"La conozco desde siempre. Todo el mundo dice que de joven era usted
hermosa,
me he acercado para decirle que en mi opinión la considero más hermosa
ahora
su rostro de muchacha me gustaba mucho menos que el
de ahora, devastado".
Un estremecimiento quedo le
recorrió el cuerpo, extendió el brazo y la buscó con la mano. Solo cuando los
dedos rozaron la curvatura de su cadera se calmó. Hundió la cara entre el cabello tibió,
respiró y los pulmones se le expandieron. Nunca pudo resistir el aroma de su
sueño espeso, ni el de las trazas del perfume que desprendía después de hacer el amor. Se durmió en el acto. Durante la noche se
despertó varias veces, escuchaba su inspirar profundo, loaba la hora en que se
encontraron y al poco, suavemente, dejaba su mano dormir entre sus senos como
si de ese modo todos los infiernos corrieran a cuenta de otro y ellos, piel con
piel, fueran inmunes a todo y a todos.
Eso es una hermosa cucharita.
ResponderEliminarEsto es exactamente. Qué cosas sabe usted, querida.
ResponderEliminarYo solo sé que no sé nada.
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