La sinceridad cuesta mucho. Creemos muchas veces
que somos sinceros y no lo somos.
Azorín
Marzo. Retomo una página medio escrita que dejé porque le
faltaba honestidad. Intento reconciliarme con parte de un pasado no demasiado
lejano sin buscarle justificación. Afilo unos cuantos lapiceros antes de
intentar escribir una sola letra, una manía como otra cualquiera. El día se ha vuelto confortable pese a la
lluvia, pese a las incógnitas que se esconden en aquella página a medio
hacer. Intenté construir una verdad a la medida de una gran mentira. No sirvió
para nada. Guardo aquella página a medio escribir porque ya no
la siento mía, porque el tiempo borra lo que quiere y porque hoy, cuando
aún soy capaz de ver sin estropear el recuerdo, pienso que en mi cabeza
aquellas líneas se escribieron buscando sentido a la desesperante realidad de un pérdida inútil. El mundo se perfecciona a través de la confusión de los que somos simplemente
mortales.
A veces, varias mentiras si las tejes bien pueden ser creíbles hasta la verdad.
ResponderEliminarPues debe ser cierto eso del hilo rojo que aparece en el lateral, vine a parar aquí por error, pero me quedo.
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