I don't belong here. I
don't care if it hurts. I want to have control. I
want a perfect body. I want a perfect soul. I
want you to notice, when
I'm not around.
Radiohead
Cuando se sentaron uno frente al otro, ella ya sabía que la
tarde no iba a acabar bien. En realidad, sabía que no lo haría ni esa tarde, ni
ninguna otra tarde de las que tendrían que venir. Las cosas siempre son así,
hay gestos que delatan que la mala suerte está entrando en tu parcela y que,
aunque te empeñes, se va a quedar ahí. Por eso cuando le dijo que tenían que
hablar, ella solo pensó en que quizá habría sido mejor quedarse en casa
preparando la comida para toda la semana, amontonando en el frigorífico una fiambrera
sobre otra para no tener que correr, para no tener que escuchar lo que estaba
segura que ya sabía. Miró el café con leche y le dio asco. La leche ya no era
leche, era agua tintada de blanco de a saber qué cosa. Por eso, cuando él
insistió en que tenían que hablar, ella solo pudo decir qué asco mientras con
la cucharilla apartaba algo indefinido que flotaba en mitad de la taza. Algo tan
indefinido como el miedo; como los atardeceres del mes de mayo. Se levantó para ir a la barra y pedir que le
cambiaran aquel mejunje que no tenía valor de tomar. A medio camino le oyó
suspirar y ella esperó que a su vuelta, con la taza aun entre las manos, le
mintiera un poco. Solo un poco, lo suficiente para que le diera tiempo a hervir
todas las verduras que tenía en la nevera, a arrancarse todas las derrotas que
acumulaba desde que él se acostaba con otras.
Un poco más de tiempo para mandarlo definitivamente a la mierda.
Y si el café con leche no está bueno..., pues a marcharse tocan.
ResponderEliminarUn abrazo.
(agua tintada de blanco...)
Ya te digo. Bss
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