jueves, 21 de julio de 2016

LO QUE IMPORTA ES LA ILUSIÓN

El pueblo, del que en otro tiempo dependían el gobierno,
 la justicia, las fuerzas armadas, todo, ahora se desentiende
 y sólo desea con ansia dos cosas: pan y circo.
Juvenal





Si algo define los tiempos en los que vivimos es la falta de ilusión. Una tremenda falta que se ha expandido sin dejar a nadie a salvo. Y con la falta de ilusión, la perdida de la esperanza, porque ya no creemos en nada,o en casi nada. Perdimos la perspectiva del mañana y la creencia en que una nueva forma de vivir, de convivir, en definitiva, era posible. Algo ha cambiado, y a peor, no cabe duda. Somos incapaces incluso de engañarnos para que la soga de la que se vale la desesperanza no nos apriete cada día un poco más. El desencanto es colectivo y traspasa de manera silenciosa el día a día de cada uno, transformándolo en una suerte de desvelo desangelado. Todos se va convirtiendo en un una ficción bizarra, en la que el pulso vital de la sociedad se apaga poco a poco. No soy yo, eres tú; o quizá es al revés, no eres tú, soy yo. Una grieta inmensa en la que caben mil vidas enteras aplastadas por el amansamiento y la bajeza de quienes nos gobiernan.
En los años ochenta, Golpes bajos cantaba aquello de "malos tiempos para la lírica" y se quedaron cortos, aunque algo intuían en aquella otra canción en la que decían "no mires a los ojos de la gente, me dan miedo, mienten siempre". Así andamos, con el estribillo entre los labios, un estribillo que un día coreábamos pensando que aquello era solo una canción porque el mundo era nuestro y otra forma de entender la vida era posible. Pero no. El tiempo, maldita sea, corrompe y pierde. pero aun así, de vez en cuando, de un modo absolutamente irracional, sobrevuela un poco de la esperanza que no ha muerto del todo y el deseo feroz de que algo cambie.





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