Lo que transforma un sueño en un proyecto solo
es la fecha cierta que le pongas al primero.
A.N
Los jilgueros vuelan hiperbólicamente casi rozando el suelo,
remontan y se aposentan en el alfeizar de la ventana para verle escribir. Sobre
la mesa, el periódico de hace un par de días, una taza vacía y un jarrón con
cuatro caléndulas para espantar los mosquitos. De vez en cuando levanta la vista. Desde su
diminuta y estrecha atalaya, sin cruzar jamás el marco de la ventana, le muestra
su pecho penígero y le regala unos cuantos trinos. Mañanas mansas de julio en las que se
abandona la compostura para pasear disfrazado, con las pantorrillas al aire, la necesidad clandestina de no romper del todo la baraja.
Como Chéjov, pero sin pantorrillas. Lo mejor de las mañanas de julio son las golondrinas cayendo en picado.
ResponderEliminarCorto, pero hermoso.
Un abrazo
Eso es una maravilla. Con o sin pantorrilla. Un abrazo.
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