- ¿Houston podría estar malinterpretando los datos?
- Bueno, no estamos recibiendo ningún dato.
- Bueno, no estamos recibiendo ningún dato.
No soy ni la primera ni la última
persona a la que le roban nada. Así que no debería lamentarme en exceso porque
mi teléfono haya abandonado el bolsillo de mi chaqueta y esté ahora entre las
manos del tipo al que de un modo nada violento, todo muy sutil metió su mano en mi bolsillo y se lo llevó. Sólo un levísimo roce en el costado que no he
interpretado más que como el desliz del que sin querer, con las apreturas del
lleno, acaricia el tejido de otro exento de toda libido. Y sí, sin libido habrá sido, pero con un evidente ánimo de lucro y de jodienda personal. Ha sido rápido, casi
evanescente como un suspiro, pero terriblemente gravoso como un tiro certero. He perdido toda la agenda personal,
profesional, anotaciones, próximos eventos y compromisos de trabajo que
viajaban con él.
Solo me queda el consuelo de a
estas horas el autor de ese hurto, que me ha dejado desconsolada, no tiene más
que una carcasa y una tarjeta muerta. A veces hay que ser tan rápido como
ellos, o al menos, intentarlo.
Ahora vago por el universo más
ligera de equipaje aunque, debo reconocer, se hace francamente raro. Si alguien
quiere algo, ahora de verdad, va a tener que silbar o enviarme una paloma mensajera.
Bueno, mujer, piensa que, como bien dices, ahora pesas menos, nada de mensajes, de mirar el aparatito cada dos por tres, de ir haciendo el zombie por la vida... Siente la libertad :)
ResponderEliminarEso sí, de todas maneras mañana asómate a la ventana sobre las 10, y te hago una señal para que bajes al café :)
EliminarPerder una agenda es malo.
ResponderEliminarEstar exento de toda libido es peor.
Un abrazo.