lunes, 12 de octubre de 2020

CASTILLOS DE ARENA

 


«La vida era igual en las tinieblas y a la luz. Era igual para la solterona y para la desaliñada madre de familia. Siempre eras tú misma, independientemente de donde fueras o lo que hicieras. No cambiabas».

En un café. Mary Lavin



Reconocer que pienso mucho en ti, es reconocerme a mí misma que la vida, desde que no estás, es un poco más corta, mucho mas limitada y vacía. Al principio me desconcertaba darme cuenta que cualquier cosa, casi todo, estaba relacionado contigo y me dolía como debe doler un miembro amputado, una parte de ti que ya no existe pero que la sientes, aunque ya no la toques, aunque ya no la veas. Que aparezcas sin aparecer ahora ya no es extraño. Te has convertido en la presencia invisible que me acompaña siempre, aunque algunos días olvide que exististe y  parezca que todo sigue funcionando hasta que algo, a veces insignificante, te coloca de frente reclamando tu sitio. Algunos días, las horas se llenan de momentos prescindibles, huecos y tan espesos que intento apartarlos de un manotazo, pero es un gesto estúpido con el que solo consigo la feroz consecuencia de traerte de nuevo. El discurso, mil veces repetido, de nuestra propia accidentalidad, se desmorona como un montículo de arena al contacto con el agua. Todo es una gran mentira. Y tu contingencia no fue tal. Recurrir a ti, a veces de una manera un tanto inconsciente, es el anclaje a lo que quiero ser, aunque todo cambie por fuera. Puede que sea cosa de chalados melancólicos pegados a un pasado que se convierte en presente, que nos asimos a un brazo invisible como si, de esa manera, caminar por la vida, que cada vez es fea y obtusa, fuera un viaje que, pese a todo, siguiera valiendo mucho la pena. Solo por eso, por tu presente ausencia, es posible que lo siga valiendo.




2 comentarios:

  1. Dicen que uno deja de existir cuando muere en la memoria de los otros.Si piensas mucho en él le haces vivir. Por cierto,es cierto que la melancolía existencial es de chalados. Para qué pensar.

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  2. Los chalados somos la resistencia. Un gusto verte de nuevo :)

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