miércoles, 30 de mayo de 2012

BURNOUT


¿Cuánta presión somos capaces de soportar?

Cada vez que me formulo esta pregunta sé que el caparazón que me envuelve está a punto de reventar.  Y sé, porque la experiencia es un grado, que acabarán pagando justos por pecadores y una vez tomada la decisión no habrá marcha atrás. La vida es así. 

Si te toca estar a un lado o a otro de la cuerda que divide el reino de los justos del de los injustos, ese será tu destino, el que te has labrado justa o injustamente.

La suerte está echada. 

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"Hay cosas peores que estar solo pero a menudo toma décadas darse cuenta de ello, y más a menudo , cuando esto ocurre, es demasiado tarde, y no hay nada peor que un demasiado tarde".


 

8 comentarios:

  1. La frontera que separa a justos e injustos es porosa, Anita. De ningún modo es un destino definitivo, ojalá fuera así, pero no es así. El justo puede arrepentirse de su justicia y hacerse injusto. El injusto se puede volver justo sin darse cuenta, cayendo día a día.

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  2. Si. Lo peor es cuando, tras años de estar convencido de que la vida es así, descubres que no, que la vida no es así.

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  3. Labrar el propio destino...
    Dejar la tierra un tiempo en barbecho...
    C'est la vie, Anita. Es verdad.

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  4. Vaya por Dios, P y Fernando coinciden, pues menudo lío, ¿no?
    :)

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  5. Yo creo como tu MdlMar cada uno nos labramos nuestro propio destino. Y como no me canso de repetir, casi siempre somos los artífices de nuestras propias desgracias.

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  6. y eso sin tirar una puñetera moneda al aire

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