Leo en uno de los Diarios de Iñaki Uriarte que escribir (en sus diarios) y leerse a sí mismo es una especie de narcisismo que no sabe si a la larga es bueno, pero que de momento le sirve. Y debe ser eso, precisamente, lo que yo hago en esta tablilla virtual. Me escribo, me leo y me vale porque me quedo con la sensación de algo hecho. Una impresión inespecífica que ahí queda, aunque solo sea para dar continuidad al monólogo permanente que mantengo, a veces contra toda lógica y razón, conmigo misma.
Escribir sin más propósito que la de ordenar la propia vida, que casi siempre es la de otros, otros que ni siquiera existen; y dejar que las cuatro ideas sobre las que me manejo puedan asomarse, de vez en cuando, aún a costa de que al releerme pueda sentir el porrazo de la vergüenza propia.
Tú YO, cuando te lee, no sé si lleva gafas.Bueno, no importa. Eres tu mejor lectora.
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