Tenemos la vida organizada, estructurada y establecida en la comodidad de la monotonía. Nos sentimos relativamente felices. Caminamos en una completa línea recta esperando no salir del renglón que creemos el destino nos tiene marcados. Esa es nuestra propia trampa. No quiero una línea recta, no quiero una vida monocolor, no quiero cruzarme de brazos y esperar que pase la vida.
Falta de aire, hambre de vida.La bipolaridad, lo siento, es mi bipolaridad.
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