Escribo cuatro líneas rápidas antes de salir hacia Paseo de Gracia.
Tenemos que ir andando, durante la concentración
del 8 de octubre coger el transporte público fue algo más que una proeza (se bajó la frecuencia de paso del metro, los trenes apenas podían absorber la
cantidad de gente que se agolpaba en las estaciones, el aire acondicionado en
vagones atestados hasta la bandera brilló por su ausencia. Una absoluta
barbaridad perpetrada por la alcaldesa de esta ciudad que según el día, y como
se levanta, apoya a los independentistas (ahora ya golpistas) y que cuando le huele la posadera a
quemado entonces recula y abomina de ellos). Hoy la sociedad vuelve a salir a la calle para
decir que los otros catalanes, los que no somos nacionalistas, ni
independentistas, existimos, que creemos en el Estado de Derecho y que formamos parte de España. Somos muchos
los que rechazamos ese credo xenófobo y supremacista inventado por algunos que
pretenden acaparan y monopolizar la vida de la sociedad catalana, quebrantando la convivencia, los lazos de
solidaridad y afectos entre las personas y los pueblos y, sobre todo, el Estado
de Derecho. Mucho se ha escrito sobre el independentismo todos estos días. Quiero repetir que Cataluña no está oprimida,
al menos no por España. La única opresión que aquí existe es la de los
sectarios que desde hace años se han colocado, mediante el engaño, el saqueo y la demagogia, en los puestos de poder; aupados,
tampoco hay que negarlo, por los que desde el Estado les reían la gracia a ese
mal llamado nacionalismo tolerante. El nacionalismo, por naturaleza y
definición, nunca es tolerante. Durante semanas, meses, no me he cansado de
repetir que el cumplimiento de la Ley es la única seguridad que tenemos
los que no tenemos ningún poder. Y lo vuelvo a repetir hoy, más alto aún si
cabe: No cabe nada al margen de la Ley cuando vivimos en un estado democrático
como el nuestro. La locura sectaria de los independentistas, inventando una historia inexistente, pretende llevarnos
al abismo, pero no les vamos a dejar. No somos cinco o seis, como no se cansan de
decir, somos muchos, muchos más que ellos y esta guerra, que lo es, la vamos a
ganar.
domingo, 29 de octubre de 2017
domingo, 22 de octubre de 2017
CONTRADICCIONES
El color del pelo parecía saltar y moverse como
el temblequeo de una cerilla al viento.
Eudora Welty
Los motivos por los que
hacemos determinadas cosas puede parecer enigmáticos a los ojos de quien nos observa desde la banda. Nuestras decisiones suelen ir acompañadas del
escenario que nuestras propias vivencia, por eso no es extraño que a alguien que carezca de la información necesaria podamos parecerle un loco desquiciado o un maldito perturbado. La vida es
particular y es difícil de encajar entre los muros que nos son ajenos, sin hacer un ejercicio expansivo que no
siempre funciona.
Nuestra vida, nuestras decisiones y nuestro propio azar.
En ocasiones, y a la vista de
cuestione sustanciales para mí en la que he equivocado le paso sin poder evitarlo
(aunque a veces con toda la intención), he intentado elaborar la “teoría del
error azaroso” y sigo en el intento porque las reglas se convierten en excepciones y éstas en reglas que duran lo que dura un tropiezo. Hace no demasiado me preguntaban si algún
error me había condicionado la vida. La contestación fue sencilla, los errores me
la han condicionado tanto como mis propios aciertos, solo que de estos últimos,
como le pasa a todo el mundo, me olvido con facilidad, mientras que con las
metidas de pata tejo tristes abrigos en los que me envuelvo durante un tiempo que a veces puede parecer excesivo. Cada uno tenemos nuestros propios ritmos. Nada fuera de lo normal porque, al final, todos hacemos las cosas como podemos. Los que somos gente corriente, sin especial relevancia en nada que no
sea nuestra propia vida, nos manejamos entre nuestras propias contradicciones y muchas veces a socaire de las de los que viajan en nuestro mismo tren.
sábado, 14 de octubre de 2017
LA HABANA
Las casas se mueren si nadie las habita, y también las personas.
Kirme Uribe
Acabará el día y con él la necesidad de explicarte algunas
cosas, la necesidad de tenerte a la vera y decirte que lo que viene pasará. Que
volverán los días en los que el brotar de las hojas verdes y el balanceo de mi
pie desnudo será lo único de lo que deberás preocuparte. Pero hasta entonces
estas horas que se mueren entre folios blancos y las notas que tomamos mientras
la vida era nuestra, pesan como el acero y agujerean la templanza en un futuro
que sé incierto desde hace demasiado.
Echo de menos la firmeza de tus palabras, la manera de darle forma al
mundo y el saber que la entrega es una decisión compartida y no pesa. Pero el
mañana, hecho silencio, se construye bajo la incertidumbre de algo más que el abandono
de un cuerpo, de una voz, que arropa y guarda. Y pienso en la ausencia, la
muerte y en la caída de los muros que protegieron la piel, las ganas. El mañana es incierto pero guarda el calor de
tu mano desnuda.
jueves, 5 de octubre de 2017
ESTO NO ES ACABA
La identidad es una búsqueda siempre abierta e incluso la obsesiva defensa de los orígenes puede ser en ocasiones una esclavitud tan regresiva como, en otras circunstancias, cómplice rendición al desarraigo.
Claudio Magris
Este
blog sigue en marcha. Desde hace semanas se fragua un cuento y en algún momento
verá la luz en este minúsculo espacio. Son cosas mías con poco interés pero que me aligeran la carga de la vida y me ayudan a entenderme y a entender el mundo. Pero los acontecimientos de estos días, un
volumen de trabajo que a veces no sé si puedo asumir y la familia dispersada
intentando hacer lo que hay que hacer, deja poco tiempo para lo que uno quiere. Volveré, y espero que
sea más pronto que tarde, tal vez sea mañana mismo y este texto quede un poco ridículo. No sé si cuando lo haga mi
nacionalidad habrá cambiado por obra y gracia de unos malvados desleales (que
lo son), que se creen mejor que los de al lado, y si como pasó en la antigua Yugoslavia deberé odiar para siempre a mis antiguos hermanos y vecinos. Espero que no sea así. Mientras tanto, aquí seguiremos porque esto
no es acaba.
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