La celulosa se ha convertido en esencial en la vida de las mujeres. Empezamos con los pañales dodotis, continuamos con las Evax finas y seguras, seguimos con los tampones tampax y, al final, acabamos con el Tena lady. No es que me haya decidido a hacer publicidad descubierta de estas marcas pero es que hoy, mientras rebuscaba en los estantes del baño, para contentar el desajuste hormonal mensual, he descubierto la gran cantidad de dinero que gastamos comprando estos productos. Y he llegado a la conclusión, sin estrujarme demasiado la cabeza, que las empresas de celulosa, todas sin excepción, deberían premiarnos cuando llegamos a los 25 años, como si se tratara de unas bodas de plata, y alegrarnos con otro regalito al llegar los 50, por alcanzar las bodas de oro junto la banda del tissue.
Es una relación curiosa la que mantenemos con todos estos chismes, entre adoración y odio compulsivo. Siempre presentes circulando por nuestra vida para, sin rubor alguno, terminan en nuestra entrepierna, cada dos por tres.
Este amor debería tener sus compensaciones, pues una fidelidad así no la tiene cualquiera.
Danza Invisible -24 horas mas
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hasta ahí, todo bien .... mientras no terminemos también con pañales!! : )
ResponderEliminarun beso Anita!
Pues eso espero. Ojala nos quedemos sólo en la Tena Lady.
ResponderEliminarBesos Paula ;-)