domingo, 29 de diciembre de 2019

EL EFECTO MARIPOSA


De hecho cualquier experiencia es infinitamente rica y profunda. Tenemos la sensación de que es intrínsecamente significativa porque podemos reflexionar sobre ella; pero la reflexión misma nos muestra que es infinitamente variada en su significado.


Nostalgia por lo particular. Iris Murdoch






Bastó que cerraras los ojos, un poco más fuerte de lo normal para que dentro de mí, a cientos de kilómetros, se desatara una tormenta difícil de explicar. Pero eso lo sé ahora, cuando pasó, no sabía nada. Solo sentí que en mi interior se abría una grieta producto de lo que ya había bautizado como un inespecífico ataque de melancolía, que siempre llega a destiempo y en el peor momento. Después supe que en el preciso instante que todo aquello pasaba, lidiabas una de las peores batallas. Y la librabas tan lejos de aquí, tan lejos de mí, que la vida se me desplomó a los pies, una vez más. Como una reacción en cadena, tu dolor,  creó una enorme borrasca que nos cubrió a la vez, sin que ninguno de los dos lo supiéramos. Desde el sofá miro a mi mujer que mata el tiempo viendo la televisión. Hacer ver que no sabe que me estoy quebrando por dentro, aunque el gesto de su boca, su silencio pesaroso, la delata. Ella es mi esposa, la quiero, y seguiremos juntos hasta que la muerte me lleve, pero poco puede hacer. A veces me siento un tramposo porque le escatimo una parte de mí que nunca podré entregarle, que nunca querré entregarle, porque ni siquiera ya me pertenece a mí mismo. Ella, que guarda sus propios secretos, se aleja con cautela para evitar que uno y otro caigamos en la brecha que a veces se abre entre nosotros. Hace ya años decidí tomar un camino en el que no tenías cabida, pero, aun así, a veces, sin saber el motivo, basta el aleteo de un insecto para sumirme en un estado de añoranza y no puedo evitar buscarte, observarte de lejos, sin dejar acercarme nunca. Es el efecto mariposa.




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