Duermo y sueño cosas extrañas. Sueños. Ahora el agua los arrastras hasta la entrada del desagüe. En un último intento por retenerlos un poco más, sólo un poco más, coloco el pie sobre la boca. Pero no queda nada, el agua los ha diluido. Inoloros-incoloros. Tengo los pies mojados, me acuesto de nuevo, tal vez vuelvan.
Los tengo yo. Ya te los daré.
ResponderEliminarNo lo olvides, son mios.
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