jueves, 30 de agosto de 2018

PAPEL CUCHÉ


Me estoy concentrando todo lo que puedo en mi Yo por Defecto. Racionalizando mis palabras. Nada del pasado. La senda del optimismo. El futuro es una carta en blanco.

-Francamente, Frank-  Richard Ford





Llegué y cogí una revista que empecé a ojear para hacer tiempo. Unos cuerpos perfectos y musculosos me saludaban desde aquellas páginas. ¿Me atraía todo aquello? Sí, y por eso siempre escogía el mismo tipo de panfletos para pasar el rato aunque después, cuando era pillada en falta, negara el interés. De inmediato me ví allí, en uno de aquellos barcos magníficos, en una cala espectacular y rodeada de unos cuerpos que quitaban el hipo. ¡Qué importa el Photoshop! Me pasé la mano por el vientre abultado por el descuido, desde luego el mío no pasaría el filtro para aparecer ahí. Metí barriga sorbiendo los restos de un café demasiado caliente y me imaginé en una cubierta despejada, acompañada por uno de aquellos cuerpos perfectos. Andaba perdida entre las embestidas de un adonis tan plano como inmortal, cuando alguien me tocó en el hombro. ¡Qué susto!, no le había oído llegar. Mis bragas andaban húmedas por la mística del papel cuché y ahora debía disimular el torbellino que sentía entre las piernas mientras le daba los buenos días a aquel conocido. Empezamos una conversación trivial, las vacaciones y esas cosas. Se pidió un café y de refilón le vi mirar la página que aún sujetaba con fuerza. Ese tipo es gay, dijo, pagando lo suyo y lo mío. Despisté y le pregunté por la familia mientras me guardaba en el bolso la revista del bar para, más tarde,seguir lo que se había quedado a medias en el bajo vientre.