sábado, 31 de diciembre de 2011

GALLETAS Y TÚ


Cambio de planes obligado.  Los copos de nieve, la chimenea y las copas tendrán que esperar a otro año.
Holgazaneo por casa revolviendo los armarios, no busco nada en particular. Encuentro un jersey de lana, grueso, viejo y me lo pongo. Las mangas tienen esas bolas de roce que tanta grima dan, pero aún me viene bien, me  parece increíble con la de años que tiene.

Es un día extraño, de luz mortecina y horas largas. Me decido por ordenar mis cosas, mi mesa. Los papeles viejos, las notas absurdas, se acumulan unas sobre otras sin un destino cierto desde hace meses. Hago tres montones distintos y, según el interés que me despiertan, los coloco en uno u otro. Preparo una taza de café sólo por el gusto de olerlo. Subo el volumen de la música, suena Norah Jones, es navidad. Me siento en el mármol y, mientras la cafetera gotea sin prisa, leo una vieja receta que nunca me atreví a experimentar.

En el estante de los platos duerme mi vieja caja de lata. Está un poco roñosa, casi vetusta. Recuerdo haber devorado, en un ataque de melancolía y de una sola sentada, todas las galletas que contenía. De eso hace siglos. La inauguré, ese mismo día, llenándola de los restos del naufragio.  Hoy sirve para separar los platos hondos de los llanos. La abro sabiendo lo que hay dentro: una flor seca entre las hojas de un periódico de 1996, un año difícil; un par de postales; unos recortes de periódico; una barra de labios seca; algunas fotos; un billete de dólar;  un juego de llaves; un encendedor y una edición de bolsillo roñosa de “Desnudo” de Jorge Guillen. La cierro y la coloco en su sitio. 

Vuelvo a mi estudio con otra caja de metal, esta vez vacía, de galletas saboreadas sin prisa mientras mataba las horas de un invierno crudo. Coloco dentro mi agenda personal del año 2011; un recibo de la hipoteca de mi casa; unas fotos; unas cuantas notas que hice mientras me movía entre aeropuertos; un ejemplar manoseado de una edición de bolsillo de un cuento de Chejov; una tarjeta de visita que nunca más volveré a utilizar y una nota doblada. Coloco la caja sobre la estantería. Ahora sujeta algunos libros viejos.

Puedo decir que reposa en paz el año 2011. Un pasado al que podré volver, relativizándolo todo, cuando tenga un cambio de planes imprevisto e inesperado.

Debería empezar una nueva caja de galletas, los días pasan rápido y en nada querré volver a guardar aquello que, durante este próximo año, tenga alguna razón para ser guardado. Ha llegado el momento, así que voy a por la taza de café que dejé preparada en la cocina, llenaré la mesa de envoltorios de celofán, mientras sigo revisando papeles. 

Este año la caja de galletas escogida es exquisita, tiene que serlo porque quiero, pese a todo, que este año que ya llega sea especial, de categoría superior, no sólo para mí, sino también para todos aquellos a los que quiero y que con el tiempo así lo recuerde.

Feliz año nuevo 2012.

"Amigo: No querrás que te confíe
Todo mi pensamiento,
Porque te dolería inútilmente
Cruel veracidad.
Simple rasguño hiere al delicado.
Una sola palabra acabaría
Con la dulce costumbre 
De entendernos hablando entre fricciones
Evitables, silencios.
Ocurre a veces que alguna alma clara
Sin dolor no podría oscurecerse,
Y resiste y se opone a la tan íntima
Discordial entre vocablo y pensamiento:
Verdad a toda costa
¿Lujo quizá imposible?
El embrollo diario es más complejo
Que la verdad, acorde simplicísimo.
La sutil, la difícil vida impura
Va con el corazón. Vivamos. Hombres, 
Y aquí, ¿Drama fatal? 
                                                     Querido amigo..."

viernes, 30 de diciembre de 2011

GAMBAS Y CABRITOS


Esta noche vieja, los Señores de Pérez-Puerta (con mucho guión de los que dan empaque), han decidido cambiar el ancestral menú de fin de año con el que, año sí y año también, obsequiaban a sus invitados. 
El coctel de gambas y el cabrito al horno han quedado relegados, completamente desterrados, sin que sus nombres puedan, siquiera, ser pronunciados en su presencia. 

Hace semanas que la prensa del colorín especula con las viandas con las que los Pérez-Puerta (con mucho guión), agasajarán a sus convidados.  Son muchos los que apuntan que para intentar reparar el fiasco del año anterior, los ínclitos preparan un exquisito y pomposo festín. 
Sin embargo, los esfuerzos de los Pérez-Puerta (con mucho guión), por hacer olvidar aquella celebración y acallar los rumores sobre su supuesta racanería en la compra de producto importado, han sido en vano. Aún hoy, 365 días después, de boca en boca corren innumerables chisme al respecto.

Dicen las malas lenguas que el fracaso de la velada no se produjo la noche del 31 de diciembre de 2010, sino la fatídica mañana siguiente, cuando los invitados a tan famoso ágape amanecieron buscando, todos ellos, un trono de loza en el que depositar el resultado del combate entre una gamba argentina y un cabrito rumano.

Por eso, este año, los Pérez-Puerta (con mucho guión), han optado por algo sumamente más ligero y patrio como el brócoli, el espárrago de Tudela y el salmonete al ajo de las pedroñeras, según se rumorea en los ultramarinos de postín, “Laffount du Têt”.

Sin embargo, pese a ello, los Señores Gómez del Portal y Portal (con mucho Portal), han excusado presencia so pretexto de un viaje a  Amayuelas de Ojeda. 

