"En el Espíritu
del tiempo [Zeitgeist] de cada época hay un afilado viento del este
que sopla a través de todas las cosas.
Yo puedo encontrar huellas de ello en todo lo que se ha hecho, pensado y escrito,
en la música
y en la pintura, en el florecimiento de este o aquel arte: deja su marca
sobre todas las cosas y sobre cada uno"
Se queda de pie, en realidad, sobre las puntas de los pies, y mientras se mece mira al frente de un modo desdeñoso.
–Puedo reírme de ti y de los cien demonios siguientes –dice-. Escupe contra el suelo mientras lanza un aullido atroz que se escapa por la junta de la ventana. Es el repetido discurso, el gesto, de una perturbada que perdió el juicio a fuerza explorar con sus fosas nasales y de contraer la pelvis buscando la extravagancia en el querer.
Acerca su cara al cristal, el espejo la multiplica por dos. Juntan las frentes, una de carne, la otra un reflejo vivo y se murmuran maldiciéndose por la ropa de una y otra, por la lastimosa pupila azul, por las abrazaderas que se balancean cada vez que mueven las mano.
–Deberías quedarte ciega. Nada bueno pueden ver unos ojos tan enfermos.
Lovecraft se juntó con Topor y Arrabal en este pequeño escrito
ResponderEliminarDebería documentarse como una nueva postura eso de: ...extravagancia...en el querer.
ResponderEliminarBuen texto.
Bueno, se ha hecho esperar pero veo que está prolífica e inspirada querida.
ResponderEliminarGracias.
Daría igual, el espejo devolvería los rostros multiplicados de la ceguera.
ResponderEliminarAcojonante, en más de un sentido.
Abrazos
Muchas gracias queridos por vuestros comentarios.
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