domingo, 2 de septiembre de 2012

HUMEDAD RELATIVA


El paraíso, la cama de un hotel. Doce palmos de algodón convertidos en una isla para dos. Fuera llueve, las gotas caen despacio y no hay prisa. Nada la tiene. El relente, que se cuela por la ventana apenas abierta,  bate las cortinas convirtiéndolas en banderas de un abordaje piel a piel, contagiándonos de una humedad relativa.  Me duermo en tí. Cruzo las piernas para sostenerte  así, sobre mí  y extiendo los brazos para abarcar las cuarenta y ocho horas de un mundo efímero, único, total. 
Fuera, una tormenta marina. Dentro,  sólo tú.

7 comentarios:

  1. Es romántico, me gusta.
    Un ebso
    KENIT

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  2. ...a mí también me gustan las camas de los hoteles... y los cartelitos de No Disturb colgando por fuera de la puerta...

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  3. Estuve en Madrid hace muy poco. Dormí en una cama enorme, de ésas en las que podrían tenderse sin tocarse hasta tres personas (estoy pensando ahora qué poca gracia tendrían, tres personas en una cama de hotel, sin tocarse. Cierro paréntesis). Fui designada oficialmente como la encargada de ir colgando y descolgando el cartelito de No disturb, con la imagen de un candado abierto o cerrado, según el caso, durante tres días/noches memorables.
    Me has recordado tantas cosas... Muchas gracias Anita :)

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  4. Me encanta Eva, el "código" es genial. Gracia a tí.

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