Y es que en los mentideros del todo Madrid apunta que un año después, los Señores Gómez del Portal y Portal (con mucho Portal), aún se resienten del posete, tal fue la belicosa contienda entre la gamba de ultramar y el cabrito centroeuropeo.

Moraleja: Ojo!! donde cenan en Nochevieja no se les perjudiquen las posaderas.


miércoles, 28 de diciembre de 2011

MISSING

A JL Schez-G.

Llevaba un rato haciendo el ganso, remoloneando bolígrafo arriba, bolígrafo abajo sin poner una coma, leyendo por aquí y por allí, mientras esperaba a que se disipara la nebulosa que me acompaña desde hace unos días.

Y así, casi sin querer, medio a hurtadillas, descubro que alguien a quien aprecio, mucho, vaya a saberse por que tipo de sinergias vitales y estimas irracionales, acaba de perder a alguien a quien, a su vez, él apreciaba.

Una extraña cadena de aprecios puesta de manifiesto a través de pérdidas irrecuperables. Aprecios que no se diluyen cuando el sujeto apreciado desaparece y te quedas intentando recuperar el aliento y comprender de lo estúpido de algunas cosas. 

Sé de lo injusto de la vida, o de la muerte, a saber. En definitiva, son las dos caras de la misma moneda aunque una parezca blanca y la otra sea aparentemente negra como la pez. 


Acumulo, en poco tiempo, unas cuantas pérdidas feroces y en mi ábaco de recuento empiezan a escasear las bolas. Por eso comprendo, o creo comprender, como se siente, lo que siente.
Así que pese a la mar, que no el mar, de millas que nos separan, le abrazo y le beso, que no es mucho abrazar ni besar, pero que es, y lo sabe.

Y no puedo decirle nada, absolutamente nada, porque cuando estas cosas pasan, no se puede decir nada, absolutamente nada, salvo que uno sea bobo.




Nick Cave and the Bad Seeds - Fifteen Feet Of Pure White Snow

domingo, 25 de diciembre de 2011

NO PIENSO EN NADA (2.0)

Entro despacito, casi de puntillas,  es muy tarde y no quiero despertar a nadie. En casa se duerme. Apenas un filo de luz por debajo de la puerta, apunta que quizás hay vida detrás de ella. Asomo la cabeza y me acerco, poco a poco. Retiro el libro, coloco las gafas sobre la mesilla, y apago la luz que debe hacer horas que se consume sin alumbrar nada.
Es hora de dormir, al menos los que puedan.

Me quito los zapatos y me arrellano en el sofá. Presiento una noche larga. No recuerdo cuando dejé de dormir,  ni cuando empecé a necesitar un estado de vigilia nocturno que me sosiegue. Escojo la tranquilidad a solas. Ella Fitzgerald o Billie Holiday, cualquiera de las dos o, mejor las dos, primero una y después la otra, no tengo prisa. Empieza a sonar "Misty". Ha sido una velada agradable pero algo nos ha pasado. Las risas están dejando paso a silencios incómodos, a preguntas cuya contestación requirieren centrarse y no mentirse. Pero no quiero pensar, y no lo hago. Si no pienso, no siento.
Montoliu ya no toca y yo llego tarde. Todo parece un poco más triste, más frío. Quizás sea que ya no hay humo, quizás sean las ausencias. Cuevas y dragones que desaparecieron, escapadas que no existen. Piano, piano y más piano.

- ¿En qué piensas?
- En nada. No pienso.
- Eso no es posible, estarías muerta.

Repetir gestos, volver a los lugares en los que un día fuimos felices, recordarte y recordarle, no nos devuelve el ayer y tal vez el mañana no llegue.
Ahora, sentada en casa, sé que es verdad. Esta noche, mientras su barbilla mal afeitada recorría el dorso de mi mano, no pensaba en nada, sólo en las pequeñas cosas que me hacen ser quien soy y como soy. 

Al fondo, una fotografía oscura que alguien nos hizo hace mil años, cuando todo eran risas y aún no estábamos muertos.
 

sábado, 24 de diciembre de 2011

DE LA MEDIANA FELICIDAD. FELIZ NAVIDAD


Nunca me ha gustado la generalización en las atenciones. Siempre he creído en el derecho de cada uno de considerarnos exclusivos, y por tanto con el derecho, también, a merecer una atención especial. Sin embargo, no quiero dejar pasar este momento, que se supone de recogimiento y de felicidad, un poco impostada, para desear a todos los que por aquí pasan,  aunque sea de un modo tan general, feliz Navidad.

Son tiempos difíciles, mucho, por eso quizás vale la pena aprovechar estos paréntesis en nuestras vidas cotidianas para hacer una reflexión sobre nosotros mismos, sobre los demás, sobre lo que esperamos y, sobre todo, lo que estamos dispuestos a entregar. 

Piensen en las cosas menudas, y no se dejen embaucar por los cantos de sirenas de los deseos grandilocuentes, inconfesables, que nos lanzan a lugares inexistentes. Los deseos existen para que no se cumplan jamás. Sin embargo, tienen una misión, no lo olviden, mientras nos recreamos en ellos, y caminamos en una dirección imaginada hacia ese algo inalcanzable, con toda seguridad tropezaremos, de modo casual, con experiencias y gentes maravillosas. 

Disfruten de ustedes mismos, de los suyos y recuerden que en sus manos se encuentra la mediana felicidad. Confíen y sean medianamente felices, es lo único que les pido.

Feliz Navidad 2011.