jueves, 11 de octubre de 2018

NO TODO VALE


El Ministerio Fiscal tiene por misión promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley, de oficio o a petición de los interesados, así como velar por la independencia de los Tribunales, y procurar ante éstos la satisfacción del interés social.


Art. 1 Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal






Durante un buen rato estuve escuchando las declaraciones de Delgado, la ex fiscal y actual Ministra, ante el Congreso de los Diputados con motivo de su relación con Villarejo, el policía corrupto. Debo decir que me repulsa tanto el segundo, como la primera. Esta mujer, que en su momento juro su cargo como miembro de la carrera Fiscal, se puso voluntariamente al servicio de la legalidad y de su defensa, no puede ni debe (porque entiendo que no ha renunciado a su condición de Fiscal y que solo goza de una excedencia temporal), desviarse ni un solo milímetro del lugar en el que se colocó cuando juró su destino como funcionaria pública en defensa del Estado de Derecho, la legalidad y los derechos de los ciudadanos. Me produce una basca absoluta todo lo que rodea este tema, el compadreo zafio con aquel que destila mierda por la boca porque no se sabe decir que no, porque no se sabe parar los pies al que se tiene delante, porque siempre es más fácil caer en lo sórdido que denunciar su existencia. Pero hay algo una me parece mucho más chusco, mucho más deleznable que se hizo evidente en la Comparecencia de Delgado. La manipulación de la información de los datos objetivos y el escudarse en la condición de mujer para defenderse de lo que se considera un ataque cuando no es más que el levantamiento de la tapa de otra alcantarilla más que existe en este país. No vale cualquier cosa, ser mujer no es prerrogativa de nada y no sirve para blanquear conductas que son absolutamente deleznables y reprobables. La excusa de encontrarnos ante conversaciones privadas, grabadas sin permiso, no hacen menos reprobable que quien tiene la obligación de perseguir el delitos, de defender la legalidad, le ría las gracias de quien  muestra no solo un comportamiento mafioso sino incluso misógino. No se le pide a nadie que sea un héroe, desde luego, pero uno puede levantarse de la mesa, irse o, en el peor de los casos, guardar un reprobador silencio. No todo vale. Como no vale tampoco intentar defender el posicionamiento particular de quien en un momento dado tenía unas relaciones más bien turbias alegando que se ataca al Gobierno porque ahora se ostenta la condición de Ministra. No Sra. Delgado, no, sería mucho más sencillo un poco de humildad y una explicación de lo que ha venido ocurriendo si es que no hay nada que ocultar. Todos somos esclavos de nuestras palabras. Y es cierto que en el armario cada uno tenemos nuestros propios muertos, pero hay que tener más señorío,  más honestidad y tener la valentía de retirarse a tiempo.



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