La amistad es dar la espalda a la muerte
Cesc Gay
A la pregunta “¿Qué pasa?” Muchas
más veces de las que pensamos, la respuesta es “nada”. No pasa nada. Y ese nada
absoluto, que algunos toman como una respuesta ambigua que intenta escapar de las
concreciones de un antojadizo, suele ser el punto de llegada que precipita el final de
cualquier cosa.
Y ahí se queda, en una nada que ya no hay manera de contarla de puro vacío, de puro cansancio. Pero la falta de explicaciones que engloba la palabra amplificada de la respuesta dada, no es falta de razones. A menudo nuestros comportamientos pueden parecer extraños para los que se desconectaron de nuestra vida. Pretender comprender desde la lejanía personal algunos virajes en la existencia de otro es intentar hacer de tertuliano en vida ajena. Apenas ya se conoce, pero la opinión puede ser mucha. Las cosas no vuelven a ser las mismas después de que una relación pase por el tamiz de la nada absoluta, del desinterés y de la comodidad; y no es cuestión de tiempo, ni de distancia, ni de edad, sino de voluntad y ganas. La nada mata mucho.
Y ahí se queda, en una nada que ya no hay manera de contarla de puro vacío, de puro cansancio. Pero la falta de explicaciones que engloba la palabra amplificada de la respuesta dada, no es falta de razones. A menudo nuestros comportamientos pueden parecer extraños para los que se desconectaron de nuestra vida. Pretender comprender desde la lejanía personal algunos virajes en la existencia de otro es intentar hacer de tertuliano en vida ajena. Apenas ya se conoce, pero la opinión puede ser mucha. Las cosas no vuelven a ser las mismas después de que una relación pase por el tamiz de la nada absoluta, del desinterés y de la comodidad; y no es cuestión de tiempo, ni de distancia, ni de edad, sino de voluntad y ganas. La nada mata mucho.
Estamos hechos de un 38,26% de Nada, el resto es Agua, Carbono, y Silencio.
ResponderEliminarChuchos.
Una chulada eso que dices. Bss.
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