Ciencia sin
seso, locura doble.
Baltasar Gracian
En algunas ocasiones me deja
perpleja la cantidad de conocimientos de algunos. Una reunión
cualquiera y cientos de comentarios traídos al pelo sobre lo que sea. Da igual
que la tertulia verse sobre la capacitad de flotación de un submarino de la segunda
guerra mundial, que del maridaje de algunas uvas para la elaboración de
excelentes caldos, que de la últimas novedades en la física cuántica. Todos
sabemos de todo, y el que no pues se lo inventa y no pasa nada. El rigor es
algo que ya no se estila. Y no seré yo quien diga que no he pecado de meter la
pata por un exceso de laxitud de lengua, incluso de mano. Las pruebas existen,
no reniego de ellas, por eso mismo a veces me dejo perpleja.
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