domingo, 14 de febrero de 2010

AMOR: (Del lat. amor, -ōris).


Como necesito de certezas, porque de incertezas tengo la vida llena, últimamente me ha dado por tirar de la Real Academia de la Lengua Española, en concreto por el diccionario de la RAE. Y es que es la única manera de llamar a las cosas por su nombre. Si yo digo "A," me refiero al "A "que se contiene en aquel diccionario, así no hay lugar a dudas sobre lo que estoy hablando.

Esta perorata tiene su sentido. No es que haya enloquecido definitivamente, todo esto viene a propósito del AMOR y de una conversación mantenida ayer mismo. A veces me pregunto cuál es el motivo por el que ahora a los adultos nos ha dado por hablar continuamente del amor. Quizás porque en mi círculo andamos todos revueltos y junto a los problemas para llegar a fin de mes, el colegio de los niños, las dudas existenciales, nos hemos empezado a plantear: ¿Qué pasa con el amor?, ¿Dónde ha ido a parar el amor?, ¿Dónde está aquel sentimiento amoroso que profesaba a mi compañer@?, ¿Por qué no siento lo mismo?, ¿Por qué nos siento nada? ,¿Debo quedarme toda la vida con la sensación de no amar porque un día inicie un proyecto a su lado?, ¿Si amo, que precio tengo que pagar por ello?, ¿Cuántos “cadáveres” cuesta mi amor?
Ante mi necesidad de certezas pregunté: ¿A qué os referís cuando habláis de amor? Fui abucheada por pesada, pero decidí no bajarme del burro y que me explicaran a que se referían cuando hablaban de amor, de enamorarse. Debo decir que la tozudez me costó pagar todos los cafés, infusiones y copas de la tarde, pero me dió igual. Como cada uno decía una cosa distinta, decidi conectar mi teléfono a internet y buscar en el diccionario de la RAE la palabra amor. No se trataba de filosofar, sino de hablar de realidades tangibles, de lo nuestros, de lo qué es el amor en nuestra vida. Así que en cuanto lo tuve les solté:


AMOR: (Del lat. amor, -ōris).
1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4. m. Tendencia a la unión sexual.

Me quedé con estas cuatro acepciones, las demás no me interesaban. Y después de leérselas empezó una gran discusión en la que yo sólo pude enmudecer, escuchar atentamente y esperar que las consumiciones no fueran en aumento.
La conversación dejó de interesarme cuando empezaron a llover los tópicos y las explicaciones esperadas (tener a la pareja al lado cuando se habla de determinados temas no es lo mejor si se quiere ser sincero), así que me sumí en mi propia reflexión, en la que iba a intentar ser sincera conmigo misma y llegué a fantásticas conclusiones que aquí no interesan a nadie.
Sólo un chasquido de dedos frente a mi nariz, me hizo volver a la realidad, alguien me preguntaba qué es lo que pensaba y a mí sólo me vino a la cabeza aquello que ya dijo Wong Kar Wai en "2046":

“El amor es una cuestión de oportunidad de nada sirve encontrar a la persona idónea demasiado pronto o demasiado tarde”.

Con esto último es con lo que me quedo, porque es tal cual, no sirve de nada.

3 comentarios:

  1. Estado de ánimo: Triste
    Por que todos sufrimos quuando no tenemos amor, y cuando lo tenemos sufrimos?

    ResponderEliminar
  2. me ha gustado mucho tu reflexion, yo tambien he buscado la etimologia, mas no para definirlo sino para empezar el tratamiento de una "cardiomiopatia posōriscida" (lease desamor) seguire husmeando por tu blog. Atte Jesus mejía

    ResponderEliminar