domingo, 13 de diciembre de 2015

QUID PRO QUO


La amistad es dar la espalda a la muerte
Cesc Gay


A la pregunta “¿Qué pasa?” Muchas más veces de las que pensamos, la respuesta es “nada”. No pasa nada. Y ese nada absoluto, que algunos toman como una respuesta ambigua que intenta escapar de las concreciones de un antojadizo, suele ser el punto de llegada que precipita el final de cualquier cosa. 
Y ahí se queda, en una nada que ya no hay manera de contarla de puro vacío, de puro cansancio. Pero la falta de explicaciones que engloba la palabra amplificada de la respuesta dada, no es falta de razones. A menudo nuestros comportamientos pueden parecer extraños para los que se desconectaron de nuestra vida. Pretender comprender desde la lejanía personal algunos virajes en la existencia de otro es intentar hacer de tertuliano en vida ajena. Apenas ya se conoce, pero la opinión puede ser mucha. Las cosas no vuelven a ser las mismas después de que una relación pase por el tamiz de la nada absoluta, del desinterés y de la comodidad; y no es cuestión de tiempo, ni de distancia, ni de edad, sino de voluntad y ganas. La nada mata mucho.





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