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Los domingos por la tarde se han hecho para vaguear, eso está claro.
Dice la tradición cristiana que al séptimo día Dios descansó, y en mi casa eso sí que se cumple. Los domingos nos ponemos ciegos a mediodía y después de tomar el sofá al asalto, nos pegamos una siesta como Dios al son de los filmes de la TV.
Es lo que tienen los fines de semana. Al final, una no sabe cómo, se encuentra el domingo por la tarde, con esa especie de aplastamiento de oso polar, pensando que otro fin de semana que ha pasado yua, ¡Cúantas cosas me quedan por hacer!
No todos los domingos son iguales, eso está claro, pero el reloj es inapelable y el aplastamiento también. Así que, al mal tiempo buena cara y mañana será otro día, donde empezaré a desear que llegue, de nuevo, el fin de semana.
Buena semana
Dice la tradición cristiana que al séptimo día Dios descansó, y en mi casa eso sí que se cumple. Los domingos nos ponemos ciegos a mediodía y después de tomar el sofá al asalto, nos pegamos una siesta como Dios al son de los filmes de la TV.
Es lo que tienen los fines de semana. Al final, una no sabe cómo, se encuentra el domingo por la tarde, con esa especie de aplastamiento de oso polar, pensando que otro fin de semana que ha pasado yua, ¡Cúantas cosas me quedan por hacer!
No todos los domingos son iguales, eso está claro, pero el reloj es inapelable y el aplastamiento también. Así que, al mal tiempo buena cara y mañana será otro día, donde empezaré a desear que llegue, de nuevo, el fin de semana.
Buena semana
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