexplicable. No hay nada, absolutamente nada, más cruel y desdeñable. La culpa solo es de aquel que lleva a cabo la atrocidad, buscar más allá es solo una cortina de humo que tapa una única realidad: el que quiere matar, mata, no tiene límite.

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Son esos cinco minutos previos a que suene el despertador. La cama está caliente y te recolocas para cubrirte bien, acomodándote para apurar el poco tiempo que queda para pasar de lo confortable a lo hostil. 

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Nieva en Kiev. Nadie se acuerda.

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Creemos tener conocimiento del funcionamiento social, pero, en realidad, solo sabemos lo que quieren que sepamos. La historia se ha convertido en un agujero negro relativista. La existencia de vendedores humo, con grandes dosis de ignorancia e ideología, la modifican sin que tengamos demasiada opción a saber donde está el engaño. Ir por libre no es garantía de nada.

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Se acerca para darme un beso y, entre la torpeza de uno y la del otro, queda estampado en los labios. Nadie se disculpa, la torpeza es lista.



domingo, 14 de marzo de 2021

PERFILES

 



Me salto el confinamiento perimetral con un certificado de responsabilidad y unos cuantos papeles con los que poder dar explicaciones si es necesario. Me he levantado pronto porque temo que me paren, que vaya pasando el tiempo en comprobaciones tan reglamentarias como inútiles y que, a partir de ahí, el desastre vaya en aumento como una bola de nieve que se precipita pista abajo para reventar en cuanto llegue a la planicie.  El tren va medio vacío.  Ahora ya no se va a dónde uno quiere, sino a dónde a uno no le queda más remedio. Me siento junto a una ventana para distraerme durante el tiempo que dure el viaje. Vamos parejos a la línea del mar. A lo lejos, desdibujadas por la suciedad y el polvo, se ven las chimeneas de la central térmica. Me parecen tan extravagantes como inútiles. Hace años que la central fue desmantelada y alguien decidió que mantenerlas allí, afeando el perfil de la costa, era parte de la necesidad de una memoria que, en realidad, ya no interesa a nadie. Nada interesa a nadie. Los recuerdos viven en nuestra memoria, casi siempre tan selectiva como imperfecta. Agazapada siempre bajo el santo y seña de nuestra necesidad. El mar anda revuelto. Una vela lo surfea alejándose de mi vista y, al instante, deja de existir. Todo se perderá, absolutamente todo.