"Me gustaba su manera de sentarse bruscamente en una pared
o una columna rota del recinto en ruinas
donde se encuentra la columna de Pompeyo,
esa manera de sumirse en una pena indecible
ocasionada por el impacto de alguna pena
que acababa de surgir en su espíritu".
Miras al frente con los ojos
entreabiertos y sé que estás al borde del agotamiento. Te beso en la boca y tus
dedos buscan en tus labios los restos de un roce que no ves pero que sientes tibio.
Me buscas, y apoyada sobre tus entrañas, sin que puedas ver, me detengo burlona,
esperando que sigas buscándome entre los remolinos que el viento del norte
levanta entre las dunas.
Te obsesiona el silencio.
Ensimismado sientes unas manos que recorren tu espalda, son los antiguos amores que vuelven
con sus manos hermosas, frágiles e invisibles para acompañarte. Pero no hay
nadie alrededor, nadie fuera de ti, sólo una playa solitaria salpicada de charcos salados que te
invitan a caminar sobre ellos y retirarte más allá de la escollera.
Vivo dentro de ti.
Te escuchas
con cuidado, la mano sobre el esternón y ahora sabes que no hay sombras que
oscurezcan el cielo más allá de Orión.
Muy bueno!
ResponderEliminarGracias Quique :)
ResponderEliminarBueno el leerte.
ResponderEliminarMuchas gracias Kenit, conmigo tienes una paciencia infinita. Un besazo.
EliminarTe ha quedado muy hermoso Noire. A mí me gustaría escribir cosas así de bonitas.
ResponderEliminarMuchas gracias Alfredo. Tu haces cosas requetechulas así que no te pongas llorona :)
EliminarPD.: Hoy te estás pegando un atracón (que yo agradezco), se te echaba de menos por esta casa.
Nada que agradecer. Es que últimamente la neura no me deja devivir... Gracias a ti en todo caso.
EliminarVaya por Dior!!!! espero que no sea nada grave.
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